Es una mentira que se cae por su propio peso, afirmar que el martes 4 de julio, saldrá el pueblo a respaldar a una Fiscal General que decidió prestarse al juego de la oposición fascistas que no encuentra en que palo ahorcarse. Desahuciada como está la MUD, como consecuencia de sus recurrentes errores, esta vez los cadáveres insepultos querrán aprovechar la audiencia de la acusada, para ver si logran que les funcione su desesperado "ahora o nunca". O sea, se trata de un fascismo auto desmantelado que no tiene músculo para moverle el piso al gobierno, y por ello nuevamente pecarán de aventureros en su intento de provocar una conmoción nacional que sirva de pretexto para que EEUU invada militarmente nuestro territorio. Por suerte, deseos no empreñan, y también por algo Dios no le dio cachos al burro.
Y porque conocemos el pájaro por la cagada, y conscientes de que guerra avisada no mata soldado, se justifica que los cuerpos de seguridad del Estado adopten medidas preventivas, pues 80 muertos y 1500 heridos no son razones para que ninguna institución se cruce de brazo al igual que ese Ministerio Público al que se le cayó la careta.
De modo que debe quedar muy claro, que no será el pueblo quien saldrá este martes 4 de julio a respaldar a los cómplices de la impunidad, sino reductos de un fascismo que hiede a formol y que seguramente quemará ese día su último cartucho. Total, cada quien es libre para escoger la forma como quisiera morir. Amanecerá y veremos.