La mayoría de los curas del franquismo eran odiosos para los perdedores de la guerra, aparte el normal rencor que anidaban en su pecho por su engreimiento, su dogmatismo y el fascista apabullante que llevaban dentro. Y odiosos son hoy día esos obispos que proclaman obscenamente, sin escrúpulos, sin vergüenza, aberraciones como esa propalada por uno de ellos que es más grave el aborto que la pederastia tan frecuente entre los curas...
Pero si aquellos y estos son odiosos, hoy, en esta democracia de pacotilla no menos odiosos son esos abundantes periodistas de prensa, televisión y radio privadas sectarios, franquistas mal disimulados que, subvencionados o no, hacen propaganda directa o indirecta, sin ningún pudor, del neoliberalismo salvaje y del inmovilismo en España más nauseabundo.
Periodistas, o pseudoperiodistas, que dieron un puntapié a aquellos curas del franquismo sacándoles del púlpito, para ponerse ellos a predicar odio a todos los que no secundan esa miserable ideología superpuesta a la neofranquista, sólo pensada para gobernar sólo a los ricos…
Jaime Richart
Antropólogo y jurista
23 Agosto 2018