El capitalismo, abrió sus fauces en Latinoamérica para incidir sobre la integración de los pueblos, logrando infiltrarse en la estructura económica y a través de su propio sistema de cambio paralelo y al bachaquerismo delictivo, irrumpió sobre las plataformas rentistas estructuradas bajo el coloniaje inglés, español y norteamericano. D esta manera, los militares recreados en la Escuela de Las Américas, se convirtieron en solo oidores de las quejas del pueblo y algunos gobernantes. El rentismo sirve de apoyo a la gran estructura económica norteamericana globalizada que refleja un solo mensaje a los países No Alineados y del Tercer Mundo.
Los festines, llegaron a las grandes bases militares y en los clubs para derrochar el buen vino europeo y el aguardiente proveniente de Escocia. Esta distracción política en Centroamérica y Suramérica permitió que la Oficina de Inteligencia Norteamericana- CIA- logrará con sus agentes especializados, erosionar los mercados regionales y acabar con la industrialización, plan que consolidó en el tiempo, fomentando solo la creación de galpones para que unas maquinitas empaquetaran cualquier especie alimenticia.
Este capitalismo, se convirtió en rentístico y la infraestructura ferroviaria de Suramérica se detuvo y entraron a nuestros muelles, gandolas y tractores para sumarles dólares a la injerencia económica norteamericana a los países caribeños, como los del Sur. Mientras los niveles de desempleo estaban en alza, los grupos familiares tenían pocos alimentos y cada trabajador devengaba bajo salarios, aunque los rublos alimenticios reflejaban poca alza.
Nada ha cambiado, solo conceptos. Ahora nos encontramos con el neorentismo socialista, que es el mismo modelo de dominación colonial y que no ha cambiado de su antigua versión. El presidente Nicolás Maduro Moros cayó en su propia trampa, asesorado por unos mentores que poco conocen de economía globalizada y que no aprovechó una población completamente activa y bajo un solo ideal, el del comandante Hugo Chávez Frías.
Solo, Evo Morales y Cristina Fernández, (viuda) de Kirchner supieron cumplir con el Legado de Hugo Chávez Frías y alejarse con tiempo de esta tempestad apocalíptica y que ahora, busca a Nicaragua para destabilizarla económicamente.
Sin duda, Venezuela es hoy, un Estado Burocrático, donde la dominación socialista busca controlar a toda una población, mediante un sistema de premios y castigos para lograr la lealtad de sus seguidores políticos, comprar y manipular la simpatía de grupos ambivalentes y castigar o disuadir a los adversarios. Esto, era viable cuando se podía pagar con altos precios del petróleo, pero, en baja, este gran número de simpatizantes tuvieron que irse a la milicia y en busca de la bolsa de alimentos, ubicarse en los supermercados y abastos de las grandes ciudades y pequeñas comunidades.
Simplemente, no se respetó el Legado de Hugo Chávez Frías y Néstor Kirchner para América Latina, una carta que se debió cumplir palmo a palmo. Ahora, Daniel Ortega, se encuentra solo para luchar contra la destabilización económica que viene a Nicaragua. Los norteamericanos solo están pendiente de la inversión social y el campo productivo petrolero que en ambos casos, producen dólares. Se sabe, que la inflación sin producción viene fomentando dinero inorgánico sin producción y, esto acarrea más alza de comestibles, la capacidad del salario es erosionante y viene empobreciendo a la población porque maneja poca monedad nacional para la sustentación económica de sus hijos y unidad familiar.
Todo el peso del Estado Bolivariano de Venezuela recae sobre una única autoridad, es el ministro Vladímir Padrino López, un hombre respetuoso y de ley, pero, es difícil tener una multiplicidad de responsabilidades, el presidente Maduro supo interpretar su historia y se abocó a darle responsabilidades a nuestras Fuerzas Militares que no le corresponden, Esta arde con lástima pude ver a dos milicianos dejar entrar al supermercado Madeirense- La Isabelica a dos personas sin hacer cola para adquirir alimentos regulados, esto, no lo veo mal, pero, esperaron a estos dos señores en la panadería Magallanes para que les cancelaran cuatro panes francés por un valor aproximado de cuatrocientos bolívares, otra señora le obsequió dos refrescos de dos litros. Es u tema delicado, lo que le sucede a nuestra población y a los soldados venezolanos, tienen hambre y deben mendigar para comer, son gente humildes, sin profesión, buscan alguna manera de sustentarse. El General Padrino que es un militar jerarquizado y amante de sus fuerzas, debe razonar sobre estas presiones a que son sometidos su personal, es un nivel de desgaste atroz.
El acceso a bienes y servicios debe ser cancelado por quienes pueden pagarlos, habrá sus excepciones, ya el período de altos precios del petróleo paso, es una realidad, el rentismo capitalista norteamericano tiene su vista puesta hacia el Sur y Venezuela, constituye un factor económico clave para obtener ingresos y ganancias acorde con la globalización.
Estados Unidos tocará en 2017 a Nicaragua, no tolera que Daniel Ortega y el Frente Sandinista sigan en el poder, viene tocando a Venezuela con su arma más débil, los bachaqueros que tienen su ruta abierta hacia Colombia y Roraima, Brasil. Hay que dejar el populismo atrás. La agenda está escrita. Quisieron mezclar socialismo con capitalismo de mercado o rentista y fracasaron. Dos sistemas políticos no pueden coadyuvar en una sola estructura económica. Nicolás como presidente, debe liberar de compromisos al CNE y avanzar con ideas propias, sus ministros de economía, colapsaron las finanzas públicas y los chinos exigen más inversión para recuperar su capital, los sueños quedaron atrás con El Plan de La Patria y Hugo Chávez Frías
La conspiración de Venezuela, comenzó en Paraguay, ahora, algunos países niegan la participación en el Continente de todo sistema progresista. Niegan su participación porque se había negado a algunas responsabilidades dentro del esquema general de trabajo. Por este motivo se vienen haciendo campaña para destruir las partes o postulados que favorecen a Venezuela.
Hay que producir, desplazar a los desempleados al campo y motivarlos a la siembra
