En síntesis

¿Todos los caminos conducen al desastre?

Mucho antes del 6D advertimos que la fulana polarización sería peor que rifarse un conflicto mayor. Por los vientos que soplan todo parece indicar que se avecinan tiempos de insospechable tempestad, y que de un momento a otro podría activarse una explosión social de pronóstico reservado. Palabras más, palabras menos, se lee en el futuro inmediato que la crisis inducida terminara escapándose de las manos de los victimarios y las víctimas. ¿Y será por eso que hasta los intelectuales de izquierda ahora escriban y hablen de una hipotética Sexta Republica? ¿O son las leyes implacables de la dialéctica las que decidieron cancelar la VR por ineficaz ante la crisis de fe, de moral y de rumbo?

Independientemente a otras causales que erosionan la plena vigencia del nuevo experimento republicano, loable es precisar que la progresiva pérdida de la confianza actúa como el peor enemigo de la gobernabilidad en Venezuela. A tal extremo está llegando la incredulidad que la palabra empeñada se devaluó a precios de baratilla y la gente no cree más en promesas de políticos, menos si estos están en campañas electorales. En fin, podemos concluir que el ciudadano común está que arde de indignación ante el franco deterioro del derecho a ser creído. Por cierto, como dato curioso, fue un 14 de marzo de 1894, que Joaquín Crespo presto el juramento de ley para el ejercicio de su segundo mandato constitucional. En esa ocasión el "Taita de la guerra", dijo: "Mi programa de Gobierno no puede ser otro que el escrito en la Constitución y las Leyes de la Republica". Y más adelante afirmo: "Si a algo he aspirado en mi larga carrera política, es al derecho de ser creído". A todas estas valdría la pena preguntarse: ¿Podrá sostenerse el sistema político mientras continúe perdiéndose la audiencia en la calle?

Aunque duela admitirlo, la verdad es que la crisis tiende a empeorar y amenaza con tocar fondo; y que el flagelo de la corrupción invadió al cuerpo social en su totalidad, al punto que ya no queda hueso sano en el gobierno, en la alta jerarquía eclesiástica y también en los cuarteles. Entonces, ¿Sera que tendremos que llamar a María, como decía el Maestro Prieto Figueroa cuando veía que el agua llegaba al cuello?

Una última reflexión: mientras el PSUV y la MUD no logren librarse de la invasión de oportunistas y corruptos, al país decente no le queda otra que inventarse un liderazgo emergente que sea capaz de salvarnos a tiempo del desastre total. ¿O no?



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Freddy Elías Kamel Eljuri

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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