Andar a "saltos de mata" es diferente a "saltos de talanquera". La primera expresión, en mi pueblo y entre mi gente de allá del barrio "Río Viejo" de Cumaná, como atorado entre Cochabamba y Las Palomas, tiene el mismo significado de "mato o lagartija, con un triquitraque en el rabo". Lo que es lo mismo que andar tan apurado como cuando alguien tiene demasiada prisa por llegar al baño. Dicen "revolucionarios" que las revoluciones, los cambios sociales y políticos deben ser como a la carrera; es generalmente el deseo y propósito de los apurados, pero obviamente eso está sujeto a mediciones que no se avienen a los caprichos o simples deseos. Y en veces, la velocidad de los cambios no dependen de la voluntad de nadie, pese medie la mejor buena fe o disposición. Pero por no entenderlo así, se producen los choques, atoros y frustraciones.
La forma de lucha impuesta a la oposición por el grupo más radical, ha puesto a muchos en apuros. Porque ella pareciera no dar los resultados esperados. Por lo menos en el muy corto plazo deseado. Pareciera que esa violencia exigiera más tiempo, dedicación, pérdida de vidas de lado y lado, crueldad y hasta llevar al país al borde de una guerra civil y hasta hundirnos en ella. El simplismo, no de los grandes poderes que por detrás actúan, sino de ejecutores, aplaudidores y asistentes en actitud de "vamos a ver qué pasa", según el cual, después de unos pocos días de violencia se produciría una explosión popular y ruptura en el ejército, no ha dado los resultados esperados. Es decir, la oposición es víctima, de manera recurrente, de los saltadores de mata, de quienes quieren que un año tenga dos o tres meses. Por eso, como por lo hecho hasta ahora nada ha pasado, optan por "escalar" o profundizar, aumentar los errores y devastaciones.
La realidad se ha movido al margen de ese guión y hay quienes, que en él no creen y tampoco quieren, más no se atreven a decirlo, parecen, por la fuerza de los hechos, fortalecerse en sus convicciones y estar dispuestos a hacer valer sus visiones. Más, pareciendo tan obvio que, por la gravedad de la crisis toda, la fortaleza del gobierno se ha mermado tanto que pareciera presa fácil en una contienda electoral. Aunque hay quienes dicen que el gobierno se ha fortalecido, apreciación como dudosa. Aunque uno podría hablar de dos contrincantes como agotados, combatiendo con armas y tácticas no competentes y dispuestos a pedir "time".
Hay sectores, José Vicente Rangel, en este bando pareciera identificar a Manuel Rosales, su UNT y AD con Ramos Allup y todo, que parecieran estar dispuestos a distanciarse de quienes no tienen otra agenda que la ligada a la violencia, el golpe de Estado, la guerra y hasta la invasión, fórmulas estas que buscan trastocar la legalidad, los derechos y llegado el momento se llevarían por delante a quien hasta en poca cosa discrepe, así haya sido de los primeros en colaborar. Eso le pasó al Partido Socialcristiano Chileno, que apoyó el golpe dado contra Allende y terminó siendo perseguido por Pinochet. Revisemos lo acontecido en todas "las salidas", Libia, Afganistán, Irak y hallaremos de lo mismo. No sería extraño ver a mucho hoy opositor sufriendo los estragos impuestos por un nuevo estado de cosas. Es decir, corriendo por delante de quienes ahora están atrás.
Por andar a saltos de mata, a la carrera, se hacen las cosas a la medida de quienes eso así planificaron y terminan siendo arrastrados por el río que se sale de cauce, que desde que comenzó a bajar venía con la furia de la muerte y la meta de arrasar con todo. No habría quien lo frene y eso intente terminará destrozado y flotando sus restos dispersos, allá donde las aguas se amansan.
La propuesta constituyente que nace, según lo dicho por quienes han sido sus parteros, serviría para amansar las aguas. Pero nació con el síndrome del apuro. El mismo de quienes aspiran "La salida". O lo que es lo mismo, con la maña de andar en los saltos de mata y el apuro mismo pudiera, lejos de amansar aquellas, darles un nuevo impulso.
No sé si esa maña o práctica generada en la propia matriz, es un defecto de fábrica, propia de las circunstancias en la que se desarrolla nuestra vida o de la mala intención que siempre parece prevalecer en nuestros actos, hasta aquellos que parecieran ser más generosos. Tendemos a concebir proyectos hermosos, "preñados de buena fe", pero solemos envolverlos en planes de ejecución de a la carrera, que matan o descomponen todo. Pereciera que la mala fortuna se empeñase en favorecer lo inapropiado o que el diablo de cualquier cosa se vale para imponer sus designios. El apuro, justificado en la gravedad de la crisis, se impone ahora como un elemento que pudiera conducirnos al fracaso; como un catalizador inapropiado.
El Consejo Nacional Electoral está apurado o la propuesta le apuró. Debe ser ya, antes que amanezca, si es preciso, llamar a inscribir los candidatos a constituyentistas. Creo que eso debe suceder entre miércoles y jueves próximos, hoy es lunes. Es como un salto de mata descomunal o varios, unos tras otros. Como aquellos de Tarzán de los monos en intricada selva africana. Una vaina a la carrera. ¿Será por lo de las de gobernadores y alcaldías? A lo mejor; este es un país de saltadores de matas.
Con la misma premura comenzaron a llamar desde ciertos enclaves a reuniones este fin de semana "para discutir la propuesta constituyente y escoger los candidatos". Porque el tiempo apremia. Hay que saltar las matas. Es un salto de mata como mortal.
Se llama a constituyente, que si bien no es exactamente la panacea como ya dije en artículo anterior, para descalificar y derrotar la violencia, no deja de ser oportuna y saludable, pero se vuelve a lo de siempre. La premura, la carrera, los saltos de mata, todo planificado para favorecer a los cogollos y al poder. Tanto que hasta los candidatos se escogerán a la carrera y sólo le quedaría a uno ir a votar por ellos o abstenerse, porque los hombres libres necesitan tiempo para ponerse de acuerdo, hasta con ellos mismos. Sólo los cogollos y quienes tienen poder, desde el gobierno u oposición, pueden escoger candidatos tan a la carrera y posicionarlos como para que puedan salir ganadores.
Y eso que temí se va a dar, para ser justo, pareciera a punto de darse. No hay manera que los obcecados por el poder cambien de conducta. Una hermosa oportunidad para desatar un gran debate que conduzca a proponer candidatos revolucionarios, honestos, cultos y sobre todo libres a carta cabal, sin limitaciones ni compromisos diferentes al interés nacional y discutir propuestas de cambio o para mejorar lo pertinente, pareciera destinada a lo de siempre, desembocar en un potrero donde el largo botalón espera.
En lenguaje coloquial, algún pintoresco personaje, podría decir de la forma que se lleva el proceso constituyente, "cayó en una mala ceba". Es decir, en una habitual y mala práctica, la propia del cogollo y del dedo. Y esta práctica no es ajena a ningún bando.