Todo el país quedó estupefacto cuando viendo y escuchando hablar por Venezolana de Televisión a la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, compatriota por la que se ha tenido siempre un profundo respeto por sus posturas políticas y legales en defensa del país y del ciudadano y de la Constitución, dijo lo que nunca ha debido decir públicamente y en el particular y delicado momento político que vive el país, ante una notoria, palpable y visible conspiración nacional e internacional para derrocar el Gobierno revolucionario que preside Nicolás Maduro.
¿La primera pregunta que se hicieron los revolucionarios, el pueblo chavista fue: ¿por qué la Fiscal General no planteó por los canales regulares que establece la institucionalidad su discrepancia o divergencia por las actuaciones del Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, con relación a lo decidido por el alto organismo con las Sentencias 155 y 156 en relación a la Asamblea Nacional que se encuentra en permanente desacato? ¿Por qué lo hizo público en momentos que a nivel internacional el imperialismo norteamericano ha orquestado, a partir de la OEA, de su secretario general Luis Almugre, y de una decena de naciones latinoamericanas derechistas cuyos gobiernos se arrodillan ante el nuevo gobernante gringo que les da las órdenes? ¿Por qué le puso en bandeja de plata a la derecha fascista esa formidable carta política para que la utilizaran como lo hicieron contra la Revolución, le abrieran sus brazos los mismos que tienen años denostando de ella con actitudes misógenas, la han agredido y despreciado al igual que a otras compatriotas que dirigen otros importantes organismos del Estado como el CNE, TSJ, FGR?
Las declaraciones de la Fiscal potenciaron a niveles desconocidos en las redes sociales de internet y en la prensa radial, escrita y televisiva las críticas y los ataques de la extrema derecha opositora y su campaña de una supuesta "ruptura del orden constitucional, del hilo constitucional, disolución de la AN…", elevándola a extrema estrategia que es apoyada por gobiernos conservadores en América y Europa y que constituye un plan golpista que ha sido condenado por el Presidente.
Esas infelices, imprudentes y dañinas declaraciones donde hizo público lo que a su juicio era una violación a la Constitución por parte del TSJ, se producen precisamente el día que se estaba activando un golpe de Estado desde el exterior, donde la alta dirección de grupos fascistas como P(in)J, V(im)P, AD salieron al exterior a conspirar, a países comprometidos con el intervencionismo: Colombia, Argentina, Perú, Panamá, España, Estados Unidos del Norte, México, que incluso muchos sacaron a sus familias del país.
¿Fue un acto caracterizado por la ingenuidad política o fue algo deliberado?
Surge la duda porque una primera consecuencia es el hecho que grupos que se han apartados del chavismo han hecho suya los planteamientos hecho por la Fiscal
¿Desconocía la Fiscal esos hechos de tensión política, de una evidente y pública subversión por parte de los enemigos del proceso revolucionario o actuó deliberadamente, a conciencia, y la divergencia no era sólo por las Sentencias del TSJ sino directamente con el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro y estaba deslindando del mismo, es decir, saltaba la talanquera como se dice en el argot popular, abría una brecha en el campo de la Revolución?
El Presidente Nicolás Maduro recogió el guante y acusó el golpe bajo de la Fiscal, actuó con presteza, tomó la iniciativa y en acto público, con el tacto debido, para no echarle más leña y gasolina al fuego, criticó los imprudentes señalamientos públicos de la Fiscal General señalando que las divergencias entre los poderes públicos se presentan cuando hay ejercicio pleno de la democracia y es un hecho normal pero existen canales para tratar las contradicciones y no es precisamente a través de los micrófonos.
Pero Nicolás Maduro actuó con la firmeza, contundencia y sagacidad de un líder y conductor de un país y convocó de inmediato a los órganos del Estado que conforman el Consejo de Defensa de la Nación en cumplimiento con el artículo 323 de la Constitución, para preservar la paz del país, para discutir los señalamientos y críticas que hizo la Fiscal y debatir los alcances de las declaraciones de la Fiscal.
El Consejo de Defensa de la Nación está conformado, además del Presidente de la República, por el vicepresidente Ejecutivo, Tarek El Aissami; el ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López; la ministra para Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez; el ministro para Relaciones Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol; el ministro para la Comunicación e Información, Ernesto Villegas; la ministra para el despacho de la Presidencia, Carmen Meléndez; el presidente del Poder Moral y Ciudadano, Tarek William Saab y el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno. El presidente de la AN, diputado Julio Borges fue invitado a la reunión del CDN pero deliberadamente no fue.
Ante la situación planteada por las públicas declaraciones de la Fiscal y el daño que hicideron, el Presidente fue contundente y señaló que este "Consejo deberá hacer las aclaratorias respectivas, necesarias, en el marco de la autonomía y la constitucionalidad de cada poder, con el objetivo de despejar cualquier tensión, cualquier duda y ratificar el poder de darle paz, independencia, estabilidad a nuestra República y unirnos como debemos estar en la defensa de la independencia y la soberanía, frente al acoso de la derecha".
De esa reunión salió resuelto el impasse al decir del propio Presidente, se exhortó al TSJ a considerar ajustar las Sentencias, cosa que ya hizo, y se produjo un importante documento que fue leído en la madrugada del sábado y en donde uno de los más importantes señalamientos fue reactivar el diálogo con los adversarios políticos como una de las principales políticas de Estado Revolucionario.
Superado el impasse, ¿volverá la Fiscal General a ser la misma que siempre fue, una luchadora por la democracia participativa o protagónica, por los derechos humanos y la soberanía de Venezuela, o ese paso que deliberadamente dio, de hacer pública su disidencia con otro poder público es en verdad un salto de talanquera?
Quienes estamos en vilo esperando una agresión del imperio y sus aliados de la derecha latinoamericana que odia nuestra Revolución y a nuestro pueblo chavista, ante la inminencia de la aplicación a juro por parte del imperio de la guillotina que es la llamada Carta Democrática, nuestra expulsión de la OEA, el aislamiento y el cerco y bloqueo económico en gran escala y, finalmente, la posibilidad de una agresión armada que ya el Comando Sur, el gobierno de Colombia, sus paramilitares tienen montado, ¿debemos no criticar severamente la actitud desleal y torpe de la Fiscal General de la República?