El discurso político en Venezuela, en las actuales circunstancias históricas, es, por decir lo menos, interesante, inconcluso, a-ideológico, alienante y repetitivo lo cual nos lleva a la necesaria reflexión sobre qué Venezuela está sobre el tapete de la Historia, a cuál Venezuela nos proponemos alcanzar tanto en sus responsabilidades a lo interno-geográfico como en sus responsabilidades en el foro internacional, con cuál proyecto de Estado nos suscribimos en considerando que algunos factores sociales lo hacen por un Estado rentista reformado mientras que el factor opuesto suscribe el de un Estado moderno de corte social tanto en su concepción nacional como en sus reflejos en lo internacional.
Es en el marco de esos escenarios donde se encuentra pululando toda la sociedad venezolana en actitudes y comportamientos no solamente ajenos a "lo tradicional" del criollo tanto como en expresiones de corte cuasi-revolucionarios en considerando que, conceptualmente, la definición de "revolucionario" se ha venido diluyendo en clichés y alienaciones dogmáticos donde se endilga el título tanto a factores sociales de derechas como factores sociales de avanzada histórico-criollas.
En nuestro inmediato escrito próximo pasado donde proponíamos una provocación sobre el supuesto carácter y comportamiento de Nicolás Maduro Moros como político en ejercicio dictatorial quizá, en sana crítica, dejamos en el tintero algunas precisiones necesarias para la mejor comprensión de "tirios y troyanos" cuales permitieran el poder contrastar nuestra argumentación en propuesta arriba en referencia con decires repetitivos de un sector alienado de la sociedad venezolana a esquemas adscritos a ese concepto propuesto de un Estado rentista reformado cual, evidentemente, aún no hemos definido para mejores entenderes y comprensiones.
En dicho y referido escrito nuestro mencionábamos a dos gobiernos cuales nos parecieron y nos parecen muy interesantes como referencias comparativas en el marco de nuestro propio proceso de escenarios álgidos en permanente confrontaciones sico-sociales y callejeras. Concretamente esas referencias en mención fueron los escenarios desarrollados en Suecia durante el periodo de gobierno de Olaf Palme titulado, global y popularmente, como "socialismo a la sueca". El otro escenario fue el referido al proceso político-jurídico que se desarrolló en la isla china de Taiwan bajo la dirección gubernamental del Generalísimo Chiang Kaishek cual, en nuestros modestos pensares, aún se mantiene como estructura de Estado chino-taiwanés a pesar del actual gobierno de corte demócrata-cristiano con influencias de la democracia cristiana alemana. Ambas realidades son de significación política y jurídica en el marco de nuestro propio proceso político-ideológico e histórico-nacional tanto en lo que consideramos como la sociedad civil tanto como la sociedad militar y, en lógica consecuencia, "lo cívico-militar", curiosamente, aún poco definido y mal estructurado sí así lo comparamos con experiencias arriba en mención.
En el proceso que se ha venido desarrollando desde no solamente en lo significativo del triunfo de Hugo Rafael Chávez Frías en aquel diciembre del año 1998 sino, fundamentalmente, desde el propio momento histórico de aquella Constituyente cual permitiría, en última instancia, la aprobación y el ejecútese de la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ha sido y es un proceso en permanente y necesaria perfectibilidad en función de poder alcanzar una de las propuestas arriba en mención referidas al Estado venezolano al cual se aspira alcanzar para su desarrollo durante, fundamentalmente, los primeros 50 años del presente siglo XXI en considerando, fundamentalmente, las profundas, interesantes y obligantes, realidades que se vienen expresando en su desarrollo a nivel mundial en el marco internacional y realista de la permanencia pero en decadencia del sistema capitalista global.
Es decir que el llamado, sí se nos permite definirlo como tal, del Presidente Nicolás Maduro Moros a la realización de un proceso constituyente en los actuales avatares nacionales e internacionales, es, sencillamente, una etapa más del propio proceso constitucionalista en perentoria necesidad visto tanto el agotamiento de paradigmas actuales constitucionales ante las propias realidades tanto interno-nacionales como las realidades internacionales.
Es, en ese marco, que nos consideramos de fundamental y objetiva necesidad el entrar a estudiar, con las seriedades del caso, tanto aquella interesante y particular experiencia referida como "socialismo sueco" como de importancia vital el tratar de comprender el proceso constituyente que se iría desarrollando bajo el Gobierno del Generalísimo Chiang Kaishek, en ambos casos, frente a las realidades objetivas e indiscutibles no solo con respecto al ambiente internacional-global sino, fundamentalmente, a qué consideramos qué es Venezuela, realmente, en sus responsabilidades continentales y sus objetivas responsabilidades internacionales, fundamentalmente, en los organismos internacionales visto y considerando las tesis del "Gobierno Global-Mundial" que se viene instruyendo en las aulas universitarias norteamericanas y promovidas, eso si, por el Poder Real estadounidense tanto como imperio como en sus políticas imperialistas en el marco de su reingeniería actual según la "nueva política Obama" (JVR dixit) tal como la viene desarrollando el empresario norteamericano, Donald Trump, como Presidente constitucional de los Estados Unidos de Norteamérica.
