En tiempos difíciles: rectificar con humildad, sumar y unir voluntades

ESTOY OBLIGADO A SER SOLIDARIO Y CRÍTICO CON MADURO

No ando buscando protagonismos ni cargos. Tampoco deseo que, por hablar o escribir "pistoladas": me insulten, me pasen a la "lista negra", me manden a joder o me aplaudan. Escribo, enarbolando mi consciencia y la firme decisión de estar dispuesto a morir, pensando, diciendo y actuando, según lo que mi cuerpo, mi mente y mí espíritu, me dicten: con autenticidad. Si fui capaz de colaborar y, a la vez, de ser crítico y decirle, en su propia cara a Chávez – a quien respeto, admiro y amo – mis propias verdades (que no es, necesariamente, la verdad) ¿No voy a hacerlo ahora con el Presidente Nicolás Maduro? Estoy obligado a hacerlo y cuando escribo con honestidad y sale publicado, en Aporrea, es porque me empeño en conseguirlo y, de este modo, ayudarlo. No voy a negarlo, quiero colaborar con el Presidente Maduro ¿Por qué no? ¿No lo necesita?

Vuelvo a recordarlo: el primer combustible de la verdadera REVOLUCIÓN es: DECIR LA VERDAD Y SER LEAL al líder y al pueblo.

Ver: www.aporrea.org/ideologia/a30214.html (02/02/2007)

SEMBRÉ TOMATES Y NO ME RESULTÓ: ¿NO LO SUPE HACER?

Muchas veces, lo he meditado, he querido aparecerme en Miraflores – donde según me contó mi padre sirvió, como cocinera, mi abuela paterna Rita Elena Moller – a ponérmele a la orden y a su entera disposición al Presidente Nicolás Maduro. Para serle útil, de algún modo, a nuestra Patria que, como dijera Alí, es el ser humano. No lo he hecho porque he tenido dudas y temores; porque no me gusta ser "jala bolas" aunque hay quienes me han calificado de tal; estoy "preso" y en el "autoexilio", terminando de construir – con mis propias manos, creatividad y recursos – la Casa de América Latina y el Caribe, desde hace ya varios años y, aunque sé que no me lo van a creer, he comenzado a construir, con el apoyo de "Camarita" – un campesino del sector metido a albañil –, un huerto para sembrar ajíes, cilantros, berenjenas, lechugas, maíz, pepinos y, hace tiempo, lo intenté y no me resultó, también, sembrar: tomates.

No se rían: es verdad.

Probablemente, no utilicé el método adecuado porque no domino la apropiada teoría que sustenta la experiencia. Sembrar no es suficiente, hay que saberlo hacer, para obtener resultados y producir con "calidad mundial". Y "sembrar patria" es mucho más complicado.

Además, debo cuidar y garantizar el mantenimiento de Hackyzҫ – un hermoso Bucare Ceibo, de más 30 metros de altura, que ondea en el centro de la casa y es el guardián energético de la zona – debo echarle, como lo hice, hace un rato, agüita amorosa a las plantas de un extenso jardín de multivariadas especies y debo cuidar a quienes me cuidan y son mis fieles compañeros, aunque a veces los trate mal: Roco, Coky y un gatico al que no he querido ponerle nombre: ¡todos callejeros y libres!

ME ANIMAN MIS NIET@S Y LOS ECONOMISTAS AMIGOS

Escribo este artículo animado pensando en mis nietos y nietas – como lo he confesado antes – y estimulado por los mensajes que me enviaron varios de esos amigos economistas que se sintieron molestos con la apreciación del Presidente. Comparto, con ustedes, sus respuestas al artículo de ayer: "El economista que no siempre tomates…sabe a casabe"

Ver: www.aporrea.org/economia/a252211.html

Uno de ellos me respondió:

"Hola Hugo.

Me identifico plenamente con lo dicho…una agresión gratuita que no suma argumentos a la situación esperada de los necesarios equilibrios, tampoco busca sumar aliados ni enderezar entuertos, recogerla es tarde pero le daría humildad a la soberbia.

Algunos jefes de Estado, en situaciones complejas, suelen convocar un amplio gabinete para escuchar distintas voces sobre un problema determinado, incluso de aliados o simpatizantes, a veces, hasta de voces distantes. Pareciera que eso de "hablando se entiende la gente" en materia de economía sólo queda para hacerlo con quienes siembran tomates, habría entonces que incorporar una materia electiva (o quizás obligatoria) en la UBV.

