Para entender las incoherencias de una Fiscal que por ambiciosa está guindando sin ser bola, debemos recurrir al método hermenéutico, según el cual todo se entiende al revés. O sea, si es blanco, debemos entender que es negro. Por o por fa, esta es la única forma de poder descifrar la sarta de disparates de una renegada del chavismo que tiene sus días contados al frente del Ministerio Publico.
En reciente entrevista con los medios de comunicación internacionales que sirven a las economías del mundo occidental, la "Fiscal General" vuelve arremeter contra el principio de la colaboración que debe existir entre los órganos del Poder Público para los fines del Estado. Entre otras cosas, se traga la luz amarrilla, cuando afirma que en Venezuela el Poder Judicial está subordinado a los órganos de seguridad del Estado, y que en consecuencia vivimos bajo un Estado policial. Y porque pareciera que intencionalmente Luisa Ortega con fines inconfesable se empeña en ignorar la historia, es comprensible que ahora pase por alto el verdadero significado de un "Estado policial". Veamos que dicen al respecto algunos autores, para intentar que la Fiscal reflexione y entre en razón. Cito: Un Estado policial es aquel en donde el gobierno mantiene un estricto control sobre la sociedad, particularmente a través de la supresión de las libertades civiles y a menudo mediante una fuerza de policía secreta y un gran despliegue e inversión en mecanismo de vigilancia. Esto implica que el control por un gobierno contradice la voluntad de los individuos que están siendo controlados. Asi, un Estado policial es inherentemente antidemocrático y es similar a la ley marcial.
"Abogada" Luisa Ortega, díganos si Nicolás Maduro cuenta con los servicios de "La Sagrada", aquella tenebrosa policía secreta de Juan Vicente Gómez, o la "Seguridad Nacional" de Pérez Jiménez. Pero sin ir tan lejos, bastaría recordar las atrocidades de la Digespol que asesinaba y desaparecía a los opositores durante los gobiernos de AD y COPEI, los mismos a quienes usted hoy les hace el juego en detrimento de la estabilidad del régimen democrático y revolucionario. Y por último, quisiéramos saber ¿Por qué ese terco empeño en querer enturbiar más las aguas y exacerbar más los ánimos, a sabiendas que con ello podría provocarse una conmoción nacional que traería consecuencias fatales para el funcionamiento de la vida institucional?
Para quienes tengan dudas sobre el significado del Estado policial, recomendamos leerse novelas como la de George Orwell (1984), o "V for Vendetta" de Alan Moore. ¿Verdad que el Libertador no se equivocó cuando sentenciaba "que por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza"?
