Lawrence Kohlberg ha pasado a la historia por ser el artífice de la primera teoría del desarrollo moral completa y estructurada. Para realizar su teoría se inspiró en dos fuentes: la psicología y la filosofía. Por un lado, desde el punto de vista formal y metodológico, tomó en consideración la teoría general del desarrollo cognitivo del psicólogo suizo Jean Piaget y también sus incipientes teorías sobre desarrollo moral. Por otro lado, desde el punto de vista del contenido, se inspiró en la concepción kantiana de la moralidad, basada en principios éticos universales de justicia alcanzados mediante la razón por un individuo autónomo. El tema principal de la investigación de Jean Piaget fue el desarrollo de la inteligencia humana, el desarrollo cognitivo. Kohlberg, estuvo muy influenciado por la teoría piagetiana y además de utilizar la metodología de estadios de desarrollo humano estableció un paralelismo entre el desarrollo moral y el desarrollo cognitivo. Para Kohlberg, el desarrollo intelectual es condición necesaria para el desarrollo moral, aunque no suficiente. Muchos individuos se encuentran en un estadio de desarrollo lógico mayor que el estadio moral paralelo, pero esencialmente, nadie se encuentra en un estadio moral mayor que su estadio de desarrollo lógico, según Kohlberg. La tesis central de Kohlberg es que hay seis estadios de desarrollo moral, marcados por formas distintas y evolutivas de reflexión sobre los temas morales del bien y el mal. Los estadios se agrupan por pares dando lugar a tres niveles de conciencia social:
Preconvencional, Convencional y Postconvencional.
- Nivel I Preconvencional: Estadio 1, Orientación al Castigo y la Obediencia; Estadio 2, Orientación instrumental relativista.
- Nivel II Convencional: Estadio 3, Orientación a las relaciones interpersonales; Estadio 4, Orientación a la ley y el orden.
- Nivel III Postconvencional: Estadio 5, Orientación al contrato social; Estadio 6, Orientación a los principios éticos universales.
El término "convencional" hace referencia a la aceptación y seguimiento de las reglas, expectativas y convenciones de la sociedad o la autoridad, por el mero hecho de ser las reglas, expectativas y convenciones vigentes dadas. El individuo en el nivel preconvencional todavía no ha entendido ni seguido las reglas y expectativas sociales, convencionales. Las reglas y expectativas sociales son algo externo al individuo, algo impuesto, no asumido. En el nivel convencional el individuo se identifica o ha interiorizado las reglas y expectativas de los otros, especialmente la de las autoridades. Es el nivel en el que, en terminología de Jürgen Habermas, se acepta lo "socialmente vigente". Por el contrario, el individuo en el nivel postconvencional, se ha diferenciado a sí mismo de las reglas y expectativas de los otros y define sus valores a partir de una reflexión autónoma. Entiende y básicamente acepta las reglas de la sociedad pero la aceptación de estas reglas las basa en principios morales generales. Estos principios en algunos casos entran en conflicto con las reglas de la sociedad, en cuyo caso el individuo postconvencional juzga con base a principios y no basándose en convenciones. Es el individuo que se cuestiona si aquello que es socialmente vigente es moralmente válido o no. La identificación de los estadios se hizo mediante estudios periódicos y consecutivos de las formas en que los niños y los adolescentes -todos sujetos masculinos- respondían a una serie de dilemas hipotéticos en los que se presentaban un conflicto de principios morales. Concretamente Kohlberg estudió a 84 niños varones durante un período de más de veinte años. Aunque utilizó estos análisis empíricos, la globalidad de su teoría debe mucho también a la influencia de la concepción moral de Kant, que le sirvió para dar coherencia y consistencia a su teoría y a los diferentes estadios. En conclusión, se podría decir que su teoría se encuentra sesgada o incompleta por dos razones. En primer lugar, basó su estudio empírico sólo sobre niños y adolescentes de género masculino, obviando la experiencia femenina. En segundo lugar, parte de una determinada concepción de la moralidad, la kantiana, y también de uno de sus más célebres continuadores, John Rawls; pero no toma en consideración otras concepciones de la moral.
(CONTINUARÁ)