Tirando flechas (III)

FLECHAS HEROICAS DE LA DIGNIDAD INDÍGENA

 “El poeta tiende su arco en el origen y prende una flecha de sangre sobre la playa del futuro.”.

Efraín Bartolomé (Música Lunar)

Apreciados lectores, vuelvo a una nueva “tirada de flecha”, ahora exaltando la heroicidad de nuestros libertadores originarios que dieron la vida en el combate abierto y decidido en contra del opresor, en aras de la defensa de la patria  que nos legaron como herencia y que hoy necesario es estudiar a profundidad esos heroicos acontecimiento que libraron con arco y flecha, frente a un enemigo armado con flamante armamento, para ese entonces, pero sin embargo nuestros “indios” que no eran indios por nacionalidad, sino por capricho del conquistador, en diversas oportunidades con macana, arco y flecha y lanza de madera hicieron morder el polvo al sofisticado ejército imperial, en sucesos (triunfos) que no se reflejan en las crónicas reales.

En el primer artículo TIRANDO FLECHA, me referí a algunos importantes acontecimientos bélicos, protagonizado por los libertadores ancestrales que en realidad no es mucho lo que de ellos sabemos, porque los cronistas de la época no describieron con certeza esos gloriosos triunfos, donde el conquistador sufrió severos daños. De esa historia  sólo sabemos lo que el opresor le conviene que el pueblo sepa. Para nosotros, en esta etapa crítica de la Revolución Bolivariana es urgente la necesidad de estudiar y profundizar la relevancia de esos acontecimientos, para darles un rumbo interpretativo desde la visión del oprimido y no desde la cartilla del opresor, como hasta ahora se han impartido los conocimientos históricos, bajo el diseño caprichoso del vencedor, que es educar para enseñar a obedecer y no para enseñar a pensar. Pues, se excluye a un individuo-pueblo cuando se le limita la palabra por “tirar flecha de la buena” Paulo Freire, en su Pedagogía del Oprimido nos dice que “LOS LLAMADOS “IGNORANTES” SON HOMBRES Y MUJERES CULTOS A LOS QUE SE LES HA NEGADO EL DERECHO DE EXPRESARSE Y POR ELLO SON SOMETIDOS A VIVIR EN UNA “CULTURA DEL SILENCIO”.

Referente al estudio de los acontecimientos bélicos protagonizados por nuestros libertadores originarios; en lo que hemos podido indagar, nos encontramos que  en crudas batallas “tirando flechas de la buena”, el gran Guaicaipuro, el más célebre de los caciques del pueblo de Los Teques y sus guerreros, en 1660, obligaron a las tropas encabezadas por Pedro Miranda, enviadas por el Gobernador Pablo Collado a explotar las minas de oro, también derrotó a Juan Rodríguez Suárez quien se había establecido en el Real de esas mismas minas, del territorio de Los Teques. Es a partir de estas batallas que Guaicaipuro se hace líder de los pueblos indígenas en resistencia. Para el momento todas las tropas españolas que se alardeaban con sus armas modernas, habían sido evacuadas a pura flecha, lanza de madera y macana y FUERZA DE VOLUNTAD DE VIDA de los pueblos originarios. Solamente quedaban las tropas del mestizo Francisco Fajardo hijo de la malinche venezolana.

En 1561 reunió  Guaicaipuro y su gran ejército apoyado por el cacique Guicamacuto, destruyó las instalaciones del mestizo Fajardo,  en San Francisco (hoy Caracas), de allí lo persiguió hasta la Quebrada de Tacagua allí lo derrotó completamente, (cerca de Macuto), retirándose a El Collado (hoy Caraballeda), donde permanecían retiradas las tropas españolas vencidas por las flechas heroicas de nuestro originarios libertadores, luego el gran Cacique con sus guerreros puso sitio al El Collado desde donde se retira derrotado el mestizo y demás tropas extranjeras.

En 1562, Guaicaipuro con sus flechas, macanas y lanzas de madera, logró liberar el territorio del pueblo de los caribes que es lo que hoy conforman los estados Miranda, Vargas y  Caracas.

Cuatro años más tarde, cuando Diego de Lozada avanza para restaurar la conquista española en ese territorio liberado, Guaicaipuro lo atacó a pura flecha, a las márgenes de la Quebrada de San Pedro, hecho que el historiador conquistador Gonzalo Fernández de Oviedo lo denomina la Batalla de San Pedro, pues, esta sí la reseñan como batalla. ¿Pero porque esta sí? Sucede que Lozada a sabiendas que las flechas destruían ejércitos, se apertrechó con soldados veteranos que venían de una gran experiencia bélica de combatir contra los moros en España, con abundantes armas modernas, perros adiestrados y caballos, declarándoles a los indígenas la guerra de exterminio, de esa manera logran los españoles derrotar las huestes originaria que aún siguen en resistencia por toda América.

