Desde hace tiempo defiendo la idea de que el tipo de cambio dual es el mejor arreglo cambiario posible para Venezuela tomando en cuenta las características estructurales de su economía. No es que me oponga a una unificación cambiaria en el largo plazo, pero considero que el tipo de cambio dual responde mejor a la realidad peculiar de la economía nacional.
Y es que no existe en este momento una tasa de cambio que "exprese el promedio de la productividad de la economía nacional" simplemente porque en nuestro territorio conviven dos economías diferentes: la economía petrolera (llamémosle extractivista, para adecuarnos a la nueva realidad dado el remate al peor postor que se está haciendo de nuestras riquezas mineras) y la economía no petrolera (no extractivista para seguir con el mismo criterio).
La economía extractivista tiene vocación fundamentalmente exportadora, por lo que tiene una productividad relativamente alta en término de la generación de ingresos en divisas para el país. Esta economía representa el 30% del Producto Interno Bruto del país, el 50% de los ingresos fiscales, y el 98% de nuestro ingreso en divisas, además de ser el motor por excelencia de la demanda aguas debajo de insumos en industrias conexas.
El resto de la economía es el sector no extractivista cuyas principales actividades son comercio y servicios que, si bien generan la mayor parte del PIB y del empleo, tienen una bajísima productividad en términos de generación de divisas y son de hecho, altamente dependientes de los dólares que genera la actividad extractivista. En términos llanos, la economía extractivista es la locomotora, todos lo demás somos vagones sin tracción propia (en cuanto a divisas se refiere) halados por esta. Claro está que existen honrosas excepciones como las exportaciones de ron, chocolate y algunos productos semielaborados, pero es muy poco cuando se compara con el total de la economía.
De modo que "promediar" el valor de la divisa usando un sector que no produce divisas con otro que si produce, equivale a darle la razón a Bernard Shaw cuando afirmaba: "La estadística es una ciencia que demuestra que, si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno." En términos concretos, si la TC resultante tiende a la productividad del sector extractivista, se hace demasiado barato potenciando la demanda excesiva y si se encarece mucho, genera impactos sociales mediante a la reducción del salario real.
De las medidas propuestas…
Hace un par de meses, presenté al Ministerio de Finanzas una propuesta de plan económico que contemplaba alguna de las medidas que recientemente ha anunciado el nuevo Ministerio de Economía Productiva, entre ellas, el hoy vigente régimen de cambio dual. En la referida propuesta se planteaban como principios rectores del esquema de tipo de cambio dual los siguientes:
- Es un deber y un derecho irrenunciable del estado Venezolano la administración de las divisas provenientes de la actividad extractiva en función de un plan de desarrollo. Dado el agotamiento de la renta petrolera, tales recursos deberían asignarse a la importación de bienes prioritarios (alimentos, medicinas e insumos estratégicos para la industria) en el marco de un presupuesto de divisas preanunciado y discutido con el sector productor público y privado.
- Debe establecerse los incentivos para el trato diferenciado entre los sectores con potencial generador de divisas y los sectores insumidores netos de dólares permitiendo a los primeros, la libre disposición y acumulación de divisas de una elevada proporción de sus ingresos en moneda extranjera, e introduciendo la posibilidad de la cocirculación monetaria en las zonas francas y turísticas del país. En dos platos: que quien quiera dólares que los produzca (o los compre en un mercado libre, sin subsidios) y que quien produzca dólares, pueda disponer de ellos, acumularlos o venderlos en el mercado al precio que mejor le convenga.
- El arreglo cambiario propuesto aisladamente no soluciona nada, pero en conjunto con otras medidas relacionadas con la política de sinceración de precios internos, el ajuste del precio de la gasolina y la modificación profunda del esquema de subsidios, con la consiguiente adopción de mecanismos de subsidios directos a las familias, transformaría radicalmente y en un tiempo relativamente corto la situación económica del país.
… a las medidas anunciadas
Finalmente el gobierno anunció medidas en materia económica, luego de un irresponsable y desesperante silencio en el contexto de la peor crisis en la historia reciente. Los ajustes anunciados en el tipo de cambio y en el precio de la gasolina, si bien representan un alivio para las finanzas públicas están muy lejos de resolver la grave situación económica del país. Estimaciones de Ecoanalítica, sitúan en 8% del PIB la recaudación adicional por parte del fisco, lo que llevaría el déficit fiscal a la asombrosa y aun insostenible magnitud de 10-12% del PIB. Con el anuncio de la participación de PDVSA en el DICOM, esas cifras deben mejorar.
DIPRO y DICOM
Los anuncios realizados hasta ahora sobre el nuevo sistema dual dejan más preguntas que respuestas. En primer lugar, no es nada nuevo anunciar tipos de cambio diferenciales. Por otra parte, hay un problema de credibilidad ya que sistemas anteriores (SITME, SICAD y SIMADI) han fracasado por las mismas razones: restricción a las fluctuaciones de su cotización real y baja oferta, lo cual refuerza la posición de referencia del único dólar que realmente existe que es el dólar paralelo.
Un punto positivo de estos anuncios es el relacionado con el abandono del anclaje cambiario. Permitir la fluctuación de ambos tipos de cambio es fundamental para evitar el temprano colapso del sistema. La determinación por las fuerzas del mercado del sistema complementario, y el ajuste en función de la inflación –como mínimo- de la tasa protegida contribuye a su estabilidad en el tiempo. Así mismo, debe entenderse que la opacidad en los mecanismos de asignación y formación del precio, el desconocimiento de los mecanismos y estimaciones de participación de PDVSA y el BCV en el DICOM, el enorme diferencial entre ambas tasas y la inclusión de jubilados y estudiantes en el sistema protegido son grandes debilidades del sistema anunciado. En cualquier caso, serán el impacto en la caja de PDVSA y las magnitudes de transacciones que se realicen en ambos mercados, que es en definitiva lo que determina el TC promedio de la economía –y la posibilidad de que estos TC se reflejen en los precios internos- los factores críticos para el éxito del sistema.
Perspectivas
Las perspectivas no son buenas. Las medidas tomadas aun cuando apuntan en la dirección correcta, parecen no dirigirse a la solución definitiva del problema sino a la "compra de tiempo" por parte de las autoridades. Mantener un dólar absurdamente sobrevaluado a Bs.10 cediendo además a la presión de sectores sociales beneficiarios del subsidio cambiario es una enorme debilidad del anuncio. Si a eso le sumamos el fracaso reciente de sistemas similares la confiabilidad de los anuncios tendrá que probarse en los próximos días.
En resumen, los ajustes realizados son tímidos e insuficientes. La gravedad de la situación demanda ajustes de mayor magnitud. La situación –salvando las diferencias- se asemeja a un paciente gravemente enfermo al cual le ordenan 20 dolorosas inyecciones pero él decide acatar sólo parcialmente la prescripción médica y aplicarse únicamente dos para evitar el dolor. Igual sufre y puede estar seguro de que no podrá curarse.
Las próximas semanas son cruciales para probar si esta vez hay voluntad de cambio que permita comenzar a revertir las perspectivas negativas sobre el futuro del país. Además, queda pendiente resolver el déficit del sector externo, pero eso ya es otro asunto