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Pan, precios prohibitivos y el hambre acecha en Venezuela al humilde

Los panaderos en Venezuela, son personas entusiastas. Saben que, al atardecer, la vecindad va a sus negocios a comprarse un marroncito o el tradicional con leche. Todos, teníamos ese viejo hábito y el dueño le asignaba a una de sus empleadas ese rol. Atender a la clientela fija y siempre tener una sonrisa. Purificación de Las Eras, una de las primas de la cantante Rocío Dúrcal, me enseño en la ciudad de Guanare a tomar una buena porción de harina, darles vueltas en el amasado y luego al horno. El resultado, un buen francés. Todo sucedió en la ciudad de Guanare. De un kilo de harina de trigo, logramos doce campesinos y cierta porción del mismo para mojarlo en café trujillano o chocolate de Caripito que siempre traía la señora Flor, cuando visitaba a sus familiares.

La industria panadera es pujante en nuestra tierra, los pueblos diminutos dejaron a un lado el cocimiento del maíz pilado por un croissant hojaldrado en un chocolate caliente, hecho al estilo francés, con chocolate derretido, diluido en leche caliente.

Pero, en este tiempo de revolución bolivariana, las panaderías siguen cerrando, por asuntos de finanzas y, ya el negocio familiar, no sube las Santamaría por asuntos de finanzas y no hay ingredientes baratos. En este proceso, se lamentan los aficionados al pan, la calidad de la hogaza promedio se ha desplomado y muchas de ellas, que, han sido tradicionales, la han cerrado.

El plan de conectar jóvenes panaderos en cursos ha decaído y, muchos prefieren prepararlos desde sus casas, solo, porque es un producto tradicional y muy solicitado en los sectores populares. Simplemente el pan, constituye una parte de nuestro patrimonio, ahora se debe tener visión y ganar dinero, per, en mi país, Venezuela, quieren venderlo a un costo muy elevado.

Recientemente, fui a la panadería de mi sector y adquirí dos campesinos, una pequeña porción de torta de pan y un refresco de botella, al pasar la tarjeta de débito, la cantidad de pago, me pareció sumamente elevada un millón novecientos mil bolívares, (1900bs. Soberano). Verdaderamente un precio especulativo.

Simplemente, los ciudadanos están dejando de comprar pan y se va a los grandes supermercados a hacer colas y comprar dos paquetes de harina de maíz procesada y hacer arepas en su residencia.

Tengo, cuatro rodillos, de diferentes dimensiones para amasar y, simplemente he decidido hacer pan de nuevo., dejare atrás, gustos como baguetes, bules y ficelles. Ese tiempo de exquisitez ya paso.

Ahora, para empeorar las cosas, los molinos fueron eliminados. Ya no hay competencias entre pandillas. Cerca de mi suegra había un molino que tenía la costumbre de abrir a las cuatro de la mañana y se compraba el trigo en conchas o el maíz ya pilado, solo restaba darle molienda.

Aprovechaba, siempre las ofertas,

Vendían dos canillas por el precio de una, tres por el precio de dos, cosas así, y pronto, cada vez que abría una tienda ⎯parte de una gran cadena de panaderías respaldadas por molinos⎯ cerraban tres panaderías en tres ciudades pequeñas, así fue con los cines. Los Capriles quebraron las salas de cines pequeñas y ellos, solo tienen el derecho de traer películas de estrenos en el país.

Ahora, le dicen artesanales, bueno, pueden decirle, lo que sea. Los venezolanos queremos adquirir un pan a buen precio. Con ingredientes básicos y estén recién horneados. Más ahora que llegaron las lluvias. Y las mañanas son ventosas y nubladas.

En Venezuela, se hace buen pan.

El pan que se vende en los supermercados es importado de México a través de una transnacional y, ya vemos los bolsones de este pan en manos de niños y padres de familia, porque, ya estamos en temporada de jornada vacacional de sesenta días.

El pan, en mi país es objeto de especulación e inflación. Venezuela, atraviesa un momento difícil, la carestía de la vida es presente, la subida de los productos es escandalosa, hay escases de trabajo especializado y, las condiciones laborales adversas hacen que la población emigre a otros países, es necesario tomar conciencia y, hacer que la historia comience de nuevo, con conciencia. Una conciencia que viene determinada por las necesidades y deseo, como anhelo de una sociedad distinta.

En una oportunidad. 1871, los franceses tuvieron que unirse para combatir la represión política del Estado y, se unieron en una manifestación que discurrió por los centros neurálgicos de París, porque el hambre estaba latente. Un hambre en que los especuladores se beneficiaban un dato más importante. En 1871, las mujeres se activaron Esta manifestación, que contó con una enorme participación, tuvo en las mujeres sus principales protagonistas. Las mujeres fueron quienes la encabezaron. Muchas de ellas habían participado de forma activa en la Comuna de París. Y esa participación de la mujer reflejando los problemas de subsistencia fue un leivmotiv que se dio a partir de ese momento.

