Durante muchos siglos, el debate sobre el origen de la maldad se ha realizado desde planteamientos filosóficos o morales. Sin embargo, en las últimas décadas varias investigaciones se han centrado en buscar una explicación científica al comportamiento humano. Todas ellas redundan en un aspecto clave: la empatía, es decir, la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos. En efecto, cuando las personas reconocen el sufrimiento del otro, se activa un mecanismo neuronal relacionado con la compasión que nos impulsa a ayudarle. Esta situación, en cambio, no se produce con los psicópatas que muestran una indiferencia total hacia los sentimientos de los demás. Aunque la educación, el entorno social y el amor recibido durante la infancia juegan un papel importante en la generación de comportamientos antisociales, los científicos han descubierto recientemente que éste podría tener una base fisiológica. El neurocientífico de la Universidad de Nuevo México, Kent Kiehl, ha identificado anormalidades llamativas en el cerebro de los psicópatas. Después de someter a escáneres cerebrales a más de 4.000 reclusos, ha constatado que los psicópatas presentan defectos en las estructuras cerebrales interconectadas que ayudan a procesar las emociones, a tomar decisiones, a controlar los impulsos y a marcarse objetivos.
Al igual que el plástico, el comportamiento humano es increíblemente flexible. Somos capaces de las mayores muestras de solidaridad, sacrificio y heroísmo. Pero también de los peores actos de crueldad, barbarie y violencia. Cada cierto tiempo, un suceso terrible –niñas de Alcásser, José Bretón, Marta del Castillo, Diana Quer- nos sitúa enfrente del espejo y nos obliga a preguntarnos: ¿de dónde viene tanta maldad? Desde luego, las sanciones penales por estos execrables delitos deben ser contundentes. Sin embargo, no por ello debemos olvidar nuestra obligación de investigar y preguntarnos con insistencia acerca de los motivos que llevaron a estas personas a actuar de manera tan cruel. Quizá sea el momento de recordar las palabras del escritor Chesterton: «¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios».
¿Existe una predisposición genética a cometer estas atrocidades? ¿Se puede modelar el cerebro de un psicópata para reinsertarlo en la sociedad? ¿Hasta qué punto una persona tiene libertad para decidir cuando su cerebro le impulsa de forma inconsciente a actuar de manera cruel?
El oscurantismo, es un procedimiento restringido de elección (no se ha dado carta de naturaleza pública al proceso para que, libremente, pudieran concurrir todos los candidatos interesados) siembra demasiadas dudas sobre la corrección de todo el proceso. Pero, es una caracterización del gobierno bolivariano de Venezuela. Hasta los momentos, todo ha resultado una incertidumbre por los hechos, hay muchos asesores y todavía desconocemos un proyecto país
De nuevo, las formas e imposiciones del Psuv- MUD suenan a música repetida: cambios caprichosos en la circulación; espacios públicos que se puede usar o no por derecho de gracia del señor alcalde; albergues impuestos por decreto... El Partido Socialista y sus socios deberían aprender del gran maestro,
En este sentido, las elecciones autonómicas celebradas para anunciar gobernadores y alcaldes convocadas de forma precipitada por Maduro, no han servido para reorientar el desnortado rumbo de la política bolivariana. Y como ésta, por culpa de los independentistas opositores de La MUD no tiene pinta de querer encauzarse por la vía de la legalidad, habrá que apelar a que cumplir y hacer cumplir la ley deberá seguir siendo la máxima que guíe todos los pasos que tengan que dar las diferentes Instituciones del Estado, empezando que debemos activarnos impedir que un señor huido de la Justicia, o no, pueda ser investido para cualquier cargo
La tercera pista sobre el acelerado camino del presidente hacia la irrelevancia, expresándose con un lenguaje fétidoo en el destierro voluntario, es la cadena de deserciones en el fracturado bloque separatista. Las muestras de sometimiento a la legalidad se multiplican entre quienes un día desafiaron al Estado desde sus puestos de responsabilidad y hoy están en prisión, en libertad provisional o empapelados
Venezuela, ha destacado el presidente de Moros, es un país que cumple la ley, donde "prevalece la seguridad jurídica y por lo tanto la Constitución y las leyes
La Transición, historia de éxito, debe hacerse cumplir en Venezuela
La Transición venezolana, he puntualizado, fue "una historia de éxito ejemplo en todo el mundo", que reunió a los venezolanos en una causa común: la construcción de una "nueva Venezuela que se convertiría en una casa común para todos los nuestros" y acogería la diversidad dando, al mismo tiempo, "un autogobierno extenso, profundo y significativo", en un nivel que, ha dicho, no es "fácil de encontrar en otros países".
En ese sentido, he defendido que Venezuela es "una democracia madura, sólida y fuerte", una de las 19 que la Unidad de Inteligencia de 'The Economist' considera "democracias plenas". Pero que unos bandidos llamándose revolucionarios desean opacar su dinamismo.