Dentro del gobierno y en esta categoría incluyo a quienes ocupan cargos en él, están en la AN, aunque “impotentes”, “en silencio pero con mucho ruido” y muchos que hasta ayer fueron figuras destacadas en el mismo y dentro del partido, como Hugo Cabezas, hay como una indigestión, un retortijón de tripas.
A la señora Gabriela Ramírez no la incluyo, por dos razones, primero que se fue calladita hace mucho tiempo, cuando la pusieron a un lado y porque cuando reaparece, sin solución de continuidad, sino abruptamente, lo hace en tono de inconformidad demasiado elevado, como quien está reaccionando por una vieja herida y con una argumentación demasiado parecida a la derecha venezolana. Ella se me parece a un Ismael García tardía, no retardada. No me refiero a sus últimas declaraciones, aparecidas estas en Aporrea hace dos días, sino a unas anteriores.
La palabra zafarrancho tiene varias connotaciones, una de ellas la de la marinería, constituye un llamada a la ejecución de determinadas actividades; pero esta podría ser prepararse para afrontar cualquier contingencia, hasta como tener que abandonarlo porque nuafraga.
Mucha gente desde tiempo atrás ha manifestado con libertad sus diferencias y muchos son los argumentos que se han dado, los que el gobierno ignora, aunque “estamos en un modelo protagónico y participativo”. Pero hubo de llegar este estado casi de naufragio en que está Venezuela, para que “no los demonios”, sino más bien almas en pena, apenadas y otras que quieren salvar su pellejo, dicho así en sentido figurado. Pudiera ser su responsabilidad y hasta intentar mantener su liderazgo. Hay de todo y por eso es necesario ser cuidadoso al juzgar.
Entre las “almas en pena”, lo que significa para este escribidor que están dolidos por lo que sucede y por lo que de alguna manera han contribuido, están Julio Escalona, Earle Herrera y hasta Hugo Cabezas, quién hasta hace menos de un año aparecía como portavoz del partido, cuando la nave estaba cabeceando hasta desde mucho tiempo antes. Sólo que él desapareció, se escondió o lo bajaron del puente de mando y reapareció para dejar constancia que “esa vaina nada tiene que ver conmigo”.
También Julio Escalona, quien estuvo largo tiempo, hasta hace muy pocas semanas, tratando como distraernos con el imperialismo, algo así como advirtiéndonos que pudiera venir el lobo de un lado, para que obviáramos los desastres que hacía el gobierno, en el hacer y peor dejando de hacer, con lo que favorecía, posiblemente sin quererlo, las intenciones de aquél. Sobre todo intenta como separar al gobierno, ese que pone la torta más grande del mundo, del presidente. Para él, es lo que parece, éste “es un muchacho bueno, los malos de la película son aquellos de la quinta columna de la derecha que se cogió el mando”.
Earle Herrera, se comportó como un globo. Se fue llenando, llenando, sin dejar espita, hasta que reventó. Comenzó suave con aquello de “Potencia”, donde ironizaba el discurso ampuloso del gobierno, como a lo Cipriano Castro, luego llegó a un estado manifiesto de “arrechera”, aunque él disimuladamente, para eso es buen escritor, lo llamó “impotencia constituyente”, donde por un asunto que pareciera menudo, aunque como “arrancado de la vida misma”, descargó toda su frustración y opinión acerca de la incompetencia del gobierno.
Ahora mismo, Earle ha dicho algo trascendente que debería llamarle la atención a ese universo que ha tenido como guía, como esa Belén hacia donde iban los reyes magos, la Cuba del Movimiento 26 de julio. Según él, la dirigencia del gobierno y su partido, porque es así en ese orden, deberían revisar lo que allí está pasando, como que la “Constitución” recientemente aprobada, por cierto entró en Cámara el sábado y ya el domingo estaba lista, lo que para un amigo que siempre le busca acomodo a las cosas, eso fue así porque ya los diputados la conocían y además muestra la eficiencia, restituye la propiedad privada en Cuba “sobre medios de producción”. Ya no es aquel “cuentapropismo” nacido de la realidad de aquella economía y tolerado por el gobierno, sino que abre espacios y derechos para que nazcan inversionistas y empresarios. Es decir, Cuba ha entrado en un proceso de revisión de su modelo y quienes hasta ahora a ese país y modelo han tenido como Meca, deben “mirarse en ese espejo”. Y sobre esto habló Earle Herrera, hasta más molesto que antes. Ahora, quienes esas palabras se la arrojaban a cualquiera en la cara, deben tener cuidado al llamar a quienes de ellos discrepen “revisionistas y reformistas”, por que Cuba las está adoptando. Ya eso hicieron los chinos y vietnamitas.
Freddy Bernal, quien en el gobierno ha sido de todo, recoge pelotas, cuarto bate, novio de la madrina y hasta gran jefe de “la inteligencia policial”, explotó allá en el Táchira donde funge de Protector, lo que fue sin ningún éxito y por años Elías Jaua en Miranda y ahora lo es Aristóbulo por Anzoátegui. Sólo que por lo que uno cree, Bernal está allá en su estado natal, él es gocho y está metido en su tierra. Diferente a Aristóbulo que no es de Anzoátegui, ni siquiera oriental y no ha vivido ni vive en esas tierras, se limita a dar órdenes por los medios y va de vez en cuando a recoger la cosecha. Quizás por eso que distingue a Bernal de Aristóbulo explotó en una reunión allá en Táchira y en su discurso dejo ver con claridad su inconformidad y hasta asumió su culpa.
He dejado para el final a Elías Jaua, que no sólo es Ministro de Educación, sino que sido por más de 18 años, como condueño del gobierno y figura descollante del partido y además portavoz de otros como él, tal la señora Farías. Elías no habla de la incompetencia del gobierno, sus malas políticas y esa modorra y hasta dejar hacer que le caracterizan, sino que reclama la elección por la base de la dirigencia del partido. Ese es su tema, pese que lleva años convalidando lo contrario. Pareciera sugerir que todo lo malo está en eso y es tan poco imaginativo que ahora, ya que la ANC, la reelección del presidente a todo el mundo que se forjó ilusiones frustraron, pareciera intentar que pongamos las esperanzas en una nueva dirigencia en el partido. Claro, uno no cree que Elías esté pidiendo que saquen a Maduro a él mismo y todos los de su bloque, sino a lo mejor se refiere a otro u otros, quizás de esa “quinta columna que habló Escalona”. Aunque este que está aquí no cree eso, pues esa figura la forman todos quienes gobiernan. Lo que pasa es que el Psuv y el gobierno se declararon en zafarrancho. Por eso, aquellos que estando con el gobierno pero no forman parte de él, como Cabezas, Escalona y Herrera, nombrados alfabéticamente, tratan de dejar constancia, por si acaso, que ellos no tienen mucha culpa. Bernal admitió su culpa y reconoce el fracaso, pues no puede decir otra cosa, pues no habría quien le creyese.
Elías Jaua es distinto, no habla del desastre del cual es responsable sino como un maniático, anda pregonando que solo hay que renovar al partido, pues logrado eso, lloverá café, se multiplicarán las divisas y “recuperaremos el bienestar económico”. Es tan atrevido que hasta ahora, a esta altura del partido, se pretende convertir en líder de la consigna, contra la cual se mantuvo y por la cual tanto lucharon muchos hasta la frustración, y por lo que fueron defenestrados, con el apoyo suyo, como que quienes estén el gobierno no pueden ser dirigentes del partido.
Vamos a ver qué sale de todo esto. Por lo menos, hay un zafarrancho, no llamado por el puente de mando, sino desatado por la marinería y el hambre.