Es de fácil pero perentoria necesidad de demostración exponer, públicamente, las fortalezas y las debilidades actuales del Estado en transición venezolano para tratar de alcanzar una mejor comprensión de esa realidad por parte de los factores realmente revolucionarios tanto venezolanos como allende nuestras fronteras históricas de Venezuela.
Es de fácil demostración que el proceso actual en referencia a dicho Estado se encuentra en una profunda y grave crisis debido a las consecuencias producto de los necesarios y obligantes "cambios profundos" en curso más porque los actuales y necesarios cambios en curso exponen que es ahí donde se encuentra la carga fundamental de la contradicción actual de la Política Nacional en Venezuela cuando las derechas en el marco de su propuesta de un Estado rentista reformado conocen, perfectamente, qué significarán las conclusiones y aprobaciones a las cuales se alcance durante el proceso constitucionalista en curso y, es por ello, que los discursos de los políticos de oposición se adscriben e inscriben en la necesaria y obligante mentira permanente buscando tratar de alcanzar la "confusión sicológica", consolidar sus posicionamientos en los sectores de clase media y erogar las sicologías de las clases populares a través de las guarimbas, el permanente ejercicio del terrorismo de calle, las guerras de la escasez de productos de primera línea de uso personal, el acaparamiento produciendo como efecto inmediato la subida de precios al consumidor y, en su lógica consecuencia, tanto la especulación como la inflación inducida, el saboteo en los factores sociales de primera necesidad permanente, el agobio y el cansancio de la población urbana ante los desmanes de los terroristas y las permanentes llamadas a marchas, etc.
Pero hay un factor, aparentemente, poco trabajado por esa oposición de derechas adscrita al proyecto de Estado rentista reformado y ese es el factor militar venezolano. Es, en este punto, donde se encuentra la mayor debilidad del factor político-golpista-venezolano, permitiéndonos calificarlos como "golpistas" en considerando que ese proceso golpista es interesante y sui generis para el escenario venezolano.
El proceso golpista actual en desarrollo en Venezuela es, profundamente, diferente al de Ucrania en considerando los paradigmas históricos en ambos casos cuando allá, en Ucrania, el factor civil fue fundamental para el proceso de derrumbe del gobierno confrontado así como las realidad parlamentaria ucraniana cual es diferente a las realidades parlamentarias venezolanas no solo en sus praxis como también en sus perfiles sicológicos, históricos e institucionales. Por ejemplo, mientras que los parlamentarios ucranianos no tenían la necesidad de "viajar al exterior" por las propias realidades geográfico-europeas, en el caso venezolano conocemos como, prácticamente, el "parlamentario de oposición a la Revolución Bolivariana", prácticamente, "no se baja de un avión".
En contraste, "lo militar" venezolano, ante ese claro ejemplo de comportamiento de la oposición golpista, se confronta, cotidianamente, en varios frentes nacionales, a saber: el frente del terrorismo de calle, curiosamente, promovido por los "alegres viajeros", escenario bajo las responsabilidades tanto del Ministerio de Interior, de Justicia y Paz y el Ministerio de la Defensa. Un segundo escenario es el fronterizo en su "cinco" (sic) puntos cardinales, según la tesis geográfica de un político de oposición, donde las responsabilidades militares son de "alto nivel para la seguridad nacional". Un tercer escenario es el continuo estudio de la geopolítica y la geo-estrategia de quienes, desde países imperiales, amenazan con la seguridad nacional.
Pero aún es más importante no solo la ignorancia y el ignorar el carácter de la "unión cívico-militar" sino el total alejamiento a la comprensión sociológica que se enmarca en lo real-significativo de esa unidad en referencia civil y militar y la realidad que se expresa en cuanto a la Política de Seguridad y Defensa del territorio histórico, de la Historia Patria y las actuales responsabilidades nacionales y allende de Venezuela como una realidad continental americana.
Es decir, en el marco del proceso de golpe de estado sustentado en una teoría de derechas de la "Guerra Política", guerra de cuarta generación, frente a esa realidad objetiva y significativa de la "unión cívico-militar", la oposición ha diseñado un "paramilitarismo-terrorista" cual, sicológicamente, en su propio proceso en praxis continua y cotidiana realidad está en su desarrollo en decadencia por el "efecto sicológico en contrario".
Es evidente que existe una matriz de opinión muy arraigada en sectores de la sociedad venezolana de un 35%, aproximadamente, de oposición a las "imágenes de las Políticas" desarrolladas por el Gobierno de Nicolás Maduro Moros a lo cual se le debe adicionar la matriz de opinión y equivocada sobre las supuestas violaciones a los Derechos Humanos de la sociedad venezolana. Frente a esta impuesta matriz contraria al proceso revolucionario podría el aparato ideológico del gobierno y de los partidos de izquierda exponer en claras exposiciones no solo lo fundamental del propio proceso constitucionalista sino significar los alcances reales de las misiones y la necesidad de la permanencia constitucional de las mismas aún cuando se considere que, en el marco de la consolidación del Estado social, se puedan reformar, como tales, en sus significados constitucionales.
UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.