Manifiesto mi adhesión a lo propuesto por Luis Britto García en su artículo "La hora de la verdad" y por Fernando Travieso en Dossier y en el Correo del Orinoco. Para salir airosos de la situación que nos encontramos y avanzar en la materialización del socialismo del Siglo XXI, tenemos que ejercer el poder derivado de la posesión de recursos muy apetecidos y tomar decisiones drásticas tendentes garantizar la soberanía, la integridad territorial y la autodeterminación de nuestro país.
Lo problemas económicos que confronta Venezuela no son problemas estrictamente económicos. Son problemas sistémicos y estructurales, derivados de nuestra condición de país petrolero y dependiente. Son problemas vinculados con la geopolítica mundial, agravados por la economía de guerra a que nos tienen sometidos. Por lo que pasar de lo que se ha llamado una economía rentista a una economía productiva y lograr la soberanía alimentaria no es soplar y hacer botellas.
La conversión de la actividad petrolera en la actividad económica dominante en nuestro país capitalista/no capitalista, a principios del siglo pasado, implicó el abandono de la actividad agropecuaria y la entrega de la exploración, explotación y comercialización de un recurso propiedad de todos los venezolanos a corporaciones trasnacionales. Y marcó el surgimiento de una burguesía/no burguesía parasitaria identificada con valores, patrones de consumo e intereses foráneos y de un Estado al servicio de esos intereses.
Castró el desarrollo del potencial nacional como lo evidencian la desproporción entre lo invertido o dejado de percibir por el Estado para fomentar la producción agrícola e industrial y los magros logros obtenidos, las distorsiones del crecimiento de nuestro sector servicios y la conversión paulatina de Venezuela en un exportador de capitales.
Así encontramos que después de dos nacionalizaciones, el sector petrolero sigue generando el 90% de las divisas que ingresan al país. Que las trasnacionales y la burguesía/no burguesía conexa se siguen beneficiando de una inmensa proporción de las mismas -menor a partir de 1999, pero aún importante e injustificable- como lo explica Pasqualina Curcio en Los Mitos de la Economía Venezolana".
Considero urgente que el MINCI monte una campaña para dar a conocer claramente a toda la población – incluidos nuestros expertos– el contexto en que nos estamos moviendo y los obstáculos que debemos superar, en el corto y en el mediano plazo, para concretar el legado del comandante Chávez.
Ello con la idea de proveer a las comunidades y grupos que se están reuniendo en todo el país información suficiente y bien hilada que facilite la profundización del debate y la presentación de sugerencias y de propuestas integrales a ser incluidas en la Constitución de la Venezuela bolivariana y socialista.
