La palabra es consecuencia del proceso evolutivo de los seres humanos, evidentemente está ligada al idioma. Son muchas cosas, en términos de frases y oraciones, que se pueden lograr con la palabra tanto escrita como en la forma oral. Entre tantas, a manera de ejemplo, con la palabra se pueden hacer dos cosas: mentir o decir la verdad y esto se logra a través de una proposición.
Una proposición, más allá de la filosofía y de la lógica, buscando un concepto más coloquial, es el acto por medio del cual se expresa algo que consideramos o pensamos. Mediante esta le podemos manifestar a una persona la decisión de hacer o de prometerle cierto bien. Evidentemente, una proposición puede ser verdadera o falsa.
Una intención es el propósito de hacer algo o de conseguir un objetivo, es decir es una determinación de voluntad para alcanzar un ideal. En el ámbito político toda proposición conlleva una intención, si es buena, se hace pública pero si es malévola, la intención es escondida, soterrada. Por lo general, cuando me refiero a los traidores detrás de las palabras de estos tunantes hay una intención, con frecuencia una "segunda o doble intención", un proceder solapado. Con sus palabras, oculta una intención perversa.
No sé por qué razón mientras escribía este artículo me llegó a mi pensadora el vicepresidente de Colombia, el general Francisco de Paula Santander, un ser infame, quien a pesar de saber usar el lenguaje leguleyo y melifluo logró envolver a un hombre de una vasta experiencia como lo fue Simón Bolívar. Nadie duda que el neogranadino fuera un palmario encantador de serpiente.
Para el año 1827 nuestro Libertador conoció el verdadero talante de su compañero de lucha y se prometió no escribirle una misiva más nunca. Ante esto Francisco de Paula le remite un carta donde en uno de sus acápites se lee: "Mi General, mis votos serán siempre por su salud y prosperidad, mi corazón siempre amara a UD., con gratitud, mi mano jamás escribiría un línea que puede perjudicarle, y aunque usted no me llame en toda su vida, ni me crea su amigo, yo lo seré perpetuamente con sentimiento de profundo respeto y justa consideración". Como se advierte, en este párrafo se muestra una conmovedora proposición de fidelidad por parte de Santander hacia Simón, pero la detrás de esta había una segunda intención.
Esta segunda intención se reveló en el 25 de septiembre de 1828 cuando un grupo de traidores, entre ellos Fráncico de Paula prepararon el magnicidio del Libertador en el palacio de San Carlos, bajo el lema: "No habrá libertad mientras viva Bolívar". Cuenta la historia que unos traidores entraron airadamente y con violencia al palacio bajo el grito de "Libertad", "¡Viva la Libertad!"; ¡Viva la Constitución!; ¡Muera el tirano!; ¡Muera Bolívar! con la única intención de acabar con la existencia del hombre que había luchado para darle luces a quienes lo estaban traicionando. Gracias A Manuela todavía le quedaban al "hombre de las dificultades" dos años más de sufrimientos y tracciones.
Como se ve, en aquella carta melindrosa del traidor Santander se escondía una segunda intención, un propósito malévolo que se puso en evidencia un año después. El genio tenebroso de Fouché estuvo personificado en el caribe por Pancho Santander.
En la política y la historia los traidores abundan y de eso puede dar fe Julio César, Francisco de Miranda, Mahatma Gandhi, Simón Bolívar, Fidel Castro, el Che Guevara, el comandante Hugo Chávez y ahora el presidente chavista MM. Lamentable hay traidores quienes traicionan con sus palabras y con sus acciones la fidelidad hacia un proyecto político. Pero los hay peores, aquellos que traicionan a más de 30 millones de habitantes a cambio de entregar el país a las sórdidas corporaciones extranjeras.
Lo que está sucediendo en Venezuela es de antología. Tenemos una oposición apátrida que no se para en mientes para logar sus objetivos de tipo pecuniarios. El mundo tiene el retrato de un grupo de venezolanos quienes durante varios años han viajado a EEUU y a Europa para ofrecer una mercancía llamada Venezuela a las grandes corporaciones económicas, a cambio de una miserable cuota de poder y un nimio porcentaje que restará del remate de la mercadería. Y el pueblo ¡que se joda!
