Estas son las condiciones que el CNE le está imponiendo al PCV y demás partidos del Gran Polo

Lo primero que hay que saber sobre el proceso de relegitimación de los partidos convocado por el CNE, es que no se trata del mismo proceso que históricamente se ha realizado en Venezuela, no.

De ahí que causa extrañeza las reiterativas declaraciones de representantes de la alta institucionalidad afirmando que se trata de un proceso normal, común y corriente en la vida política del país, cuando realmente NO LO ES. Y esto es un punto fundamental porque mas que reclamar por tener que acudir a un proceso de relegitimación, los partidos de lo que se están quejando es de las condiciones que el CNE está colocando de manera inédita en nuestro país.

Lo común durante décadas en Venezuela, lo que siempre fue, es que si alguien quería registrar un partido político sencillamente recogía el número de firmas establecidas, las entregaba en el CNE (antes CSE) y ya, con eso bastaba para registrar un partido. La cantidad de firmas variaba si se trataba de un partido de alcance regional o nacional, pero el punto es que registrar un partido era un proceso relativamente fácil para cualquiera.

Esa mecánica se tradujo en la existencia de muchos partidos pequeños tanto a nivel nacional como regional, que representaban distintas tendencias. Cualquiera que haya votado recordará los tarjetones llenos de las insignias de muchos partidos, e incluso quienes tienen mas de 40 años recordarán la misma multiplicidad de partidos que se podían avistar en los tarjetones electorales en tiempos de la cuarta república.

Pero lo que el CNE le está exigiendo en este momento a los partidos es un proceso muchísimo mas complejo que el tradicional método de recoger unas simples firmas. En esta oportunidad, el CNE, por primera vez en la historia de Venezuela exige a los partidos: que todas las personas que firmen para la relegitimación de estos, tienen que ir EN PERSONA para manifestar que en efecto firmó. Y eso no queda ahí: cuando la persona asista a validar su firma, se le ha de levantar una ficha biométrica, en la cual aparecen todos sus datos incluyendo su dirección… Y por si fuera poco sus datos serán expuestos de manera pública a través de internet!

No conformes con esto, el proceso para el levantamiento de las fichas biométricas debe hacerse en 2 jornadas de 7 horas por cada partido. Saque usted la cuenta del tiempo que tendrán decenas de miles de personas para levantar su ficha biométrica en un lapso de 7 horas por jornada y calcule si los tiempos dan. Todo esto para levantar unas fichas biométricas por persona que no están contempladas en ninguna ley.

Para cumplir de manera exitosa con semejante metodología se requiere una logística y una cantidad de recursos multimillonarios que ningún partido pequeño jamás podrá costear, y eso es un disparo contra la democracia.

Se trata de un mecanismo que dejaría excluidas a las minorías, porque si a usted mañana se le ocurre formar un partido político de lo que sea, comunista, ecologista, animalista, feminista o lo que sea, usted no va a tener jamás los recursos para movilizar a decenas de miles de personas en 12 estados de manera simultánea para que los registren en dos jornadas de 7 horas, y menos cuando le diga a esa gente que sus datos van a quedar publicados en internet.

El argumento para justificar semejante locura es que hay que evitar la doble militancia. Pero la doble militancia era cuestionada en el pasado porque el Estado mantenía a los partidos políticos. En la actualidad los partidos ya no reciben financiamiento del Estado, de manera que esa justificación carece de sentido.

En Venezuela solo existen dos partidos además del PSUV con posibilidades de cumplir con estos requisitos, y esos son AD y Primero Justicia, ambos partidos de derecha y ultraderecha, que en todo caso no tienen mayor problema si no lo logran porque tienen vigente la tarjeta electoral de la MUD. Pero todo aquel partido Chavista, de Izquierda, que no sea el PSUV quedará por fuera. Un método como este raya en el fascismo.

Hace 5 o 6 años, bajo el liderazgo del Comandante Chávez, hablar de Chavismo implicaba el apoyo automático a la gestión de Gobierno, pero hoy no necesariamente es así. En las elecciones parlamentarias del 2015 la derecha obtuvo la victoria gracias a la abstención de más de 2 millones de votos chavistas y esa abstención masiva se debe al descontento, primordialmente a causa de la situación económica. Desde allá hasta aquí la situación del país ha empeorado de forma brutal, provocando un malestar de mayor escala dentro de las filas del Chavismo, de manera que si en aquel momento se trató de 2 millones en estos momentos pudiéramos estar hablando de 3 (o tal vez mas) millones de personas, que se definen como Chavistas, pero que no se sienten identificados con la gestión del actual Gobierno. Se trata de millones de personas que en su mayoría no van a votar por la MUD, pero tampoco lo van hacer a favor del actual equipo de Gobierno, y que por su tendencia ideológica de existir una opción Chavista y de Izquierda alterna al partido de Gobierno muy posiblemente votarían por esa opción. En el conocimiento de este escenario político pudiera encontrase la causa del extraño cambio en el proceder del CNE hacia los partidos políticos, en especial hacia el PCV, PPT, Redes, UPV, PRT y demás partidos del Gran Polo Patriótico.

Bajo un método como el que ha creado en estos momentos el CNE el MVR jamás hubiese podido registrase como partido, y Chávez no hubiese podido ser candidato porque no habría existido un solo partido que pudiera postular su candidatura.

Llama la atención que de una vez el CNE anuncie que el proceso de relegitimación de partidos tardará varios meses, y concluirá luego de mediados de año. En este sentido vale la pena recordar que cuando el Presidente Nicolás Maduro decidió convocar una recolección de firmas contra el decreto de Obama, las autoridades del CNE tardaron menos de 24 horas en anunciarle al país que habían verificado las firmas y que en efecto habían mas de 10 millones de rubricas, con esto el CNE deja la impresión de que sus tiempos dependen de la tarea que esté desempeñando.

No puede ser que el CNE en estos momentos se comporte peor que el Consejo Supremo Electoral de un régimen tan despótico como la cuarta república. No existe manera de defender esto cuando militamos en un Proceso cuya bandera desde el inicio fue la construcción en Venezuela de un nuevo modelo político basado en la Democracia Participativa Directa y Protagónica.

Por último, es menester recordar al CNE que la Democracia se construye sobre votos, y que los Gobernadores tienen vencido su periodo Constitucional. Luce bastante oscuro que ya hayan pasado meses y que los Gobernadores comiencen a ser nombrados a dedo desde Miraflores. Si alguien cambió para siempre la historia de Venezuela ese fue el Comandante Chávez, el gran Líder de este país que todo lo hizo sobre la legitimación de los votos del Pueblo, difícil decir que se defiende el legado de Chávez cuando con hechos se actúa en sentido contrario a su legado.

 

 



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Ronald Muñoz

Comunicador y escritor.

 el_iniciado@yahoo.com      @ronaldmcaracas

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