Hemos hecho críticas constructivas, propuestas, alertas sobre peligros y eventuales errores, en fin, varios hemos tratado, como constituyentes, de cumplir con un mandato del pueblo. Pero nos enfrentamos a un muro de indiferencia. Que parece inspiró a Roberto Malaver en su artículo, "Escuchando", del que soy solidario.
En nombre de los que me eligieron, he denunciado la crisis del transporte público y propuesto soluciones de emergencia, en tanto se toman medidas estructurales. Igual sobre la crisis de la salud y los hospitales, del agua, de la energía eléctrica, de la basura, sobre los precios, sobre la pobreza... No me respondan a mí. Respóndale al pueblo que me eligió, al pueblo al que le deben los cargos que ejercen.
Díganle por lo menos cuando estará resuelto el problema del agua, de la electricidad, de los hospitales, de los precios…
Nueve meses hablando de precios acordados, pero los precios aumentan todos los días y no hay salario que permita a mucha gente el consumo mínimo de calorías. Eso es lógico, pues los grandes empresarios, coaligados con Trump, lo que quieren es derrocar al gobierno, no resolverle problemas al pueblo. ¿No será que simulan una negociación para arrancarle concesiones al gobierno? ¿En fin, no se acuerdan precios porque se acepta que el mercado los equilibrará? ¿No se combate la especulación, que sobreacumula capital porque se supone ilusoriamente, que esos excedentes de capital serán invertidos en la producción de bienes y servicios que se "derramarán" sobre la sociedad?
Este debate está en la calle, con las palabras de la gente común. Atrévanse a viajar en el metro y vean el grave deterioro. Escuchen a la gente.
Ya se está planteando que la ANC convoque a vicepresidentes y ministros a que se presenten ante ella. El pueblo debe apoyar a la ANC utilizando los Art. 5°, 6°, 70° y 51°, constitucionales. El gobierno de calle debe transformarse en poder de la calle, sin violencia, no para derrocar al gobierno sino para fortalecerlo y corregir el rumbo, siguiendo el mandato de "comuna o nada" y sin sectarismo, gobernar con todos las clases y capas sociales, que defiendan la soberanía e independencia de la patria.
Como manifestación de solidaridad con el presidente Maduro, he tratado de ponerle palabras a la angustia-rabia-esperanza de la gente. No espere más.