Nuestra economía chilla, y el gobierno como si nada

La economía en manos de los mercachifles nos tiene contra la pared, y eso que la historia nos lo advirtió hace unas décadas. A la economía del gobierno de la Unidad Popular en Chile la hicieron "chillar" los capitalistas. ¿Por qué? Porque fue un gobierno socialista dentro de las reglas de una democracia burguesa, controlada por un sistema económico capitalista, regido por el libre mercado y por los intereses privados y egoístas capitalistas y sus agentes. Porque el capitalismo es uno solo y obedece a un solo mandato, a quién más tiene, más quiere y más puede dentro de su propia ley.

Allende quiso hacer una revolución socialista pacífica confiando con mucha candidez en el poder de la razón para humanizar al capitalismo. Y lo mataron. A él, y a más de cien mil chilenos en el lapso de diez años, más o menos.

Chávez intentó hacer lo mismo pero más precavido. Llamó a una Constituyente para redactar una nueva base legal que pudiera justificar decisiones radicales en contra del capitalismo, sin salirse marco democrático (todavía burgués). Pero también para poder modificar en ese mismo marco legal la estructura misma del Estado, e intentar cambiar la sociedad. Chávez previó su revolución pacífica de cara al mundo democrático burgués, pero colocando siempre por encima de todo la ley suprema de la revolución socialista de cara a la conquista de una democracia socialista, participativa y protagónica, la cual no pudo ver realizada, aunque la consideró parte principal del aquel punto de no retorno.

A diferencia de Allende, Chávez previó la confrontación con el enemigo. Pensó, sobre una base legal provisional, o sea la constitución, la eventualidad de tener que expropiar a la empresa privada, por "razones de seguridad nacional"; y de la misma manera adelantar formas de organización políticas de base social.

Sin embargo, a diferencia de Chávez, paradójicamente, Allende contó con el apoyo de muchos dirigentes verdaderamente socialistas, más que Chávez, a pesar de su falta de prevención y su candidez frente a un nido de traidores.

Hoy sabemos, es decir, muchos sabemos, que los llamados hijos de Chávez están haciendo del legado de Chávez más bien un mecanismo para lograr fines claramente contrarios a los explicitados por Chávez en sus alocuciones y en su "Plan de la Patria" (descaradamente falsificado por ellos mismos). Ese legado de fidelidad y apoyo social, hoy ha sido utilizado para el control político y mental de las masas, fieles a la palabra de un moribundo desesperado; una manera de manipular a los chavistas a todo nivel, y ponerlos a favor de sus políticas francamente inclinadas hacia el lado capitalismo.

Hoy los herederos representan la entrega de la revolución al imperio y al capitalismo en bandeja de plata, y en sus mezquindades están muy lejos de sentir piedad por el destino de la sociedad pobre y miserable, del país, del continente y del planeta, y menos piensa en el destino de la humanidad; todo lo resuelven en discursos hueros, opuestos a la realidad y sus verdaderas intenciones (que nada tienen que ver con el socialismo).

Hace algunas décadas se le consultó al presidente mundial de la GM sobre el cambio del esquema de producir motores altamente consumidores de combustibles fósiles, a la producción de motores más eficientes, ahorradores o más ecológicos, y el personaje respondió que a él no le importaba eso, porque, entonces, cuando el mundo fuera inhabitable, él y su familia no estarían en él, estarían muertos. Es esa la razón que domina al mundo capitalista, el egoísmo mezquino, la indiferencia y el desprecio por la vida, enfrentada a la resistencia humana a perecer como especie, encontrada a la razón del socialismo. El capitalismo es el enemigo a vencer, si no queremos perecer.

El Presidente Maduro sigue responsabilizando de la crisis económica del país a una "Guerra Económica" dirigida por un enemigo SIN ROSTRO. Nosotros creemos que el arma fundamental, y la motivación fundamental, con la que siempre pelea y por la que siempre lucha el capitalismo como estrategia es el control de la economía; de los intereses económicos y la manipulación de los valores del consumo y el derroche en las gentes. No hay otra razón política o religiosa, no hay otra que no sea el control de los recursos materiales y de los individuos.

Nosotros, menos ingenuos, nos preguntamos: ¿cuáles son los agentes ejecutores de esta guerra, sin enemigos ideológicamente definidos? ¡Ah! ¿Los capitalistas?... ¿Cuáles?, ¿Los Banqueros?: Están vivitos y coleando, guapos y apoyados por el gobierno ¿Los comerciantes? Son financiados por el mismo gobierno ¿Lo farmaceutas? Cada rato piden y les dan más y más dólares ¿Lorenzo Mendoza? A demás de su mano, Maduro le otorgó a la empresa del pelucón, no hace nada, más dólares (es que la Polar no tiene dólares, los dólares son de Lorenzo Mendoza).

Aquí podríamos decir que Maduro sigue creyendo en el "capitalismo racional". Maduro y su gobierno creen en un capitalismo capaz de adaptarse a un "sistema de planificación central", diseñado por el Estado Socialista (que hoy no existe).

Pero en cuatro años, el gobierno de Maduro ha hecho de la política económica para la revolución una rebatiña, una repartidera (nada racional) de dólares para fortalecer a los empresarios ladrones de siempre, parásitos de la renta petrolera; lo hace JUSTO como un mecanismo para acabar con el rentismo; es decir, acabar con el rentismo estimulando el rentismo, alimentando la codicia capitalista, no la producción; cediendo todo el control a los que realmente tienen el control de nuestra economía, que hoy "chilla" descalabrada, casi inexistente, porque los capitalistas solo obedecen a sus socios y aliados capitalistas; no se trata de un odio personal de los capitalistas hacia el país, se trata de hacer buenos negocios, es todo.

26/08/ 2017

 

 



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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