El protocolo es un impedimento bien delicado. La burocracia, un mal incurable. Ellos van tomados de la mano. Por esa razón, la Princesa Diana de Gales (Lady Di) y el Comandante Hugo Chávez, siempre rompían el protocolo y la burocracia, para resolver los problemas sociales y llegar directo al corazón del pueblo: ese pueblo que nunca fue oído, ni tomado en cuenta e invisibilizado. Eran innumerables peticiones, problemáticas de diversas índoles, ruegos desesperantes… que estos dos ilustres personajes internacionales (una, venía de la monarquía inglesa y el otro, un militar y Presidente de la República), se encargaban personalmente de atender, como de girar instrucciones en lo inmediato, para que cada caso llegara a feliz término.
Históricamente, la burocracia se ha convertido en una enfermedad incurable, causando estragos y decepción al pueblo. Es el pan duro de cada día. La burocracia no permite que el país salga adelante y sus problemas se solucionen en lo inmediato. Es el sistema caracterizado por una gestión ineficiente, plagada de muchos obstáculos: papeleos, rigidez, formalidades innecesarias…, que dificulta la realización de un trámite o que una demanda o petición, tenga respuesta.
Mientras tanto, el protocolo es una norma o regla establecida que limita a marcar distancia con absoluto respeto, y se emplea en el medio diplomático, ceremonias oficiales, como en altos funcionarios de un estado -incluyendo al gobernante de un país-, la jerarquía eclesiástica y militar, etc.
Después de su divorcio con el Príncipe Carlos, Diana de Gales, seguía siendo una mujer muy carismática y querida, por su labor social: pública e internacionalmente, ofreció su imagen a diferentes órganos humanitarios. Ella le había dado otra cara a la esplendorosa y fría monarquía británica. Se unía al sentir de los más pobres y necesitados, apoyando grandes causas para los países de África, Asia y Medio Oriente. Dejaba la comodidad del palacio para unirse a iniciativas que apoyaran a los infectados con el virus HIV (Sida), los leprosos, drogadictos, alcohólicos, personas sin hogar, ancianos, refugiados y víctimas del conflicto armado, niños huérfanos... en fin, a todos a quienes ella pudiera extenderles una mano amiga y solidaria. Así lo expresó Lady Di, en una oportunidad: "La mayor dolencia que el mundo sufre actualmente es el mal de la falta de amor. Sé que puedo dar mucho a esas personas carentes, por un minuto, una hora, un día o un mes, y es eso lo que quiero hacer… Nunca me consideré a mi misma como la reina de mi país. Me gustaría ser la reina en el corazón del pueblo".
Diana de Gales trabajó de manera inalcanzable, ganándose un espacio en el corazón de millones de personas. Su título más significativo fue que la humanidad la reivindicara con el nombre "La Princesa del Pueblo" o "La Reina de Corazones". Esta popularidad incluso causó malestar y recelos dentro de la realeza – e incluso, con el Príncipe Carlos-, debido a la gran atención que ella atraía.
Sin embargo, Hugo Chavéz, el Líder de la Revolución Bolivariana, fue el gran protector del pueblo venezolano. Nunca se había visto en la historia política y social del país, un líder que amara inmensamente al país, como a otros pueblos del mundo. Induscutiblemente, Chávez dio su amor a los pobres de la tierra, como a la clase trabajadora, los niños, las mujeres, a la juventud, a los de la tercera edad, a los enfermos, a los que tenían hambre y sed de aprender…
Nunca antes Venezuela conoció a un verdadero hombre, quien se convirtiera en un carismático líder mundial, que le diera poder a los pobres, reivindicándoles el derecho a la vida, a la educación, a la salud, a la alimentación, al deporte, a la cultura, al empleo, a la capacitación, a la vivienda... ¡Chávez aumentó el autoestima de cada venezolano y venezolana, que fueron invisibilizados! ¡Despertó la conciencia de un pueblo! Fue llamado "El Gran Comandante", "El Estratega del Siglo XXI", "El Amigo del Pueblo", "El Cristo de los Pobres del Sur" … Visitaba cualquier nación y las calles se convertían en un mar de pueblo alegre y esperanzador. Llenaba recintos universitarios, plazas y grandes estadios deportivos, sólo para oírlo y palparlo entre las multitudes, a través de su mensaje que transmitía una intensa fuerza a favor de la justicia, la unidad y la paz para los pueblos, donde rechazaba la injerencia del imperio yanqui y el cese de las guerras en el mundo.
Sus grandes enemigos, fueron los empresarios, los apátridas de la derecha y la burguesía venezolana, así como, el gobierno imperial de los Estados Unidos y otros gobiernos de derecha de Europa; donde lo tildaban de "Dictador" y "Grave amenaza para el mundo".
Fue un inmenso legado que nos dejó a través de su vida y obra, para la unión de los pueblos del continente, como otras naciones de África, Asia y Medio Oriente. Abogó fervientemente por la paz mundial y la defensa de los derechos humanos. Con Chávez, nació la Unión Nacional de los Pueblos del Sur (UNASUR) Alternativa Bolivariana par los Pueblos de América (ALBA), Petróleos del Sur (Petrosur), Petróleos del Caribe (Petrocaribe), Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (CELAC), Televisora del Sur (Telesur)...
La humanidad reclama a gritos, el resurgimiento de nuevos líderes como Lady Di o Hugo Chávez, con un profundo carisma humanista, moral y espiritual, que rompan día a día el protocolo y la nefasta burocracia. Es la manera que lleguen estos líderes al corazón del pueblo pobre y excluido, para ser amados y sus derechos sean dignificados. Que sepan atender la problemática social de un país. ¡Qué sientan en su piel la necesidad y el dolor del pueblo, para estar al lado de ellas y de ellos!