La cantidad de apoyo recibido por el Alcalde Mayor Juan Barreto, no tanto por articulistas y opinadores, sino por amplios sectores populares que se sintieron reivindicados tanto por recordarles a los Alcaldes López y Capriles las faltas y delitos cometidos por ellos, y que muchos quisieran señalárselas, sino además por el acto revolucionario que significa rescatar para la ciudadanía espacios que son una marca de la exclusión con que las élites que han dirigidos los destinos de Venezuela desde incluso mucho antes de 1830 exhibían como símbolo de una realeza tropical, no ameritaban o al menos eso pensé escribir nuevos respaldos pues consideraba suficiente los que se habían manifestado, pero resulta que en el diario Últimas Noticias del domingo 3 de septiembre de 2006, en la página 54, aparece un artículo de la Doctora Margarita López Maya, cuyo contenido en lo tocante a la polémica suscitada por el Alcalde Juan Barreto merece al menos un comentario.
La profesora López Maya en su primer párrafo afirma…”La pobre ciudad de Caracas y sus vecinos son quienes en definitiva sufrimos la arrogancia y chabacanería de quien tiene encomendada la responsabilidad mayor por el buen vivir de los caraqueños.” De acuerdo a la profesora López Maya el alcalde Barreto actuó con falta de arte y gusto, cabría preguntar sí organizar guarimbas y reprimir brutalmente a ciudadanos que pudiesen tener una conducta fuera de la ley es de mucha clase como el desalojo que ordenó a poli- Chacao Leopoldo López para reprimir violentamente a unos invasores que se encontraban en el edificio Castellana 2, situación que no empeoró gracias a la actuación del Prefecto de Chacao, y la Chabacana, perdón, la Alcaldía Mayor, la represión tiene mucho glamour sobre todo si es aplicada por estos dos Alcaldes. Esta plenamente ajustado al manual de Carreño, ese escrito decimonónico que dictaba pautas para el buen comportamiento en sociedad, la agresión a la embajada de un país se este o no de acuerdo con la orientación política de el respectivo gobierno, al extremo que se vanagloriaban los supuestos demócratas que destruían bienes públicos pertenecientes a una nación extranjera, eso sí con mucho glamour y con la complicidad de la primera autoridad de ese municipio quien luego se apersona exigiendo, eso sí con mucha clase que quería saber sí dentro de la legación diplomática se encontraban personeros del gobierno del presidente Chávez, en una clara y abierta violación de una institución sagrada como es la del asilo, pero vale porque se hizo con mucha finura y sin malas palabras.
Juan Barreto está siendo victima no de la oposición, no de los propietarios de los medios que buscan permanentemente la manera de atacar y asesinar política y moralmente, al primer dirigente revolucionario que puedan, no, Juan Barreto es victima de quienes se dicen pertenecer al campo progresista, democrático e incluso hasta revolucionario, pero que en el fondo tienen los mismos prejuicios que desde siempre el poder le ha vendido a la clase media, esos prejuicios surgen cada vez que nos encontramos en situaciones coyunturales donde se requiere de definiciones, pero más allá de los intentos por acabar con la carrera política de Juan Barreto, lo que se pretende es que el proceso revolucionario no profundice sus raíces hoy la batería va contra Barreto, mañana será otro dirigente y finalmente será el mismísimo presidente Chávez, el hecho fundamental de estos sectores que insisto no se identifican con la desprestigiada oposición, y que muchos se solapan en las filas del proceso liderado por Hugo Chávez Frías, es que el proceso no acabe con la decencia de la explotación, la exclusión y la inequidad. En ello Globovisión y los demás medios oposicionistas saben como trabajar esos prejuicios y explotarlo, lo curioso es que intelectuales de buena formación hagan suyos tales comentarios. Las críticas a la opinión de Juan Barreto hasta ahora no ha tenido fundamento político, sólo esta suerte de mojigatería verbal que raya en lo superficial, esto a mi entender es grave que lo afirme alguien que tiene, ha tenido y no tengo ninguna duda en afirmar que tendrá una destacada y limpia trayectoria académica pero que sucumbió ante sus propios prejuicios.