Pensando en la historia de mi país, en las múltiples trampas, crímenes, traiciones y miserias que se urden para destruir un gobierno, me he atrevido hacer un recorrido de las perversiones que nos han inyectados las transnacionales, de modo que toda razón de vida, de progreso y de cultura esté siempre atada a ellas.
Páez, para poder gobernar doblegó con la fuerza de sus doblones a todos sus opositores: los corrompió con las virguerías que le regalaban los ingleses y franceses. Al propio Páez los ingleses le buscaron una amante (Barbarita Nieves) y de allí surgió la muy usada expresión "culito apretado".
Pero la corrupción tiene el poder de reproducir fermentos destructivos funestos contra quienes la propagan, y Péaz lo pagaría bien caro. Entre las marionetas predilectas de Páez se encuentra el general Carlos Soublette y Antonio Leocadio Guzmán. Los Monagas se mantuvieron en Oriente agazapados esperando el momento para darle el zarpazo al León Apureño y sacarlo del juego politiquero. Luego, siendo ya Páez un vil anciano anunció que volvería a recuperar el poder con el rayo de la guerra en una mano y en la otra una oliva. (Se había vuelto bien cursi la Primera Lanza venezolana). Resulta (Juan Vicente González dixit) que le metieron el referido rayo por el culo y se lo taparon con la oliva que llevó en la otra mano.
Páez, asesorado por los ingleses, fue de los primeros mandatarios que comenzaron a limpiárselo con papel tualé, y desde allí todo se le vino abajo. Páez fue un gran bachaco culón. Y parió un mar de bachaquitos que por generaciones nos dejaron el país en la total representación del palacio de Satanás. Pero vendría a ser sobre todo Antonio Guzmán Blanco a quien mejor se lo limpiaron desde chiquito, y por eso no pudo soportar el "negraje" de su país por lo que se fue a vivir a Francia donde podía consagrarse en cuerpo y alma a la más exquisitas virguerías de la clase alta, echándose colonia Jean-Marie Farina, loción Roger Gallet, empolvándose el alma con talco y refocilándose en el Moline Rouge. Se enorgullecía Antonio Guzmán Blanco de haber atrapado tres insignes gonorreas en la ciudad luz de Baudelaire, de Rimbaud y del enano y genial pintor, y extraordinario putañero Henri Marie Raymond de Toulouse-Lautrec-Monfa.
Un día cualquiera del año 2013, nos despertamos los venezolanos sin papel tualé en los anaqueles de los abastos o supermercados. Aquello resultó una de las mayores tragedias sufridas por la clase media y alta de nuestro país. Entonces, en son de guasa, de sorna, los delicadillos y finos opositores enarbolaron como contraataque una frase de Elías Jaua, y repicaban por calles y mercados: "No hay papel tualé pero tenemos patria!"
Históricamente, todos esos finos opositores venezolanos vienen a ser copias fieles de Páez y Guzmán Blanco. Idénticos en lo aberrantemente arrastrados y deslumbrados por las burdeléricas luces sifilíticas de los europeos: y por la piquiña de aquella falta de papel tualé comenzaron a suspirar y a pedir que los gringos nos invadieran. Estaban verdaderamente atribuladas las posaderas del Julio Borges, del Luis Florido o del Ramos Allup, del Antonio Ledezma y del Freddy Güevara.
Es bueno recordar que cuando Cipriano Castro llegó a Miraflores estuvo bien decidido a someter a los grandes ladrones de la oligarquía caraqueña y valenciana que eran los que tenían acaparados miles de anaqueles inmensos con papel tualé. Esto es verídicos señoras y señores ignorantes de todos nuestros niveles académicos. Todos esos oligarcas eran pantagruélicamente bachaqueros y de enormes posadaeras. Tragones, románticos y arrastrados a la cultura Europea, como aquel poetastro de Andrés Mata ("Andrés Rata", según Rufino Blanco Fombona). Por su parte, el gran Bachaco Culón de Manuel Antonio Matos (el que dirigió la invasión yanqui "La Libertadora") con el apoyo de la Procter & Gamble le enjabonó durante veinte años los ateridos aguacates a Juan Vicente Gómez, y por eso, entonces Venezuela fue elevada por las naciones europeas a la categoría de la más digna, democrática y progresista de América Latina.
Después, el canijo y petulante anciano de López Contreras, otro insigne bachaquero, optó por importar las marcas Cotonelle y Deusy. Nos embarcamos, pues, todos con este anciano tan genuflexo a los gringos, a las delicatesses del papel suave y fino, de tal modo que cuando llegó Isaías Medina Angarita al poder desapareció otra vez de todos los comercios el preciado papel tualé. Fue cuando surgió aquel par de chanchos muy glotones y bachacudos llamados Marcos Pérez Jiménez y Rómulo Betancourt, ambos financiados por la Procter & Gamble, dueños de inmensas posaderas, siempre pródigas para los requerimientos del afable Nelson Rockefeller (el gran importador de papel tualé y fundador de los Automercados CADA).
Entre 1945 a 1998, la Procter & Gamble se afanó por escaldar nuestros anos con sus productos. Ningún orto venezolano quería lavárselo sino estrujárselos con papeles perfumados. Y fue así, como nuestros traseritos se volvieron harto delicados (hemorroideicos), proclives a alergias purulentas, enfermizos, gracias a los sutiles inventos de los euro-americanos… y terminaron los de la alta clase tan llorones, y tan terriblemente alterados y susceptibles, que al faltarles,… por poco tumban al gobierno en 2014.
Y debemos recordar que el gran amante de la Procter & Gamble fue el padre de Rómulo Betancourt, quien obtuvo un premio de esta compañía por aquel "poema" a los amantes del jabón de Reuter y del papel tualé con talco. Decía aquella bazofia:
Flores de distintos climas
Son Laura, Rosa y Ester:
Más yo me inclino a creer,
Que si no hermanas, son primas.
Si me dieran a escoger
De las tres la más hermosa
Diría que, al par que Rosa
Bellas son Laura y Ester.
Francés por Ester sería,
y por Rosa americano,
mas luego, venezolano
por Laura me quedaría.
Beldades que así ocultáis
el suelo que os vio nacer,
¿no podría uno saber
qué específico usáis?
¿Qué específico? Perdón
por la estúpida pregunta.
¿Quién al veros no barrunta
Que le debéis al jabón
de Reuter, cutis tan bello?
Y al Barry ya famoso
Tricófero el abundoso
y perfumado cabello?