En momentos en que el país atraviesa por una grave situación provocada por la ultraderecha cipaya, lo que menos debería esperarse es que el Ministerio Público pretenda nadar en dos aguas, mientras los terroristas con su criminal foquismo sigan causando un terrible daño a la nación. Quisiéramos estar equivocados, pero los hechos dan la impresión de que la Fiscal General actúa como un comodín, pues en vez de cumplir con sus obligaciones, esta vez prefirió amarrar el burro en dos palos en la creencia de que podrá estar en la buena con Dios y con el diablo.
A esta cuestionable práctica que está ocasionando angustia y desesperanza en la ciudadanía, se suma la advertencia expuesta por el ex Fiscal Isaías Rodríguez, cuando hace pública su sospecha acerca de la existencia de una red de fiscales reaccionarios que juegan a controlar el Ministerio Público con fines inconfesables, y que además con su accionar intentarían mediatizar la autonomía en la voluntad de Luisa Ortega. ¿Está haciendo lo correcto la mencionada titular del MP? ¿O será que el paramilitarismo la tiene amenazada con tomar medidas drásticas contra su persona? Por lo pronto solo son hipótesis, mientras esperamos que resplandezca la verdad.
Palabras más palabras menos, reconocemos que persiste la duda acerca de si fue o no acertada la designación de Luisa Ortega como Fiscal General, o habrá que preguntárselo a Toby Valderrama, quien después de cuatro años descubrió que Chávez estuvo equivocado con algunos nombramientos. Leerse su último artículo que aparece en Aporrea el 24-5-2017.
Lo cierto es que el máximo tribunal de la república, ahora tendrá más trabajo, ya que entre sus facultades esta no permitir que la administración de justicia se enerve por la omisión del Ministerio Publico, institución esta que ahora pareciera competir con un "parlamento" declarado en desacato por la Sala Constitucional.
Frente a tantas delicadas situación que abren un abanico de dudas, uno se pregunta que hizo Maduro para que se le castigará lidiando con tantos sujetos desordenados que no miden las consecuencias de sus actos, y que esto ocurra precisamente cuando Venezuela necesita estar más unida que nunca para enfrentar el complot de trasnacionales ávidas de petróleo y demás recursos que yacen en nuestro territorio.