Traje a colación el infausto acontecimiento del 25-s (el año que viene se cumplen 200 años de aquel pérfido intento de magnicidio) dado que tiene mucha similitud con las palabras que la oposición utiliza para referirse, primero a Chávez y ahora al presidente MM. Términos como "libertad", "tirano", "constitución"…entre otras son las mismas que hoy usan los líderes de la Mud para esconder sus malas intenciones. Basta revisar en los videos de las alocuciones, en el extranjero y en Venezuela, de los impíos como Julio Borges, María Corina Machado, Freddy Guevara, Luis Florido, Lilian Tintori, Tomás Guanipa, Henrique Capriles, entre tantos y comparémosla con las intervenciones, referidas a Venezuela, de Luis Almogro, Uribe, Bachelet, Santos, Pedro Pablo Kucyzinski el presidente norteamericano del Perú, Temer, Peña Nieto, Macri, Rajoy y toda esta cáfila de testaferros de las avaras cooperaciones comerciales globalizadas. Así, escuchándolos descubriremos las verdaderas intenciones escondidas detrás de aquellas "patrióticas palabras".
Por fortuna no es necesario elucubrar sobre las palabras de los dirigentes de la Mud. Ya el jefe de la oposición venezolana, el miserable Donad Trump, expresó lo que la oposición venezolana escondía, deseaba y lo que solicitaba a través de las conversaciones con los senadores norteamericanos, con el jefe del Comando Sur y con ciertos funcionarios de Departamento de EEUU. El presidente de USA enfatizó, después de imponer unilateralmente sanciones económicas, que no descarta una intervención militar contra Venezuela.
No hablo inglés, pero la traducción de las palabras del bufón Donald Trump no deja la menor incertidumbre. Una intervención militar de EEUU sobre Venezuela es sinónimo de invasión, de guerra, de destrucción, de muertes, de infamia, de hambre, de miseria, de ignominia, de robo de riquezas, de violaciones de señoritas y adultas, de hambre y de otras calamidades.
Estamos acostumbrados a las excusas de los presidentes de EEUU para justificar las intervenciones de los países como por ejemplo a Cuba, Granada, Santo Domingo, Guatemala y otros países. A estas naciones las invadieron para alejar la amenaza del comunismo del mundo occidental. Acometieron contra Irak bajo la alegato de que el gobierno tenía armas químicas y biológicas de destrucción masiva, que luego se comprobó que era burda mentira. Afganistán la destruyeron bajo el pretexto de estar comprometida con el derribó de la torres gemelas, situación esta que nunca fue verificada. Según algunas investigaciones fueron los Sauditas y la CIA los responsables del bochornoso atentado. En Libia fabricaron un acontecimiento para simular una agresión al pueblo libio y el resultado fue el asesinato del presidente y "bombardeos humanitarios" para reducir a un pueblo a un estado de ignominiosa miseria. Pero todas estas "intervenciones" tienes varios elementos comunes: millones de muertos, ciudades y patrimonios culturales destruidos, desolación, expatriados, refugiados, robos de las riquezas entre tantas calamidades. Parece que esto es lo que desea la Mud para el pueblo de Simón.
El gobierno de EEUU se arroga el derecho de sancionar a Venezuela por ejercer el ejercer la democracia, por cumplir con el sagrado deber del voto para elegir una ANC para conseguir la paz. Como se ve, parece ser que nuestro pueblo está dando un mal ejemplo porque la mayoría de las democracias occidentales no contempla la existencia de una Asamblea Constituyente donde estén representados todos los sectores del país. De seguro que el ignorante de Donad Trump desconoce este término y como no existe en la Constitución de EEUU entonces el voto de más de ocho millones de venezolanos debe ser sancionado por un gobierno extranjero.
Venezuela, con la elección de la ANC lo que está buscando es paz y justica y por tal razón repetiré las palabras de nuestro insigne y augur Simón Bolívar: "La voluntad nacional es la ley suprema de los gobernantes…Siempre seré el defensor de las libertades públicas…La libertad práctica no consiste en otra cosa que en la dispensación de la justicia, y en el estricto cumplimiento de las leyes, para que el justo y el débil no teman…" Lee que algo queda.
Enoc Sánchez