Esa derrota para el Cacique Guaicaipuro no fue motivo de desmoralización en ningún momento, al contrario, siguió estudiando la estrategia guerrera por la libertad del su pueblo, que hoy es el nuestro. Y cuando Lozada Funda a Caracas 1567, Guaicaipuro con su estima de líder unió a todos los caciques de aquellos pueblos y conformó una alianza estratégica que logró organizar un gran ejército para expulsar a Lozada y es cuando se da la batalla en las sabanas de Catia que se le conoce como Batalla de Maracapana, que por una serie de factores, confusión y contratiempos, falta de comunicación entre los caciques, la batalla la gana el opresor, aunque Guaicaipuro atacó bizarramente a los españoles no pudo vencerlos por la superioridad de las armas españolas, sin embargo para Lozada el gran peligro seguía siendo Guaicaipuro y sus flechas, entonces dio órdenes de apresarlo y darle muerte, por lo que Francisco Infante en 1869, con 80 soldados sitia la ranchería donde dormía el gran Cacique y veinte de sus más fieles guerreros, y con la cobardía con que se caracteriza el opresor, les prendió fuego a la choza.

Se dice que la lucha fue terrible, Guaicaipuro les hace frente con la espada que le había arrebatado a uno de los jefes españoles en una de las batallas libradas e hizo pertinaz resistencia, hasta ofrendar la vida él y sus guerreros. Dicen los cronistas de la época que Guaicaipuro les gritaba a los invasores: “Matadme aquí me tenéis, matadme para que con mi muerte os veáis libre del temor que siempre os ha causado Guaicaipuro”.

Yacente Guaicaipuro,  sin sangre ya la mano,

Roto el arco que el tiro midió con centella,

Buscando a blancos torvos libérrima querella,

Al viento fue la flecha del indio americano.

 

Y el viento dióle ahora la inexorable huella

Que la tendió al encuentro del cazador germano

Y ardida al sol del indio y al sol republicano,

Quedó sobre la cuerda del arco de la estrella.

 

Allí, junto a los huesos del soldado sin nombre,

Restableció en el dardo la eternidad del hombre

Que a Miranda sin tumba da la tumba sin gente;

 

Y encorva y encorva y cierra la luz del monumento

Ya afirmada en el arco su vocación del viento,

La flecha del cacique se disparó al oriente.

                                                            Andrés Eloy Banco (Flecha)

 

Esta reseña es apenas una de las tantas historias que a lo largo y ancho de nuestra América podemos recoger para el  estudio análisis y sistematización del aprendizaje histórico, donde héroes y heroínas   originari@s ha sido los protagonistas, pero no se les ha dado la misma relevancia histórica que a los héroes y heroínas de La Independencia, pues ambos deben ser aquilatados con la misma dimensión histórica. Para nuestro sistema educativo pareciera que la historia emancipadora en Venezuela comienza el 19 de abril de 1810, dejando como irrelevante los recios combates en desiguales condiciones de los pueblos originarios y el ejército invasor. ¿Será porque todavía en la mentalidad de nuestros gobernantes aún se incuba la injusticia histórica que produce la vergüenza étnica? ¿Todavía nuestra clase dirigente considera la lucha indígena, con matices de inferioridad, será por ser “indios” los actores, y no mantuanos? Se debería conmemorar las fechas de los acontecimientos heroicos  de los libertadores originarios como se conmemoran los hechos de nuestra Independencia, ¿no tienen acaso la misma importancia?  O… TAL VEZ SEA UNA EXAGERACIÓN DE MI PARTE. Por eso aquí digo  con las palabras de Galeano: “LA HISTORIA ES UN PROFETA CON LA MIRADA VUELTA HACIA ATRÁS: POR LO QUE FUE, Y CONTRA LO QUE FUE, ANUNCIA LO QUE SERÁ”. (Eduardo Galeano Las Venas Abiertas de América Latina)

Este planteamiento no es más que una reflexión para el debate histórico que se debe abrir con participación de todo el pueblo, ya que en el aspecto cultural en la actualidad nos acompañan momentos  importantes para el devenir positivo de la Revolución Bolivariana, que no debemos desaprovechar (aun cuando vivimos la más trágica crisis de la historia, que también forma parte de la misma historia), es el momento de darle la mano al pueblo en materia de formación, educación y capacitación, cuando ya ha obtenido un gran avance educativo, con los grandes discursos del comandante Chávez, cuando hacía su programa dominical “Aló Presidente” y cadenas de radio y televisión, dirigidas al pueblo, que logró  una instrucción inductiva para el avance del pensamiento político popular, que antes el pueblo ignoraba, pero que ahora no se le ha dado continuidad a esa capacitación y formación desde lo político-ideológico  al contrario se observa ahora un visible desmejoramiento al sistema educativo y formativo de Venezuela. Debemos empezar a construir la GRAN ESCUELA DE LA VIDA, que tal vez sea hoy UTOPIA, que mañana para cuando los de hoy, ya no estemos, para mis desdientes sea LA REVOLUCION SOCIALISTA el cultivo congénito de la FELICIDAD, mediante la acción  política del poder popular, bajo el método de educación para la vida entendiendo que la educación es el elemental medio de conducción de todo sistema político revolucionario.

No importa que la flecha no alcance el blanco

Mejor así

No capturar ninguna presa

No hacerle daño a nadie

Pues lo importante

Es el vuelo la trayectoria / el impulso

El tramo de aire recorrido en su ascenso

La oscuridad que desaloja al clavarse

Vibrante

En la extensión de la nada

                       José Emilio Pacheco (La Flecha)

Gracias amigos lectores por explorar estas líneas.  HASTA LA PRÓXIMA FLECHA

Reinaldo Chirinos

reinaldoc06@gmail.com



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Reinaldo Chirinos

Licenciado en Educación Mención Desarrollo Cultural. Facilitador del INCES.

 reinaldoc06@gmail.com

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