La Democracia representativa como doctrina represiva del régimen adeco-copeyano del pacto de Punto Fijo
Betancourt fue muy diligente en el cumplimiento del Pacto de Punto Pijo: en el momento de su juramentación como Presidente de la República expresó:
"En el transcurso de mi campaña fui muy explícito en el sentido de que no consultaría al Partido Comunista (PCV) para la integración del gobierno... es el hecho que la filosofía política comunista no se compagina con la estructura democrática del Estado venezolano".
Afirma el historiador y antropólogo tocuyano Pedro Pablo Linárez:
"Con estas palabras declaraba Betancourt el inicio de la Guerra Fría anticomunista en Venezuela y, en consecuencia, nueve meses después, el 12 de enero de 1960, dio la orden de "Disparar primero y averiguar después" contra sus adversarios del PCV y el MIR. No obstante la conducta pro-yanki y anticomunista de Acción Democrática, como partido en función de gobierno, se registra desde 1948 cuando el Dr. Rómulo Gallegos lo hizo públicamente". (Pág. 22)
"Disparar primero y averiguar después"
Tempranamente aquel sistema representativo llamado "democrático" comenzó a dar sus primeros zarpazos. Rómulo Betancourt, ordena el 12 de enero de 1960 "disparar primero y averiguar después", frase con la que inaugura su política policial, dándose inicio al período de asesinatos selectivos y tortura de dirigentes populares e izquierdistas. Según opinión de Miguel Espinoza, articulista del diario Ciudad CCS de fecha 12/01/14, nos dice:
"Rómulo Betancourt, uno de los artífices de la democracia representativa en Venezuela, fue quien acuñó la frase: "Disparar primero, averiguar después". La frase inicia e inaugura la política represiva en Venezuela durante la IV República con un costo de miles de muertos y desaparecidos. A pocos meses de instalado su gobierno, el 12 de enero de 1960, ordenaba con esa afirmación hostigar, reprimir y asesinar a todos sus adversarios políticos de izquierda". Fragmento del artículo "Betancourt, el 12 de enero de 1960: "Disparar primero y averiguar después" (pg. 13)
Con esta funesta doctrina, Betancourt da carta blanca a sus policías para perseguir hasta la muerte a sus opositores. Así vemos cómo, la primera masacre de la democracia representativa se puntualiza el 4 de agosto de 1959 cuando en la Plaza la Concordia de Caracas se presenta una manifestación de trabajadores acompañados por un gran número de desempleados que protestan por la suspensión del Plan de Emergencia, que había decretado Wolfgang Larrazábal, que de inmediato es disuelta violentamente por la policía, dejando un saldo de 3 manifestantes muertos y 19 heridos, siendo Juan Francisco Villegas, Rafael Simón Montero y Rafael González, los primeros mártires del régimen Puntofijista de Rómulo Betancourt y el Partido Acción Democrática, de esta manera se da inicio a las atrocidades del Pacto de Punto fijo contando con asesorías y recursos foráneos vinculados al imperialismo norteamericano como lo expresa Pedro Pablo Linarez en su obra:
"Para ello contaba el gobierno del "puntofijismo" con el apoyo de los Estados Unidos a través de su Central de Inteligencia (CIA) y el Comando Sur de su ejército imperial, organismos que actuaban en Venezuela a través de la llamada Misión Norteamericana instalada en el máximo organismo de seguridad de las Fuerzas Armadas Nacional (FAN), mientras que los agentes de la CIA estaban instalados en el Palacio Blanco, ubicado diagonalmente al palacio presidencial de Miraflores, (…) No conforme con todo el poderío de inteligencia y de represión, Rómulo Betancourt y sus socios de COPEI y URD, organiza desde la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) a su militancia en grupos de choque a través de las llamadas bandas armadas adecas cuyos miembros eran empleados del Ministerio de Obras Públicas (MOP) por lo que también se les conocía con el nombre de "Mopoles". (Pág. 23)
Este mismo autor citando al Profesor Simón Sáez Mérida, quien fue dirigente de Acción Democrática (AD) y luego pasa a fundar el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), nos dice:
"El Comando Sur (SOUTHCOM) era el máximo organismo militar fuera del territorio norteamericano en el Continente y coordinaba todas las actividades militares y de inteligencia para América Latina, jurisdicción en la que estaban y están las 14 bases militares (de tierra, aire o navales) y más tarde la famosísima Escuela de las Américas recientemente eliminada, junto con la 8ª Fuerzas Especial (Boinas Verdes) en Fort Gulick , centros de entrenamientos exclusivos para la guerra sucia, (…) donde se instruían los más espantosos procedimientos de tortura, así como asesinatos y ‘desapariciones’. Enseñanzas genocidas que no sólo transgredían la Constitución sino todos los derechos humanos y garantías políticas contenidas en la misma".
Estas son apenas algunas evidencias históricas de las atrocidades del pacto del desastre del puntofijismo que gobernó a Venezuela durante los últimos cuarenta años de la Cuarta República, donde la burguesía venezolana en conchupancia con los poderes facticos del imperio norteamericano hicieron de la patria un centro donde se practicó la expoliación de nuestra riqueza y el crimen, la persecución, el exilio y la tortura en contra de quienes fomentaron los principios de justicia y libertad, quienes alzaron con valentía su voz en contra del sistema opresor, ladrón y criminal. NO VOLVERAN.
HASTA LA PROXIMA ENTREGA.