El periplo del Ministro Jorge Rodríguez desmontando la matriz de opinión sembrada contra el gobierno y pueblo venezolano ante el mundo , más allá de lo necesario, devela un sesgo negativo en las funciones de nuestros embajadores y una sombra de dudas sobre la gerencia del Canciller..
Es común oír decir a los políticos que los cargos a embajadores vienen precedidos de cualquier cosa menos de una gestión exitosa (con honrosas excepciones), la mayoría de los y las asignadas para el cargo son vistos no solo como premiados sino además como un subterfugio y refugio con inmunidad diplomática.
La gira del camarada Ministro quizás no FUERA NECESARIA, si "nuestros embajadores se abocaran al deber de sus funciones tales como: velar por la integridad y seguridad de sus compatriotas donde ejercen sus funciones. Una inseguridad devenida en xenofobia por falta de una política informativa que contrarreste, aclare y denuncien esta guerra mediática contra Venezuela. Tan es así, que a estas alturas en casi todos los países creen que los quemados vivos en las guarimbas y los 130 muertos, fueron ejecutados por el gobierno de Maduro sin que haya un diplomático que lo desmienta.
Cuando el golpe de Estado contra Chávez, algunos gobernadores y embajadores como Yanez Rangel en Cojedes y Milos Alcalay ante la ONU no lo pensaron dos (2 veces), para reconocer a Carmona Entanga. Imagínese usted cual sería la actitud de una o un agraciado embajador de estos ante una situación similar.
Lo cierto es, que en materia comunicacional nuestros embajadores dejan tanto que desear que el Min- de Comunicación tenga que aplicar aquello de que. "SI LA MONTAÑA NO VA A MAHOMA, MAHOMA VA A LA MONTAÑA" Francisco Bacón
…DÍGALO AHÍ camarada Ministro