En 1980 se produjo una de las rupturas menos esperadas y de mayor impacto en el ambiente gaitero: la división de Cardenales del Éxito, agrupación que en ese momento dirigía con buen tino Pedro Suárez y que tenía una gran legión de seguidores en toda Venezuela. Una divisa histórica, en ella militó El Monumental Ricardo Aguirre, Germán Ávila, Luis Ferrer, José Tineo; conjunto considerado el más importante de la gaita de todos los tiempos.
Ante un malestar entre sus integrantes, causado por el pago desigual de unas regalías discográficas a finales de 1979, surgió la división. Se había generado una terrible inconformidad entre los solistas e instrumentistas más emblemáticos de la agrupación: Renato Aguirre, Ricardo Cepeda, Astolfo Romero, Ender Fuenmayor, Danelo Badell, Antonio Aguillón y Douglas Soto; y decidieron crear una nueva agrupación. La llamaron "La Universidad de la Gaita", que era el eslogan de los "pájaros rojos" en ese momento, lema creado por el cuatrista Douglas Isea. Por tanto, cada uno de ellos, era un decano de la reina del folclor. La gaita comenzaba el decenio 1980 gozando de mucha popularidad y aceptación en todo el país, estaba en medio del boom en la radio y la televisión venezolana. Hasta Renny Ottolina la acogió en su show televisivo.
El primer álbum de la naciente agrupación, La Universidad de la Gaita, lo titularon "Cien años de gaita". Su carátula mostraba un birrete en primer plano (el gorro en forma prismática con borla que llevan los catedráticos en los actos solemnes) con bellas fotos del malecón marabino en color sepia. En su mayoría, las gráficas históricas fueron cedidas por el maestro Kurt Nagel Von Jess, reconocido historiador y cronista. Fue un álbum doble de vinilo, el que registró extraordinarias ventas en toda la nación. Incluía los temas:
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"Aquel zuliano" el clásico de Renato Aguirre interpretado por Ricardo Cepeda.
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"Cita con Ricardo" un mosaico en homenaje a Ricardo El Monumental.
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"Mi cacharro y yo", tema original de Rafael Rodríguez cantado por Astolfo Romero.
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"La prenda de un pueblo" que interpretaba el joven Miguel Aguirre; entre otras joyas sonoras.
Por su parte Cardenales del Éxito siguió su victoriosa trayectoria, con jóvenes talentosos al frente, sus solistas fueron Carlos González, Pedro Villalobos, Marvin González y el consagrado Nerio Ríos como figura raigal, un líder histórico de la agrupación. Ellos mantuvieron a flote la nave que para entonces cumplía 18 años de fundada. Los nuevos Cardenales del Éxito pegaron temas nacionales como "Son mis deseos" en 1981, "Lole lolaila" de 1980, "Las taritas" interpretada por Pedro Cantaclaro Villalobos del autor Joseíto Castillo. El tema "Dos fronteras" de Luis Ferrer cantado por Nerio Ríos en 1981. Con hidalguía se ganaron el respeto de la comunidad musical folclórica, de los medios de comunicación masivos, y del vasto público melómano.
La Universidad de la Gaita tuvo años de gran éxito, logró colmar los escenarios del Zulia y Caracas, y siguió actuando hasta 1988; ese año se produjo un lamentable silencio, un largo letargo. En 1983 habían comenzado a emigrar sus figuras principales: Astolfo Romero se fue a refundar Gaiteros de Pillopo junto a Danelo Badell, Argenis Carruyo y Daniel Méndez. Ricardo Portillo se unió con su amigo Simón García en La Nueva Generación, y posteriormente creó el Grupo Colmena, apoyado por el emporio Sonorodven-Venevisión. Se produjeron intermitencias en la trayectoria de la Universidad de la Gaita, aunque tuvo una segunda primavera con la llegada de Enrique Gotera, el legendario solista; de Ricardo Aguirre Suárez, el hijo mayor del Monumental, quien interpretó el tema "Reina Mestiza", de la autoría de Neguito Borjas en la temporada 1982:
"Hoy voy de nuevo a tu casa
hasta a tu trono a besarte
de rodillas contemplarte
junto a tus hijos que cantan.
