Los venezolanos, vivimos momentos cruciales en una democracia, donde se debe tomar acciones cruciales, porque ya la ciudadanía esta en vivencias de dolor y angustias. Tenemos una gama importante de militantes en las Asambleas Legislativas y Concejos Municipales que representan los más diversos intereses como criterios de los partidos políticos y su ejecución en dichos órganos administrativos del Estado Bolivariano de Venezuela, deja mucho que desear.
En nuestro régimen de libertades tenemos la dicha de que los diversos grupos pueden manifestar y defender sus opiniones y sus intereses. Pero todo tiene límites.
En nuestro régimen de libertades tenemos la dicha de que los diversos grupos, pueden manifestar y defender sus opiniones y sus intereses. Los manifestantes no deben —les es prohibido por nuestro sistema legal— violar los derechos y libertades básicos de otros ciudadanos. A todos se debe respetar el derecho a la libre circulación personal y de sus bienes, a la seguridad personal, a la educación pública, a la atención médica.
En nuestro caso, cobrar las pensiones y tener derecho a una caja especial abierta a toda hora en los mercados y supermercados, tener acceso al transporte público gratis o pagando una cuota especial prefijada entre las autoridades municipales y del transporte municipal.
Pero, la burla se hace patente, a todos los niveles, desde el bancario al resguardo policial Las autoridades policiales deben actuar con el mayor recato y la más grande precaución para evitar confrontaciones violentas, pero no deben incumplir su obligación de hacer respetar los derechos básicos de todas las personas.
Hacen caso obvio de lo expresado por el presidente bolivariano, Nicolás Maduro Moros, por los medios televisivos e incluso se hacen pis en su cara, burlan los acuerdos económicos y los cuerpos de seguridad, respaldan más al bachaquero y GNB corrupto que las disposiciones legales del Estado Bolivariano de Venezuela.
Los bolivarianos, somos amantes de la paz y de cordiales relaciones con los demás. Me impresionaron —hace varias décadas— los análisis de opinión que señalaban que los venezolanos, preferíamos ser amados a ser exitosos. En mi vida profesional encontré ocasiones en que a asesores extranjeros había que explicarles que, para tener éxito al impartir órdenes en una planta industrial, centros educativos era imprescindible darlas pidiendo que se efectuara tal o cual actividad: "por favor." No ordenamos al camarero un café, le pedimos nos lo regale un por favor.
En Venezuela las discusiones políticas siempre han sido acaloradas, pero solían mantener cierta cordialidad. Hoy, es casi imposible leer noticias en Internet o entrar en redes sociales sin ver expresiones de odio contra uno u otro grupo social.
La toxicidad y el volumen de comentarios de odio – entendidos como mensajes para insultar, ofender o intimidar a una persona debido a su raza, sexo, religión – se intensificaron visiblemente durante la pasada campaña electoral. Más recientemente, las reacciones a temas como la participación de la Selección hacia el Mundial de Fútbol Rusia 2018 y la norma técnica sobre el aborto para salvar la vida y salud de las mujeres embarazadas se han caracterizado por agresiones verbales y hasta amenazas.
El odio en Internet suele originarse en odios existentes en la vida real. Sin embargo, en la era de noticias falsas inventadas para instigar miedo, de retórica política diseñada para capitalizar odios, y de troles pagados para caldear ánimos, lo que ocurre en línea puede alimentar e instigar esos odios en la práctica y atraer nuevos adeptos.
Por ejemplo, en Alemania la retórica anti-inmigrantes de la extrema derecha en Facebook tiene una relación directa con la ocurrencia de crímenes de odio contra inmigrantes, al punto de que cuando hay averías de Internet el número de esos crímenes se reduce, según un estudio de la Universidad de Warwick, en el Reino Unido.
En nuestra patria, el odio hacia el presidente, Nicolás Maduro Moros es visceral, aunque hay plataformas como Facebook y Twitter que tienen políticas contra la violencia, el acoso y el odio, la evidencia muestra que estas no funcionan muy bien, al igual que los diputados y concejales del Psuv que no cumplen las funciones ejecutivas a que fueron llamados.
De allí que, la burla hacia el presidente es brutal, que ahora incluye a las entidades bancarias dueños de mercados que no respetan el cono monetario y detractores pagados que detonan su condición personal por mal gerente de políticas públicas, hasta allí, llegan.
He venido haciendo un trabajo periodístico e investigativo encubierto, da lástima como hay contenidos de racismo, toxidad y ancianos favorecidos por el Estado que en las colas, hablan atrocidades del gobierno bolivariano, me refiero al Estado como estructura, porque he denunciado por los medios audiovisuales las atrocidades que cometen a diario, los agentes al servicio del ejecutivo nacional contra la Nación y el Mismo Estado, donde el Fiscal General de La República, solo esta abocado a un solo caso Pdvsa, pero, que hacen los fiscales institucionales por regiones.
Una desidia total que neutraliza el ejercicio político y administrativo del estado de derecho en el país y, sus actividades comerciales y empresariales-
Queda claro que el odio y la toxicidad en Internet no son un asunto pasajero, menos en las colas bancarias por parte de ancianos favorecidos por mayor y hogares de la patria
Algunos países han empezado a tomar medidas. En Alemania, a partir del año pasado las empresas deben borrar contenido violento o de odio bajo pena de sanción, y en el Reino Unido la Fiscalía empezó a tratar el abuso en línea con la misma seriedad con que trata el abuso físico. Estados Unidos le ha reclamado a Rusia por considerar que mucho del tráfico enfocado en el odio ha sido y sigue siendo financiado por los rusos con fines de injerencia electoral.
Si tales medidas serán efectivas y hasta qué punto infringen o no la libertad de expresión ,son por ahora temas de debate. En el caso de Venezuela, cabe preguntarse cuál es la línea entre discutir temas políticos divisorios y alimentar odios de largo plazo en la vida real para la ganancia política inmediata de algunos.
El gran problema en Venezuela es que nadie participa en nada e incluso, nadie asiste a los actos electorales, pero, los ciudadanos son abocados por la guerra de IV generación a vociferar noticias falsas, donde estén aglomerados un mayor número de personas y ancianos, que no tienen conciencia política y de activismo de cuadros formativos, dependientes de la misma Casa de Gobierno, impulsada por el ciudadano presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, hay una ignorancia política a todo dar.