Se repite el escenario de traiciones de abril de 2002

En los últimos días hemos estado viendo como personas que fueron consideradas en algún momento Cuadros de la Revolución, aparecen coincidiendo sospechosamente, con la línea discursiva oposicionista. Estamos hablando de personas que salieron a la palestra pública de la mano del Líder Supremo, ostentando cargos de suma importancia, individuos que se devoraron por completo el Proceso Revolucionario en sus mejores momentos y hoy los vemos mimetizados, plegados a las líneas comunicacionales de la derecha. En algunos casos repitiendo sus discursos y en otros, creando las condiciones, para que las estrategias de los apátridas, se desarrollen sin ningún tipo de impedimentos. Se presentan tan afiliados a las causas de la derecha, que parecieran no querer ver la película completa, limitándose en sus comentarios, solo a la parte conveniente a sus nuevos aliados.

Se viene dando un desgrane de traiciones, parecido a lo vivido durante el golpe de estado de abril de 2002. Ante esta situación, parte de la Militancia Revolucionaria, se ha estado afligiendo, olvidando quizás, las deserciones impensables, sufridas por el Líder Supremo durante aquellos días. Deslealtades cometidas por gente que integraban el primer anillo de confianza, de Hugo Chávez. Fueron Judas que caminaron de la mano de nuestro Comandante y en aquella coyuntura, decidieron lanzarlo al vacío. Por mencionar solo algunos: traigo a colación, aquel mal llamado padre de la Revolución, Luis Miquelena, el General Rosendo y la señora Marisabel de Chávez, personas de su entorno más íntimo. Pero a pesar de estas deserciones en aquellos momentos aciagos, triunfó la Justicia. Se impuso el Patriotismo. Nuestro Pueblo jamás traicionó. Acompañó y creyó hasta el último momento, en su Líder. Logrando restablecerlo en la Majestad concedida por el voto popular. Cuando los burócratas creían que con su traición derrumbaban la Patria Nueva, las Bases del Pueblo, le recordaron que no volverían.

Con lo anterior expuesto, debemos tener claro que las traiciones están a la orden del día, más cuando se tiene enemigos tan poderosos, como los que han acosado todo este tiempo al Proceso de Inclusión y Justicia Social que se desarrolla en Venezuela.

Dentro de las cosas que hay que tener presente está, valorar quién es nuestro enemigo y cuáles son las motivaciones que lo llevan a arremeter de la manera que lo hace, en contra del Proceso Revolucionario. Es evidente por su descaro voraz, que el primero de ellos, es el imperio norte americano y otro grupo de países, serviles a sus intereses. También el gran capital, quien ve en nuestro justo proceso de distribución de riquezas, una AMENAZA INUSUAL Y EXTRAORDINARIA, para el sustento de sus privilegios. Sin dejar de mencionar las oligarquías del mundo y su interés en mantener su hegemonía. Y las motivaciones: el mal ejemplo que representa la Revolución para el sistema capitalista y los acaudalados del mundo. Por otro lado, echarle mano a las cuantiosas riquezas de que dispone nuestra Nación.

Pero cuáles pudieran ser las razones que conllevan a que una persona, traicione su trayectoria y sus ideales y se sume al otrora enemigo:

  • El orgullo. El creerse superiores a los que conducen los procesos sociales.

  • El individualismo. Sentir que no pueden ser simples militantes y no encontrar espacios para llevar a cabo sus cruzadas y hazañas..

  • Cometer actos de corrupción que lo execren de la dirección de los procesos sociales.

  • Colocar por encima de las demandas del pueblo, ambiciones y aspiraciones personales.

  • Los chantajes por grabaciones de actos impúdicos. Producto de vidas desenfrenadas o trampas montadas con un fin preestablecido.

  • Que hayan negociado seguir siendo actores y busquen posiciones en un nuevo gobierno.

  • Que se haya decidido abrirle espacios a gente nueva y los que antes estaban, se nieguen a pasar a la retaguardia.

  • Por maletinazos de dólares, que algunos les distorsionan los sentidos. Como ocurrió en la primera Asamblea Nacional, ganada por el Chavismo.

  • Que le hayan ofrecido un exilio dorado, en los Estados Unidos, sin tener que mortificarse por trabajar nunca más en sus vidas, como ocurrió con Rafael Isea y Leamsy Salazar.

  • Que nunca hayan sido nuestros, y permanecieron agazapados hasta el momento del gran salto.

  • Personas captadas por la CIA u otra agencia de inteligencia del mundo, a través de las ofertas señaladas anteriormente.

Llama la atención, como "cuadros revolucionarios", que no terminan de quitarse el remoquete, no perciben que con sus intervenciones mediáticas, le hacen la cama a la contra. Algunos ni se mortifican por crear un discurso propio, su flojera o mejor dicho su descaro, los lleva simplemente a tomar para sí, el discurso opositor y culminan sus intervenciones, sosteniendo que no son Maduristas, pero si Chavistas. Aunque una simple valoración los ubique como activistas de la derecha.

 

Mucha gente se pregunta, será que estos tipos, no se percatan de que están siendo muletas de la derecha? Será que no han percibido la coyuntura difícil por la cual está atravesando el proceso revolucionario?. Será que no han notado que el enemigo dispuso todos sus recursos para borrar del mapa la Revolución Bolivariana?. Realmente serán tan brutos, o simplemente ya forman parte de la nómina de Caballos de Troya, captados por el enemigo?. Es más que evidente, que si se les aplicara el escualidometro, lo reventarían.



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Pedro Figueroa


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