Con un nudo en mi garganta
casi mudo de emoción
vengo a darte el corazón
para mi amor demostrarte".
(Borjas, 1982)
Con la voz y la animación de Jesús Terán Chavín, UDG vivió un resurgir, el conjunto sonó con temas como "El debate", "Un ramo de flores" en 1984, "Venezuela sacúdete". Chavín venía de protagonizar una época de oro en el conjunto Rincón Morales junto a Pablo Grey, Lula López y Fernando Rincón, en los años finales de la década de los 70 y principios de la 80. Gotera sonó en todo el país con el tema romántico "Un ramo de flores":
"Yo te di ramos enteros
de esperanzas e ilusiones
porque las más bellas flores
estaban en tu hermosura,
en tu candor y ternura
y en tus ojos soñadores
y ellos fueron los primores
donde quedé prisionero".
(Oquendo, 1992)
A mediados de los años ochenta, La Universidad de la Gaita participó en el "Festival una gaita para el Zulia" con otra hermosa obra de Luis Oquendo Delgado titulada "La gaita que yo te canto" interpretada por Jesús Terán Chavín, con su voz plena de respeto:
"Con la Virgen de la mano
y extasiado con su encanto
Zulia querido te canto
con la gaita que mereces.
Y desde el sol crece
hasta el lar del Catatumbo
Yo te elevo Zulia al mundo
con el amor más ufano".
(Oquendo, 1984)
Tuvieron excelente aceptación, de esa primera etapa resultaron nueve álbumes, todos muy interesantes, bien logrados.
Exactamente 35 años después, varios de sus fundadores relanzan el proyecto de los decanos gaiteros, ahora con las siglas UDG como nombre, honrando la era de la brevedad. Presenta una mixtura de integrantes jóvenes y de veteranos de múltiples batallas. Su director general es Ender Fuenmayor, un pionero-fundador de la divisa. Le acompañan figuras consagradas del género como los cantantes Danelo Badell, Ozías Acosta y Pablo Grey. Junto a solistas de generación intermedia como Dionel Gutiérrez y Raúl Fernández. Y el joven vocalista Joelvis Anciani representando a la nueva generación, quien fue trompetista del Sistema de Orquestas de Venezuela. Además, con una gran dotación de percusionistas y músicos reconocidos. El propietario es el médico veterinario Nelson García, un inversionista entusiasta, quien le ha puesto mucho interés y una considerable inversión económica al proyecto UDG.
En 2015 realizaron un gran concierto en el Teatro Baralt a casa llena, fue el aldabonazo para anunciar su regreso. Ya como UDG, llenaron con su extenso catálogo de éxitos, todos los intersticios del centenario recinto: su platea, su plafont, cada butaca. Marcaron el renacer de la agrupación que dio tantas glorias al género. En esta temporada 2016 comenzaron con un reencuentro con los medios de comunicación, lo realizaron en una famosa tasca de la ciudad, allí mostraron buena cohesión, mucha armonía musical y vocal, gran fuerza expresiva en el escenario. Apoyados por la carismática animación de Ozías Gumersindo Acosta Monzant. Presentaron los temas de su nuevo álbum, 10 en total; esa producción estará pronto en todas las emisoras del país y en las tiendas especializadas para su venta.
Me parece importante que una divisa tan trascendente en nuestro folclor como UDG, que ha sido una bandera sonora, vuelva a la palestra con renovados bríos, con una nueva producción discográfica, con nuevas composiciones. Sobre todo, por el mal momento mediático que actualmente vive la gaita. La presencia de un UDG fortalecido, es un aporte importante, por demás respetable, que debemos apoyar y promover.
UDG es una voz de identidad musical, ahora extendida por todos los confines de Venezuela. Que suenen sus tamboras, sus versos y estribillos. Y aunque el nuevo nombre "UDG" me recuerde a los grupos musicales neoyorquinos: lo aplaudo y le deseo buena ventura al proyecto.
Reconozco que los cronistas y locutores gaiteros tenemos un pagaré de honor pendiente con La Universidad de la Gaita, y debemos honrarlo promocionándola, sin explicaciones mal urdidas para no cumplir. Lo haremos, qué duda cabe, y afirmaremos: Larga vida al UDG.