NOTA: 1. Ahora me explico porque los documentos de UNASUR, del Consejo Nacional de Economía Productiva y de un grupo de Economistas Bolivarianos del Zulia, no han sido tratados en el Alto Gobierno, faltó el certificado de siembra. 2. Aun cuando no estudié economía para sembrar tomates, me gustaría hacerlo y de paso quiero dejar testimonio de mi admiración y complacencia por la labor pedagógica, política y de gestión de Wilmar Castro Soteldo, un funcionario en el área productiva que invita a vivir el campo, incluyendo a sembrar, sin agredir"

Otro de mis amigos economistas, dándome ánimo, me escribió:

"Buen día profesor. Honesto y valiente su texto. Sin desperdicio"

LE SUGIERO, PRESIDENTE, CONSIDERAR ESTAS PROPUESTAS:

Reflexionando sobre el tema y escuchando a los amigos economistas y, sobre todo, a los reclamos de nuestro pueblo, me permito sugerirle:

1. Aplicar una metodología potente, como la de la Planificación Estratégica Situacional o Método PES, para analizar la problemática económica desde distintas perspectivas que le permita tomar decisiones, sobre la base de un análisis más integral u holístico, participativo, sistémico, pro-activo, proporcional y situacional.

2. Hacerlo, por ejemplo, con su equipo económico y, más ampliamente, con su equipo de gobierno. También, puede hacerlo con: la directiva del PSUV y el GPP, la Comisión de Economía de la ANC, Instituciones internacionales relacionadas con el tema, SUDEBAN e instituciones bancarias o financieras, con el poder popular y los movimientos sociales, con las universidades, entre tantos actores involucrados en "lo económico".

3. Convoque un gran Encuentro Nacional de Economía Productiva, e incluso, puede ser a nivel Latinoamericano y Caribeño, para poder analizar la situación actual y los posibles escenarios y sorpresas a futuro. Claro que hay que actuar y rápido, a la vez, hay que pensar, reflexionar, discutir, dialogar, teorizar…con rigor científico y no sólo intuición, salvo que esta sea de calidad.

4. Realice un acto nacional, en el que usted, junto con numerosos economistas bolivarianos, se pongan a sembrar tomates y otras legumbres y hortalizas. Aproveche, ese evento, para ofrecer disculpas a los economistas, aclare cuál fue su intención al llamarlos a sembrar tomates y proponga una serie de medidas económicas que nos saque, de una vez por todas, de este marasmo que ahoga, molesta e incomoda a un buen sector de la población que no comprende sino de los efectos, o las consecuencias, y no entiende las causas fenoproductivas (flujos de producción), fenoestructurales (acumulaciones) y, mucho menos, las genoestructurales (reglas básicas del sistema) que las producen.

ESPERO QUE SE ME RESPETE Y ESCUCHE LAS SUGERENCIAS

De modo, señor Presidente, que aunque mi profesión inicial es de Ingeniero Químico, hice estudios, hace casi 40 años, de Macroeconomía y Planificación del Desarrollo, en el Postgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de LUZ, en el cual me gradué con la máxima calificación. A pesar de ello, reconozco, como lo he dicho antes, que comprendo muy poco de eso que llaman la "Ciencia Económica" o la "Economía". Lo que sí puedo asegurarle es que he ayudado a producir ocho hermosos e inteligentes seres de luz, he escrito y publicado varios libros, artículos periodísticos y científicos; he diseñado y construido, con el apoyo de mi modesto ingenio, y de mis propias manos en varias ocasiones, dos casas en los últimos 18 años; he aprendido a cocinar y hago unos ricos espaguetis y, he sembrado muchísimos árboles, hortalizas y tubérculos, e incluso, como me dijo un amigo que me aprecia: he sembrado hasta cizaña. ¿Por qué digo esto como traído por los cabellos?

Lo digo porque no sólo deseo y espero reconocimientos si no que, y lo escribo con sinceridad, espero que usted, aunque no soy economista, sino que tengo un postgrado en economía, respete mi opinión y tome en cuenta las sugerencias que le hago, desde esta trinchera de lucha, y considere la posibilidad de disculparse públicamente con los economistas y aclare bien lo que quiso decir cuando expresó:

"El día que esos economistas produzcan un tomate los respetaré… los macro economistas que saben demasiado, saben, saben, saben a casabe…"

Díganos si son tod@s l@s economistas o, tenga la amabilidad, indíquenos a quiénes se refería. Para así salir de dudas. Claro, si su merced, acepta nuestra sugerencia. Creo que, al menos, l@s economistas seri@s, bien formad@s, comprometid@s, patriotas, bolivarian@s, trabajadores, que colaboran o desean colaborar con usted y son sensibles, se lo merecen.

PASEMOS DE LA AUTOCRÍTICA A LA HUMILDE RECTIFICACIÓN

Es tiempo de pasar de la autocrítica a la acción rectificadora y ejemplarizante. Sino, como le leí en estos días a Flavia Riggione, vamos tener que decir: "Me cansé de tanta autocrítica"

Ver: www.aporrea.org/actualidad/a252108.html



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Hugo Moyer Agostini

Ing. Químico (1975). Postgraduado en Macroeconomía, Planificación y Creatividad Aplicada Total. Profesor Titular jubilado de LUZ (1997). Presidente Honorario de la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG). Ha sido el primer Director del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) y del Centro Latinoamericano de Altos Estudios de Gobierno (CELAEG) Ha sido asesor de Rectores de varias universidades, Alcaldes y Gobernadores, así como de la Presidencia de PDVSA y PEQUIVEN. Vive para la POLÏTICA y se resiste a vivir de la política.

 escolagzulia@gmail.com

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