La crisis económica latina de los años ochenta (80) buscaba el aislamiento internacional de Chile y Argenta, sigue hoy, vigente para países progresistas que abrieron un debate sobre el socialismo del siglo XXI, La reacción del pueblo ha sido eminente, porque se busca romper la estructura geopolítica del Capitalismo. Necesitamos con urgencia una nueva economía que sea menos técnica y ajuste los salarios a una realidad técnica, porque cada día hay una inflación supersticiosa y, el salario del trabajador se deteriora más,
No podemos seguir financiando a gente que no trabaja, por otro lado, las empresas evaden el contrato de personal, por los indicadores del país y la mayoría de nuestra población se hizo afecto al bachaquerismo.
Hablamos de inversiones, pero, no existe libertad jurídica para emplazar el derecho a fomentar el crecimiento del país, con verdaderas garantías constitucionales. El militarismo ve con sus propios ojos y la economía empieza a desacelerarse,
El sistema financiero nacional, debe acoplarse a una nueva realidad nacional y fortalecer de manera progresiva las propuestas sensatas para ir a una nueva constituyente o reforma. Claro, dependemos de un mercado de capitales a nivel mundial.
La coyuntura económica del país, debe ser vigilada por los factores de poder que, la suman a un solo bloque político. Se ha demostrado que la MUD y el Psuv, constituyen un solo ejemplo de ese factor político nacional y, en el fondo, se busca neutralizar al crecimiento del país. Los venezolanos, en su mayoría, prefiere trabajar de manera ilegal, que irse a los portones de las empresas, ubicada en zonas adscritas para ello. Todo, ahora es una comisión o un regalito. Es el momento para exponer nuestras argumentaciones.
El venezolano, quiere verse en un constante bienestar y, por eso, el Estado debe implementar un conjunto de medidas para manejar sus propias empresas, generar confianza, creando industrias y no dejar probalidades a quienes ostentan de un poder genuino, porque, muchos de ellos depende de lo emocional.
Solamente Argenta, Chile, Brasil y Venezuela cuentan las tres cuartas partes de Suramérica. El agua es la preservación del presento y futuro. Pero, debemos resguardarla del Arco Minero.
La izquierda venezolana se ha aburguesado. Los conflictos socio- ambientales comienzan a aparecer, donde nadie se hace responsable por la destrucción del medio ambiente y las migraciones internas son intensas