Comienza una campaña electoral con más pesimismo, que expectativas y optimismo, pues se trata de unos comicios rodeaos de una la pesada atmosfera que presagian que nada bueno nos aguarda a la vuelta de la esquina. Por los vientos que soplan, todo parece indicar que la fatalidad tocara las puertas de la historia, porque su resultado será peor que los "cuatro jinetes del Apocalipsis" de la mitología universal. O sea, el encuentro de candanga con burundanga.
De acuerdo a las encuestas oficiales o privadas, si las elecciones fueran hoy, probablemente favorecerían a Nicolás Maduro por una ligera ventaja, pero con la particularidad de que esta diferencia pírrica no alcanzaría a ocultar la compra de conciencia y el grotesco empleo de los recursos del Estado. Por re o por fax, podemos presagiar que el gobierno está prácticamente muerto en vida, y lo está porque la comunidad internacional sabe que la trampa está en marcha, y que estos comicios son solo una falsa para disfrazar el plebiscito con apariencia de democracia dizque pluralista.
Y como la lengua es castigo del cuerpo, el propio Maduro se encargó de cantar su desgracia, porque de ante ojitos que el incompetente gobierno saldrá con las tablas en la cabeza y con muy pocos dolientes, así esta vez el diablo haga las veces de portero en estas elecciones que el mundo entero deslegitimara por engañosas. Ojalas que Dios nos agarre confesado, porque a la postre pagaremos justos por pecadores.
