Ya llegamos al aniversario número cuarenta y cinco (45) del funesto y sanguinario golpe fascista contra el Presidente Salvador Allende en Chile (11 de Septiembre de 1973). De esta manera el imperio truncaría a sangre y fuego con la hermosa experiencia electoral de la Unidad popular (UP) en Chile. Es lógico pensar que los grupos de derecha dentro y fuera de Chile no le perdonarían a Salvador Allende impulsar un proceso de cambio a favor de la inmensa mayoría de los chilenos. De todo le hicieron al gobierno de Allende: desabastecimiento de alimentos y medicinas, inflación inducida, guerra mediática, ataque selectivo a dirigentes, falsos positivos, conjura militar, etc.). Caotizaron a toda la sociedad. El mismo libreto que hoy el imperio ha aplicado en Venezuela con la misma intencionalidad. En Chile como sabemos, un sector de las Fuerzas Armadas comandadas por el sátrapa de Augusto Pinochet, grupos económicos, la mediática y los partidos de la burguesía, se prestaron para la jugada del imperio y lanzó el zarpazo que costó miles de muertos, desaparecidos, exilio y la imposición por la fuerza de un modelo económico neoliberal. El Presidente Salvador Allende fue la primera víctima de la furia fascista. Por cierto, entre los miles de jóvenes asesinados se encuentra el monaguense Enrique Maza Carvajal, nativo de Aragua de Maturín, quien cayó combatiendo fusilado un día después del golpe de estado. Fueron 17 años de férrea dictadura con la complacencia del gobierno de los EEUU, OEA, SIP, ONU y la cacareada "comunidad internacional". Al correr de los años, documentos desclasificados de los EEUU comprobaron la descarada participación del gendarme del norte en el golpe de estado en Chile. La experiencia chilena en la década del setenta trajo consigo una gran motivación y entusiasmo, no solo en Latinoamérica, sino a nivel mundial.
La llegada de Allende al poder por la vía electoral rompía con esquemas y fórmulas revolucionarias, en cuanto a "la toma del poder solo por la vía armada". Más de un texto se escribió sobre este tema por demás "escabroso". Después del derrocamiento de Allende, la desesperanza y el pesimismo cundió en buena parte de los sectores revolucionarios. Muchos abrazaron la tesis del "fin de la historia". Fue Chávez, quien devuelve de nuevo la Esperanza el 4 de Febrero de 1992, en su célebre "Por Ahora". En 1999, asume Chávez el poder por la vía electoral, lo cual coloca a nuestro país en un peldaño de honor dentro del contexto revolucionario de la región. En 19 años de la inédita Revolución Bolivariana, el mismo imperio que derrocó a Salvador Allende ha hecho de todo para aplastar también esta experiencia (golpe de estado, violencia callejera, desconocimiento de las elecciones, desconocimiento de las instituciones, guerra económica, guerra mediática, conjura internacional, magnicidio, Xenofobia, amenaza de invasión, etc.).
Seguimos de pie y resistiendo heroicamente tal como no los enseñaron Bolívar y Chávez. Seguimos batallando al lado de Nicolás Maduro. En este contexto y a 45 años del golpe a la democracia chilena, podemos sintetizar como experiencia lo siguiente: 1) El imperio no perdona a ningún país del mundo que se atreva a ser soberano e independiente. Agreden e invaden tanto a países pequeños como a otros de mayor fortaleza. 2) Nuestro país seguirá siendo asediado por el imperio de los EEUU, por lo tanto nuestra lucha será permanente hasta hacer irreversible nuestra revolución. 3) Necesario y pertinente es una política de alianza a escala internacional. Chávez nos habló de un mundo pluripolar y multicéntrico (Plan de la Patria). 4) Necesaria la movilización permanente del pueblo organizado para elevar el nivel de conciencia de la población. 5) Elevar nuestra potencialidad económica para hacer frente a las presiones y amenazas del imperio. 6) Cerrar filas en torno a una dirección política y revolucionaria. 7) Cultivar y preservar la unidad cívico-militar. ¡¡GLORIA ETERNA A SALVADOR ALLENDE!!... ¡¡VIVA LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA!!... ¡¡VIVA CHÁVEZ!!... ¡¡EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO!!... ¡VENCEREMOS!
