La convocatoria a una Asamblea Constituyente por el ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, constituye, según los datos estadísticos que maneja la oposición, la decisión más suicida que Presidente alguno haya tomado en el mundo. En otras palabras: Nicolás "hizo como Chacumbele y el mismito se mató".
¿Cómo se le pudo haber ocurrido al mastodonte ese semejante barbaridad?, me dijo anoche un amigo escuálido. ¿No sabe él acaso que nosotros tenemos el apoyo del 90% de la población?. ¿Se le olvidó que en la última elección habida en el país le dimos un revolcón y le ganamos la casi totalidad de la Asamblea Nacional?. ¿Será que sufre de amnesia?. Yo ante todas esas argumentaciones tan coherentes, llegué a la conclusión que Nicolás se las "puso bombita" y que le tocará a la oposición fundar la VI República con los 450 diputados, de 500, que obtendrá en esa próxima consulta electoral que se hará al pueblo de Venezuela.
Bueno, poniéndome serio y sin usar los sarcasmos e ironías con los cuales suelo escribir mis artículos, debo reconocer que la jugada de Nicolás fue de ¡Jaque Mate!. A cada planteamiento de la oposición les dio una respuesta precisa y contundente que los fue llevando al terreno constitucional:
¿No quieren dialogar conmigo?: Dialoguen entonces con el país.
¿Tienen mayoría dentro del pueblo?: Demuéstrenlo. Les ofrezco la vía electoral.
¿Quieren cambiar o destruir lo que ha hecho la Revolución?: Aquí tienen la oportunidad de hacerlo sin violentar la Carta Magna que nos rige.
¿Qué son más capaces y tienen las fórmulas para acabar con la Guerra?: Háganlo, modifiquen las leyes que sean necesario y eliminen las que sean obsoletas o según ustedes no sirven, eso sí, asuman la responsabilidad histórica como lo hizo el Comandante.
Si la respuestas de la oposición es la de que: No quieren diálogo de ningún tipo, no confían en el Poder Electoral y sólo quieren destruir los logros de la Revolución sin presentar alternativas, entonces que se vayan a lavar ese paltó y que se preparen para pelear con Rondón, que los "está esperando en la bajaita."
