-
- El pueblo va entendiendo la situación que nos agobia, pero él ha tenido que ir conteniéndose. ¿Hasta cuándo?... El pueblo cada día recuerda a Chávez, lo llora, en ocasiones se desconsuela, a veces le domina una gran necesidad histórica de empuñar el fusil y volver al SUR glorioso de Ayacucho... Bolívar lo dijo: "Yo tengo pruebas irrefragables del tino del pueblo en las grandes resoluciones, y por eso es que siempre he preferido sus opiniones a las de los sabios". Por otro lado nos advertía el sabio Miguel José Sanz, en plena lucha por la Independencia: "Querer cosas extraordinarias por medio ordinarios es un desatino…".
- Existe algo sublime y grandioso, de una gran profundidad filosófica del Libertador en la "Carta de Jamaica", que ha sido muy poco estudiado por nosotros, y es cuando dice Bolívar: "La posición de los moradores del hemisferio americano HA SIDO, por siglos, PURAMENTE PASIVA: SU EXISTENCIA POLÍTICA ERA NULA. Nosotros estábamos en un grado todavía más bajo de la servidumbre, y por lo mismo con más dificultad para elevarnos al goce de la libertad". Y hoy todavía, DESAGRACIADAMENTE, no hemos superado ese estado de envilecimiento que vivimos durante la colonia.
- Continúa diciendo el Libertador en su genial Carta: "Los estados son esclavos por la naturaleza de su constitución o por el abuso de ella…, hallaremos que la América NO SÓLO ESTABA PRIVADA DE SUS LIBERTAD, SINO TAMBIÉN DE LA TIRANÍA ACTIVA Y DOMINANTE... Se nos vejaba con una conducta que además de privarnos de los derechos que nos correspondían, nos dejaba en una especie de infancia permanente con respecto a las transacciones públicas. Si hubiésemos siquiera manejado nuestros asuntos domésticos en nuestra administración interior, conoceríamos el curso de los negocios públicos y su mecanismo, y gozaríamos también de la consideración personal que impone a los ojos del pueblo cierto respeto maquinal que es tan necesario conservar en las revoluciones. He aquí por qué he dicho que estábamos privados hasta de la tiranía activa, pues que no nos era permitido ejercer sus funciones". GRANDIOSA OBERVACIÓN, Y UNA TRAGEDIA QUE TODAVÍA PERVIVE EN NOSOTROS…
- Pero entre nosotros difícilmente al pueblo se le deja actuar. Aún se le desprecia, se desconfía de él, se le cree loco o irresponsable. El pueblo entiende mucho mejor que los gobernadores, alcaldes o ministros lo que se debe hacer, pero siempre se le deja de lado, siempre se le contiene o se le impide actuar, y en muchos casos se le sigue despreciando, desconociéndosele...
- Todos requerimos que durante una cierta etapa de la vida (revolución) se nos defienda, se nos eduque, se nos atienda, pero luego debe dejársenos solos para que podamos emprender por nuestros medios las difíciles tareas de la defensa de la revolución, para que aprendamos y hagamos el trabajo que nos corresponde en cada momento de adversidad. Muchos de los errores que se han cometido ha sido porque se les ha dejado a burócratas que luego nos han traicionado, porque son ellos los más interesados que se actúe, en que no haya cambios ni se profundice la revolución.
- A veces los funcionarios sólo existen para impedir que el pueblo actúe como lo debe hacer, insistimos. El papel de muchos funcionarios es el de castrar, el de inutilizar y frustrar las sanas y nobles aspiraciones del pueblo, del proyecto revolucionario.
- Añadía Bolívar: "Los americanos, en el sistema español que está en vigor, y quizá con mayor fuerza que nunca, no ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más el de simples consumidores; y aún esta parte coartada con restricciones chocantes: tales son las prohibiciones del cultivo de frutos de Europa, el estanco de las producciones que el Rey monopoliza, el impedimento de las fábricas que la misma Península no posee, los privilegios exclusivos del comercio hasta de los objetos de primera necesidad, las trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan, ni negocien; en fin, ¿quiere Vd. saber cuál es nuestro destino?, los campos para cultivar el añil, la grana, el café, la caña, el cacao y el algodón, las llanuras solitarias para criar ganados, los desiertos para cazar las bestias feroces, las entrañas de la tierra para excavar el oro que no puede saciar a esa nación avarienta".
- Lo dijo Bolívar: "El instinto es un consejero leal; en tanto que la pedantería es un aire mefítico que ahoga los buenos sentimientos".
- Chávez fue bien tajante: "Yo me la juego con las bases (…) Yo hago esta reflexión porque el pensamiento claro y luminoso de nuestro padre Bolívar apunta al deber ser".
- ¿Por qué no se ha dejado al pueblo que enfrente a los especuladores, por qué no se han dejado a los consejos comunales y a las comunas para que asuman la verdadera defensa de los precios justos? Más bien al pueblo se le ha ido retrayendo en estas tareas tan necesarias en una lucha revolucionaria. Se le retrajo frente a la lucha contra los bachaqueros y contrabandistas; frente a las acciones de las guarimbas, ante los reiterados sabotajes en los que han dejado al país en muchas ocasiones sin servicio de internet, sin servicio de aseo urbano, sin gas, sin gasolina, sin CANTV, sin transporte, sin comida, sin agua, sin clases, sin efectivo, sin medicina ni servicios médicos…
- El pueblo no quiere ya que le sigan diciendo que lo están defendiendo, sino que quiere y le urge actuar. Una de las grandes tragedias del siglo XIX, fue que el pueblo venezolano nunca tuvo la oportunidad de ejercer su defensa, y por ello cuando Bolívar murió quedó inválido e invalidado como ser con decisión para dirigir su destino: desamparado, por no haber ejercido las funciones esenciales de su propia defensa.
- Todo esto lo plantea muy bien el Libertador en la Carta de Jamaica, como lo hemos señalado arriba.
