Llegó la Navidad y este año el deseo más grande que embarga mi corazón es que todos podamos celebrar en unión familiar. Que podamos compartir con nuestros seres queridos, familiares, amigos y vecinos no solo la fiesta, sino la verdadera esencia de este día tan importante: el amor, la reflexión y la hermandad.
El Papa Francisco nos invitó a vivir la Navidad acogiendo los problemas de quien está a nuestro lado, a vivir de modo pleno y consciente de las necesidades del prójimo. En uno de sus escritos afirmó: "Esta época no se trata solo de algo emotivo, sentimental; nos conmueve porque dice la realidad de lo que somos: somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor –y también dentro de nosotros– hay tinieblas y luces. Y en esta noche el pueblo en camino ve una gran luz que nos invita a reflexionar". Yo suscribo cada una de sus palabras y les pido que caminemos juntos en dirección a luz y la paz.
Es cierto que este 2018 hemos atravesado serios inconvenientes causados por los ataques que hemos sufrido desde adentro y fuera de nuestro país, pero también lo es que esto nos ha servido para unirnos, reinventarnos, llenarnos de creatividad y nuevos emprendimientos. Para reforzar y despertar esa disposición a ayudar y compartir que todos tenemos en nuestros corazones.
De estos tropiezos surgieron extraordinarias propuestas de diversificación y fortalecimiento que nuestro Presidente bien supo acoplar en el Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica que puso en marcha y está avanzando con muy buenos resultados en todo el país gracias al trabajo mancomunado entre el Gobierno Bolivariano, cada una de las instituciones y por supuesto del pueblo organizado, del Poder Popular.
Venezuela tiene todo para acceder al máximo nivel de desarrollo, satisfacer nuestras necesidades y paralelamente ir a la conquista de importantes mercados internacionales. Trabajemos con verdadera unidad en la acción y alcanzaremos el éxito. ¡Pensemos en grande y el futuro siempre será mejor! Nada ni nadie nos detendrá: el 2019 será un año en positivo.
Me despido deseándoles que esta Navidad venga cargada de energía, salud, entendimiento y mucha felicidad. Que el Niño Jesús nos encuentre unidos, solidarios, ayudándonos los unos a los otros, en paz y armonía. Pongamos nuestros corazones tricolor a latir y sigamos trabajando juntos por el bienestar y la prosperidad del pueblo venezolano. ¡Feliz Navidad para todos en mi nombre y el de mi amada familia! Un gran abrazo.
Dante Rivas