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Los Zuloaga suelen ser longevos. Averiguo, por ejemplo, que Martín Zuloaga y Tovar – pariente de quien fuera presidente de Venezuela Manuel Felipe de Tovar- y que estuvo de cónsul en Berlín (nació en 1826) vivió más de cien años. Aunque don Ricardo Zuloaga Tovar, fundador de la Electricidad de Caracas, sólo vivió 67 años, pero que sin embargo su hijo Ricardo Zuloaga llegó a los 91 años.
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Guillermo Zuloaga, fue durante muchos años presidente del canal de noticias de Venezuela, Globovisión. Se "refugió" en Estados Unidos donde hace negocios, y envejece confortablemente. En su concepto más elocuente de la usura don Guillermo Zuloaga, según Jeremías Bentham, llegó a proclamar que él sin duda que ha especulado pero que lo ha compensado dando a sus compatriotas mucho trabajo.
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Los Zuloaga han dejado una estela de actividades mercantiles y políticas tremendas en la vida nacional. En el oriente del país una de sus ramas, con hacendados al frente, se enfrentó a la dictadura de Juan Vicente Gómez en alianza con el famoso Román Chalbaud. Fue durante la infortunada operación del Falke.
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Este apellido, en ciertos lugares de España también se escribe como Zuluaga, y su origen se ubica en las casas de Ceánuri/Zeanuri, Durango, y en el Valle de Oyarzun (San Sebastián, Guipúzcoa). Significa "Lugar de Cuevas". Tal vez el sitio original de la casa era cerca de alguna cuevaEl escudo de armas de los Zuluaga está dividido verticalmente en dos mitades. El lado izquierdo es un campo de plata en el que hay un roble verde con frutos dorados cuyas raíces están al descubierto. El lado derecho es una cuadrícula dorada y roja.
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Los potentados Zuloagas de Venezuela han sido grandes exponentes de la libre empresa, del libre mercado, pero acabó siendo parte de esa burguesía que no amaba con profundidad noble y patriótica al país que se lo había dado todo. En ellos todo se reducía al negocio, a los beneficios, al "inmediate profit". Los burgueses creen que quieren a los pobres porque les echan algunas migajas y algunas cosas que les sobran o no necesitan para nada.
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Con mucha hipocresía tratan los burgueses a los pobres, y después de muertos estos burgueses aparecen unos pendejos como Juan Rohl que en la biografía que escribió sobre Ricardo Zuloaga estampó lo siguiente sobre este personaje: "Pocos meses antes de morir, llegó a las oficinas de la Compañía un obrero de la Planta con una llaga en la rodilla; Zuloaga le hizo pasar a su escritorio, dio órdenes a un empleado de traer una palangana con desinfectantes, se arrodilló ante el hombre, y personalmente le curó la pústula.
"Y con el mismo espíritu de bondad hacia las miserias del prójimo, cierta vez, al pasar por el pueblo de Petare, se fijó en un infeliz que caminaba con dificultad. Lo llamó a su lado, y al cerciorarse de que el pordiosero tenía los pies plagados de niguas, con sus propias manos se puso allí mismo a extirpárselas." (Págs. 180-181).
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Algunos de los Zuloagas estuvieron emparentados con los encopetados de la exquisita familia de los Tovar a quienes se les ocurrió traer alemanes a Venezuela (para mejorar la raza, y acabaron empeorándola como explicaremos en futuros trabajos de investigación). Los Tovar, ubicaron a estos alemanes en un lugar que bautizaron con el nombre de Colonia Tovar. Había una ley que prohibía a los alemanes casarse con criollos, y a la vez se promulgó un postulado de endogamia que les impedía casarse con primos o primas de primera, segunda y tercera generación para así evitar epilepsia, otros trastornos mentales y sordera. Y el lío grandísimo era que a todo aquel que llegara a la Colonia Tovar se le obligaba contraer matrimonio o si no era expulsado de allí. Casi todos se volvieron lerdos, grises y ausentes de este mundo.
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Los Zuloagas abarcaron todos los renglones de los movimientos económicos y culturales de la nación en casi dos siglos: medios de comunicación, universidades, empresas de aviación, industrias, poderosas empresas importadoras. Don Ricardo Zuloaga (hijo), por ejemplo, fue fundador del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico y del IESA.
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Concluyo esta corta semblanza sobre los Zuloagas venezolanos, refiriéndome a don Martín Zuloaga y Tovar quien fue cónsul en Berlín a finales del siglo XIX. Era don Martín un hombre dado a ciertas veleidades rumberas y derrochadoras. Se zampaba en el famoso y exclusivo café Bauder de la avenida Unter den Linden, y cogía unas cogorzas de padre y señor nuestro. Se refocilaba con unas exquisitas damas de mala reputación y formaba unos disturbios y pleitos tremendos, llegando a caerse a trompadas con el que se le atravesara de mala manera en su camino. Casi siempre acababa siendo expulsado a la fuerza del café Bauder. En el mismo estado de ebriedad "sagrada" fue muchas veces visto en el "foyer" del Central Hotel en compañía de putas muy jacarandosas. A veces iba tan embriagado que se le conseguía inerme en las escaleras del hotel. En el Hotel Nacional, don Martín Zuloaga y Tovar dejó unos enormes "monos" por miles de marcos, y al enfrentarse con la gerencia tuvo en ocasiones que caerse a coñazo con los camareros. Se daba la gran vida en condenado, hasta que la policía prusiana cansado de sus "empates" y sus orgías (que incluían a la famosa Bertha Rother) acabó siendo expulsado del país.