Hoy, frente a las dificultades que atraviesa nuestra amada patria nos motivamos e impulsamos para responder este mágico reto que dibujó Nelson Mandela cuando dijo: "todo parece imposible hasta que se hace". Y es que de eso se trata, de construir futuros que atiendan realidades que parecieran insuperables.
Concretamente me refiero a la necesidad de sellar la enorme grieta que existe actualmente entre los venezolanos. Es indispensable hablar de esos temas fundamentales, porque allí está la esencia de nuestros desencuentros. Y allí, en esa intolerancia colectiva que todos podemos percibir en los espacios donde nos desempeñamos, es en donde debemos trabajar con fuerza y bastante rapidez. Hoy día puede palparse una rebeldía generalizada que debemos atacar y acabar de inmediato.
Debemos seguir motivando a nuestros jóvenes enseñándoles con el ejemplo. Basta de peleaderas. Demostrémosles que todo lo que se propongan pueden lograrlo si ponen el máximo esfuerzo y empeño. Tenemos que crear espacios para su educación, esparcimiento y desenvolvimiento profesional. Motivarlos desde adentro, darles oportunidades, sembrarles valores y amor por su tierra. Lograr que sean realmente felices y que nos ayuden a construir un futuro mejor.
Es cierto que existen dificultades, pero no hay imposibles. El verdadero reto es entender y asumir con conciencia que todos tenemos la responsabilidad de trabajar por ese país que queremos. Como ya les he dicho, muchos de los problemas que enfrentamos son culturales. No podemos culpar a los demás. Todos y cada uno de nosotros debemos comenzar desde casa a educar, a proponer y finalmente actuar positivamente.
El diálogo es fundamental para alcanzar esos objetivos de los que les hablo. Y cuidado, esto lo dijo recientemente el enviado papal Claudio María Celli: "El problema no es que la Santa Sede pierda, es el pueblo venezolano el que se hunde más. Porque si acaso en una delegación o la otra quieren terminar con el diálogo, no es el Papa sino el pueblo venezolano el que va a perder, porque el camino podría verdaderamente ser el de la sangre".
Esto es lo que me preocupa. Francisco está jugando un papel muy fuerte. Corremos un riesgo que ojalá pueda contornarse rápido. ¡Prestemos atención! No perdamos diciembre para reencontrarnos. Es urgente y necesario. Un abrazo.