Pasando La Hoja

Fanatismo religioso y macartismo

Este es un tema duro. Seguramente, habrá entre los protagonistas de ambos fenómenos, quien se lleve las manos a la cabeza y haga una expresión de asombro con la boca abierta. No importa, porque no pueden seguir impunemente maltratando a nuestra sociedad, envenenando a parte importante de la población y alimentando con su odio el caldo de cultivo de una guerra civil en Venezuela, que sería peor que la Guerra Federal que sufrimos en la segunda mitad del siglo XIX.

Uno de esos psicópatas desatados es el cura José Palmar, quien hizo circular una grabación por las redes sociales, que debe llamar la atención de los cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Porras, el nuncio apostólico Aldo Giordano y el papa Francisco:

"Capo charlatán e histriónico" le dice José Palmar al presidente Nicolás Maduro Moros, después de invocar a "Dios todopoderoso… a la Virgen y a Jesucristo" para inmediatamente decirle "extranjero" y "narcotraficante". ¿Qué pasaría en otro país, si un cura loco, articulado con grupos políticos extremistas, se larga una retahíla parecida? Pero lo anterior es nada, ante sus lenguaradas demenciales. Lean esta terrible muestra de desequilibrio, manipulación y fanatismo religioso:

-Hemos llegado al punto de quiebre de este narco régimen castrista… En este momento hay una batalla intestinal dentro de las filas putrefactas del mal llamado socialismo del siglo XXI. El infierno se autodestruye cuando el diablo que gobierna bajo el esquema de la muerte es víctima fatal de sus propios demonios, que aniquilan todo lo que encuentran a su paso. Es hora de que este castillo de opulencia, tiranía y manipulación ideológica llegue a su final… El Espíritu Santo, en este tiempo de Pascua, es el animador de la vida y defensor de los creyentes. Que ese Espíritu Santo… nos auxilie de la embestida salvaje de estos desalmados criminales… (Que) están ahora bebiendo de su propio veneno, como es la violencia. Quien mata con premeditación y alevosía, no puede terminar riendo, bailando y humillando al pueblo. Pueblo de Venezuela, pueblo creyente… mantengamos la calma, conservemos la serenidad, cuidado con prestarnos a la industria del rumor producida por el propio G2 cubano; y mucho menos, a escondernos por el miedo. No es la hora del cansancio, es la hora de concluir santamente lo que empezamos el seis de diciembre (2015), cuando demostramos que somos mayoría democrática y electoral. La calle es letal para este agonizante narco régimen… la oración confiada es el arma de mayor poder que tienen los pueblos martirizados y oprimidos. Pueblo de Venezuela: ¡A protestar! ¡A rezar!, con la frente en alto y el corazón lleno de amor por esta Venezuela, que hoy comienza su liberación. Le bendigo a todos ustedes… en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén… ¡Aleluya!"

La manipulación del fanatismo religioso ha crecido en las redes sociales de forma exponencial, alarmante, con mensajes de ese tipo enviados y reenviados por creyentes católicos y evangélicos oscurantistas. Este fenómeno con piquete político de odio y violencia contra el gobierno de Maduro, debe ser rechazado por las comunidades y atacado por las jerarquías de esas iglesias, a menos que queramos terminar fumando tabaco e invocando espíritus a favor y en contra de la MUD y el PSUV, para aumentar la vergüenza que ya estamos auto generándonos ante el mundo.

Aliño macartista

Cuando alertamos y luchamos contra el macartismo, la actitud de algunos es negarlo y considerar una estupidez, esas advertencias.

Definido como "persecución anticomunista impulsada por el senador Joseph McCarthy (1909-1957) en Estados Unidos de América, durante el período de la guerra fría", el macartismo también es descrito como un conjunto de acciones emprendidas contra grupos de personas por sus ideas políticas y sociales, generalmente progresistas, anticapitalistas y socialistas, englobadas maniqueamente en el ideario "comunista", no solo desde el punto de vista teórico sino asociado a las experiencias de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Europa Oriental, China, Vietnam y Cuba, cuyas principales características son el monopartidismo (Partido Comunista), la anulación represiva de la libertad de pensamiento y la economía estatista.

A pesar del fin de la "Guerra Fría" entre 1989 (caída del muro de Berlín) y 1991 (desintegración de la URSS), el macartismo subyace en los arsenales de propaganda pro capitalista, tanto en Europa como en América, donde las oligarquías lo cultivan en defensa de sus privilegios y crímenes de lesa humanidad, como en Colombia, Centroamérica o el Cono Sur, donde sus pueblos han vivido las más espantosas dictaduras militares en nombre del "anticomunismo".

EEUU, desde el Departamento de Estado, el Pentágono, la CIA y otras agencias de inteligencia globales, lo ha cultivado y aplicado abiertamente, asociado con su industria cultural, las oligarquías latinocaribeñas, sus sistemas políticos y redes comunicacionales, desde la prensa, cine, radio y televisión hasta las redes sociales y la "industria del espectáculo".

Venezuela no ha sido la excepción, especialmente durante los últimos veinte años, después de la siembra ideológica macartista durante los gobiernos de Rómulo Betancourt (1959-1964) y Raúl Leoni (1964-1969), asociados con la CIA, el Pentágono y los gobiernos de EEUU.

Hoy, afincados en los errores, corruptelas y aberraciones autoritaristas del gobierno (Chávez-Maduro), el impulso macartista se ha acelerado y enraizado socialmente, a manos de fuerzas retrógradas partidarias del neoliberalismo y el más abyecto pro imperialismo, como nunca antes habíamos conocido.

El camino retrógrado que marcan desde la MUD y su entorno nacional e internacional, donde se articulan estrategias y campañas hacia la toma del poder en Venezuela por vía de la fuerza (golpe insurreccional), está cargado de macartismo y fanatismo religioso, ambos explotados a máxima intensidad, lo que configura una tendencia demencial que nos puede llevar a la guerra civil y una auténtica "cacería de brujas", muy sanguinaria, en pleno siglo XXI.

Este planteamiento no es en apoyo del gobierno del PSUV ni mucho menos; es en defensa de la paz, el civismo y un diálogo nacional integrador para propiciar la superación de las miserias acumuladas por la polarización PSUVMUD, cuyos dirigentes no tienen derecho a causarle más daño a la sociedad.



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Manuel Isidro Molina

Ex presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela Licenciado en Comunicación Social - Universidad Central de Venezuela Especialista en Ciencia Política - Universidad Simón Bolívar Columnista del semanario LA RAZÓN Asesor en análisis de entorno político y social

 manuelisidro21@gmail.com      @manuelisidro21

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