La palabra de Luis Britto en este país nuestro tiene mucho valor. Más en el universo donde habitan quienes privilegian la soberanía, la defensa del interés nacional en todos sus ámbitos y partidarios de una forma de gobierno que reconozca y defienda los derechos de las mayorías, valores culturales e históricos. Es como un referente que podría unificar a los venezolanos todos que caben en mundo antes definido. Es pertinente discrepar de él como todo aquel que opine y hasta deje de hacerlo cuando debe, pero evidente que, por su talento, siempre pronuncia la palabra adecuada y encuentra el exacto sentido de las cosas. Escasa veces, por decir un lugar común, a lo que uno es como un adicto, encontramos motivo para disentir de lo que el intelectual caraqueño opina.
Esta vez, como casi siempre ocurre, coincidimos o estamos de acuerdo con lo que ha opinado sobre la Constituyente, sólo que se me ocurre pensar que lo que aporrea recogió acerca de lo que podría ser el destino de ella, pareciera no estar bien desarrollado. Claro, debo reconocer que el texto es por demás breve. Demás está decir que es un atrevimiento nuestro intentar desarrollar lo que nuestro admirado compatriota dijo, pero en todo caso creo pertinente, sobre todo en esta crucial coyuntura, que cualquiera de nosotros contribuya con este debate.
¿Pero qué opinó en particular Britto esta vez?
Según la nota que he leído sostuvo "para que el proceso constituyente triunfe en el país, tendría que desarrollar un consenso popular donde se trabaje por las necesidades del pueblo".
Señaló como una tarea prioritaria la de legislar "contra el desabastecimiento", pues los empresarios reciben dólares a satisfacción y a precio preferencial "y no traen los productos". Señaló además que el gobierno hasta ha triplicada la cifra de divisas que habitualmente entrega a los importadores. Por cierto cuestión en la que coincide con Pascualina Curzio.
Según su parecer, para lograr consenso popular, la Constituyente debe abordar asuntos como ese.
Si bien es verdad que es acertado el juicio del importante personaje, no obstante, queremos detenernos en eso del "consenso popular".
Cuando la Asamblea constituyente se reúna, que ahora por lo que he leído, según el gobierno es para hacer una nueva constitución, para hablar como Perogrullo, previamente se habrá producido un evento de gran magnitud y trascendencia, las elecciones para escoger constituyentes. Y creemos que es vital que a esas elecciones concurra una importante cifra de venezolanos. Si la abstención va más allá del pesimismo, lo que significaría empezar con un tiro en el ala y sin "consenso popular", eso podría poner en peligro la estabilidad nacional y el sueño de retomar el camino por el cambio revolucionario. Por eso, sería conveniente que desde ya se escuche la voz de los aspirantes a constituyentes, no del gobierno, anunciando el trabajo que harían para abordar "las necesidades del pueblo", aspiración de este y de Luis Britto García. Sería una manera de empezar a "desarrollar ese consenso", demostrándole al elector las sobradas razones que demandan su voto y respaldo.
No decir nada, repetir lo que se dice desde las altas esferas del gobierno, donde poco se dice de lo por hacer para resolver esas "necesidades del pueblo", pero si muchas cosas, como lo relacionado con la oposición guarimbera, fanática y hasta fascista, que sin dejar de envolver una gran verdad, poco sirve alcanzar el gran "consenso popular" que quiere Britto y queremos todos.
Ya el proceso constituyente está convocado, las bases están establecidas y existe un cronograma; es decir, sobre eso ya no hay nada que decir porque todo está juzgado. Pero si es bueno y pertinente hablar o empezar a hablar de lo que esa constituyente deberá hacer; pero como dije, no desde el gobierno y las perspectivas de este. El debate debe tomar la calle como sucedió en 1999 para entusiasmar al pueblo que parece poco entusiasmado y perdida su confianza. Se trata de mover la opinión y desentumecer el cuerpo, no sólo para que se produzca una buena votación sino de antemano asegurar que lo mismo suceda cuando haya que someter al juicio popular el trabajo del constituyente. Ese "consenso popular" es vital para comprometer al constituyente con su compromiso y al pueblo mismo para sancionar en última instancia cuando en definitiva haga valer su soberanía.
Pero estas cosas también están relacionadas con otras dichas por Luis Britto García en distinta oportunidad a la que ya hemos hecho mención. En un artículo inserto en Aporrea el 21-05-17, titulado "Constitución contra la guerra económica", el personaje tantas veces mencionado, nos demuestra como la Carta Magna, la vigente, contiene elementos para combatir a quienes "reciben dólares a satisfacción y precios preferenciales" y se burlan del gobierno y los venezolanos.
Veamos, de manera resumida lo que dijo hace apenas unos pocos días atrás: "Empresarios han recibido 60.000 millones de dólares preferenciales" y no han cumplido con su compromiso y responsabilidad. Otros han optado por el contrabando y la extracción, provocando escasez y disparando la inflación en Venezuela. Por eso señaló como el artículo 113 de la Constitución vigente está destinado a combatir los monopolios, esos que se encargan de fijar precios por encima de lo racional e incumpliendo el compromiso derivado del recibo de las divisas nacionales en los términos ya mencionados. El 156 contra el contrabando y la extracción y el 114 para evitar la especulación y el acaparamiento.
Es decir, ya en la constitución del 99, esta que está vigente, contiene elementos para hacer el combate y pareciera que eso no se hace. Por esto, uno pudiera decir, en ese sentido, que no ha faltado precisamente fundamento legal sino voluntad, equidad para aplicar la ley y la justicia. O lo que es lo mismo, mientras aumentan especulación, acaparamiento, contrabando, extracción y conducta monopólica, crece con ellos la impunidad. Hay fallas en el gobierno.
Pero aun así, creo con Britto, que hay que llegar al "consenso popular" y para eso, el constituyente, desde ahora mismo, su condición de simple aspirante, debe debatir con el pueblo lo que haría para mejorar los mecanismos constitucionales para combatir a favor "de las necesidades del pueblo". Pero también, se debe establecer la manera o normas parar sancionar la impunidad, castigar a funcionarios incompetentes y aquellos que no hacen sino medrar y hasta quienes solo bostezan, mientas van de un cargo a otro sin siquiera entregar cuentas de lo hecho en el anterior.
¿Cómo es posible que todavía nadie se haya ocupado de esclarecer la responsabilidad de empresarios y funcionarios de gobiernos envueltos en la fuga de cifras escalofriantes de divisas como para dejarnos en la quiebra y el pelero?
Pero esa responsabilidad no sólo recae en el gobierno, también sobre la oposición que eso calla, porque si se pusiera a templar la cabuya se va a encontrar al diablo que le acompaña en el otro extremo. Lo que no le sorprendería porque lo sabe, convive con él y goza de sus beneficios.
¡Vamos por el consenso popular!