La historia siempre tiene la verdad y la razón, por mucho que se obvie nadie podrá objetar, cuestionar o negar la poderosa carga de verdad y lógica que la historia tiene y dá; es por ello que siempre debemos conocer de donde se viene, sus particularidades, hechos, cualidades, elementos intervinientes, causología, sus fuerzas, sus sujetos y más aún los esfuerzos de quienes en ella (la historia)luchan por la redención de los pueblos, la dignificación de la vida, la libertad, justicia, igualdad, equidad, para así conquistar incluso la victoria, quienes no valoren esto, están destinados al destierro infinito de la ignorancia y la derrota.
No habrá paz continental si no hay paz en nuestros países y fronteras; muchas veces esto se ha dicho; en Venezuela somos testigos de los efectos que han producido las acciones bélicas entre el ejército colombiano y las fuerzas insurgentes colombianas, más de medio siglo de combate, millones de pérdidas humanas, desplazados, centenas de miles de días sin paz se ha vivido en Colombia; es por ello que lo logrado en nuestra amada Cuba es histórico, es historia misma, es vida, es victoria, es paz. Permítanme compartir con ustedes un extractó de un artículo que escribí el 9 de junio de 2013 titulado Colombia dialogo y paz.
"Como hijo de Bolívar y Chávez amo a Colombia, amo a su pueblo, amo a la vida y paz de su pueblo, Colombia fue y es razón de lucha libertaria, su paz, es la paz del continente, es nuestra paz, por ello invoco a todas las fuerzas del bien, de la vida, del entendimiento, para que comience en esa patria bolivariana a reinar la paz, para que los niños corran y jueguen sin miedo, para que el campesino siembre sin temor, para que la gente se mire a los ojos y no desconfíen, para que las bombas y los disparos se enmudezcan por siempre, para que la juventud pueda avanzar y abrazar la ancianitud en el futuro de los años, para que la cumbia. El vallenato, el joropo y la salsa, no le canten más a la tristeza y a la desgracia y le entone sus notas de alegría y felicidad a la paz, a la convivencia, a la patria unida, a la vida pues.
¿Es la guerra una rara y maligna enfermedad?
Es la guerra la ausencia del poder del razonamiento y donde el uso de la fuerza y las armas sustituye el sentido lógico de la palabra, el dialogo y la conducta racional del respeto a la vida, donde entonces los síntomas de la perversión y la maldad carcomen el cuerpo del pueblo, afectan el metabolismo de la patria y colapsa, llenando de tristeza los días de la naciones; la guerra es una locura maligna y feroz.
Colombia vive una guerra, muy larga son más de 60 años de horrendas acciones y dantescos episodios, supremamente desgarradores han sido sus capítulos, sin benevolencia y con acciones o consecuencias que generan un genocidio con más de 5 millones de bajas de este horroroso y horrendo drama de violencia y muertes de guerra.
Su inicio ésta marcada por la acción de lucha y defensa de un vasto sector campesino que enfrentaba y trataba de escapar de los genocidios que los "chulavistas" (hombres armados del ejercito o policía), sembraban en el pueblo colombiano, ahí está el propio padre de Manuel Marulanda (muerto por esta figura asesina) que le fue incendiada su casa y desato la reacción del quien ha sido y fue el gran conductor de estas históricas fuerzas guerrilleras; esas acciones de guerra, nos permiten hacer una nítida lectura de como la oligarquía cuando se ven amenazados recurren, apelan y usan, todo lo más cruento y poderoso de las armas, ya que ellos no aceptan que la marea insurgente de un pueblo luche, reclame y tenga derechos, libertad, tierras, igualdad y justicia; Siempre la oligarquía negara y privara al pueblo del derecho a la vida.
Como puede verse aquí aplica la frase de que; toda guerra que se prolonga, cambia de naturaleza, más de 6 décadas de guerra es un lapso muy largo de tiempos, de muertes y tristeza.
Fue la muerte de Jorge Eliecer Gaitán (un malévolo asesinato a un gran líder) la que encendió una mecha en el pueblo y su vanguardia dirigencial y acá se evidencia como cada guerra comienza entonces a hacer uso de cualquier instrumento o arma, que considere útil y contundente, para enfrentar a esta máquina de muertes inundadora de sangre en el pueblo colombiano. Como se ve, desde allí se evidencio un descarrilamiento del apego y respeto al orden constitucional; cuando la vida se desbarranca, la muerte toma vuelo!!.
Revisando la historia esta nos dice que todos (yo diría que casi todos) los presidentes colombianos han "querido" lograr la paz, y poco o nada se ha logrado.
Colombia desde el pasado noviembre del 2012 asiste a un nuevo proceso de diálogo para que se den negociaciones y se acuerde la paz, allí acuden las fuerzas insurgente y el gobierno colombiano, la valerosa Cuba sirve de escenario y nuestro gigante Chávez (fue y es) el impulsor de esta imperiosa iniciativa, nuestro gobierno facilito el camino y existen naciones, lideres y valiosos políticos acompañando y observando en apoyo a este esfuerzo para acabar con ese aterrador conflicto armado. Cuando las guerras son largas prolongadas y de suma violencia, la negociación por la paz se convierte en la victoria de todos y para todos, es decir; con la paz nadie pierde,, todos triunfan, ojala triunfe el pueblo Colombiano.
Toda paz obtenida después de una guerra, exige que ésta tenga y se acompañe de un nuevo derecho y se elimine la violencia tanto en la estructura que la acuerdan, como también y más grande aún, en el pueblo y sus relaciones, respetando la vida de quienes participan".
Vimos con alegría como se firmó el acuerdo y declaración de paz solo faltan algunos muy pequeños aspectos para su total legitimación y legalización, sabemos de la felicidad que se vive en todo el pueblo colombiano y por otro lado de la abismal tristeza que padece la oligarquía colombiana por este histórico logro, por ello afirmo como aquella vez en ese artículo " La paz de Colombia es también la paz para nosotros, para nuestro días, continente y futuro… la paz en Colombia será un tributo al gigante y eterno Chávez".
Viene el 1 de septiembre y la cacareada bulla de una toma, los facinerosos estan muy temerosos porque saben que sus ínfulas y odios no tendrán el más mínimo espacio para ese día, ya que las fuerzas morales y amantes de la paz no le permitiremos sus violentas acciones. Ese día habrá un burdo teatro tarimero, fotos llenas de hipocresía y escurridizos abrazos, discursos llenos de disparates, consignas impregnadas de frustración y saliva biliosa, marcharan arrastrando sus pies por el peso de su odio que les inmoviliza sus almas y anquilosa su espíritu… su odio no pasara.
Nicolás Maduro no renunciará al compromiso de seguir haciendo Patria y Revolución, muy al contrario cada día con más convicción y fuerza, con la bendición de Dios y con suma fé en la victoria, timonea junto al pueblo los destinos de esta nación, que lucha por la paz, felicidad y justicia social, donde es el pueblo el genuino y concreto sujeto protagónico.