Lograron que las panaderías francesas bajaran el precio del pan, al igual que España. Por ejemplo, la crisis finisecular en España vino protagonizada por distintos motines de subsistencia encabezados por mujeres. Ejemplos como los de Córdoba, Valladolid o Alcalá de Henares fueron sintomáticos. Incluso la chispa que encendió la revolución de febrero de 1917 en Rusia fue una manifestación de mujeres contra la carestía y contra la guerra.

 

El pan blanco es ampliamente aclamado como de escaso valor nutritivo, y granos enteros a menudo se defendió como el camino a seguir. Sin embargo, muchos tipos de grano entero de pan en realidad están siendo predominantemente hechos de trigo pulverizado, y esta harina enriquecida fácilmente digeribles pueden causar un rápido incremento en los niveles de azúcar en la sangre, resultando también en un posible sobrecalentamiento. Del mismo modo, los panes ampliamente se realizan utilizando granos de gluten, y, por supuesto, esto puede convertirse en un punto de contención con las personas que están evitando el gluten debido a intolerancias en sus dietas. Además, el pan es a veces un alimento procesado que puede traer todos los azúcares y los "anti-nutrientes" que son tan comúnmente asociados a esos productos, y muchos sostienen que cualquier valor nutricional que el pan no posee fácilmente se puede obtener por otros medios en su lugar. Algunos también atribuyen el colesterol y aumento de peso al pan también. Debido a estas características, muchas luminarias afirman que los panes integrales son simplemente menos dañinos que los panes refinados, pero aun así se debe evitar por cualquier persona con problemas digestivos o que buscan la pérdida de peso.

El pan, uno de los alimentos más denostados por las dietas alimenticias también es saludable. Ingerido de una forma adecuada nos aporta fibra -en mayor medida si apostamos por variedades integrales o multicereales- algo muy necesario para el buen tránsito de nuestro organismo y nuestra salud digestiva. También proporciona al organismo minerales –como el calcio, el hierro, el zinc-, y está forrado de vitaminas -B1 y B6-, y posee un aporte muy bajo de grasas naturales.

Así que no lo tachemos indiscriminadamente si nos estamos cuidando, porque el pan puede ayudar a cuidarte. La clave es saber qué pan tomar.

Y lo queremos a buen precio, con un valor no especulativo.

La diferencia entre el pan integral y el pan blanco radica en que en el segundo se usan harinas refinadas para su elaboración. Esta harinas se elaboran con cereales que han perdido su capa superior, en la que se concentra la mayor cantidad de fibra y minerales, por lo que nuestro organismo no los recibe. En cambio el pan integral se hace con harinas que conservan todos esos nutrientes al provenir de granos molidos con cáscara. De entre los diferentes tipos de pan integral que encontramos, el mejor es el multicereales porque contiene avena, trigo y centeno,los tres cereales que más beneficios ofrecen.

El pan también ayuda a nuestro organismo en la prevención de enfermedades cardiovasculares, y el integral lo hace en cuanto a la diabetes. Se ha comprobado que las personas que siguen una dieta rica en fibra cereal reducen en riesgo de padecer esta patología al poseer una menor concentración de glucosa en sangre; el integral también ayuda a que el azúcar se absorba por el organismo de una manera más lenta, lo que evita que se produzcan picos.

Entonces, ¿es mejor el pan integral o el pan blanco? Existe la falsa creencia de que el primero engorda menos que el segundo, pero no es así. Una ración de pan blanco de 100 gramos nos aporta 280 calorías, siendo de 260 el aporte energético del segundo. En lo que el pan integral gana al normal es en el aporte de fibra -8,5 gramos cada 100, por 2,2 gramos en la misma cantidad del otro-, y en un mayor aporte de vitaminas y minerales.

En cuanto al tipo de pan, existe la duda de si es mejor consumirlo normal o de molde, una opción a la que muchos recurren por su mayor durabilidad. fibra es similar al del pan blanco, pero en grasas es superior, ya que a la receta original se le suele añadir mantequilla y azúcar, por lo que se recomienda su consumo en menor cantidad. Al final, el pan de molde está producido para una mayor permanencia en nuestras despensas, la fórmula que permite esa conservación es la que carga a este suculento producto de unas grasas que son más perjudiciales para tu salud.

¿Has desterrado por fin la idea de que el pan es malo? ¿Con qué clase de todos los que existen te quedas? ¿Aprenderás a cuidarte comiendo (un poquito) de pan?

El gobierno, debe tomar medidas urgente sobre los alimentos básicos, ya estamos cansados y sobre los plátanos, azúcar, aceite y las papas constituyen una prioridad.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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