De cómo el cerdo Iván trata de ser Duque, y por qué Colombia no es una nación sino el mejor filón de mie... de EEUU

  1. Iván es una creación de cuatro funcionarios del Departamento de Estado dependientes de la sección para América Latina, encargados de confeccionar títeres a las medidas de las circunstancias y de las necesidades del imperio. Don Iván nunca había pensado ni jamás le había pasado por su cabeza ser presidente de nada.

  2. Los gringos necesitan de putas como Iván, pero a la vez sienten ascos por sus viles servilismos. Ya lo dijo Franklin Delano Roosevelt refiriéndose a la casta de los Somoza: "Son unos hijos de puta pero son nuestros hijos de puta y… tenemos que defenderlos y apoyarlos…".

  3. En Colombia un 99% de sus presidente han sido hijos de… F. D. Roosevelt. Pero ahora más que nunca también son hijos de la droga que necesita el imperio. Dijo el imbécil del Iván que quiere ser Duque: "Hace 200 años el apoyo de los padres fundadores de los Estados Unidos a nuestra independencia fue crucial, por lo que recibir hoy su visita nos llena de alegría y de honor, precisamente este año del Bicentenario, tan importante para nuestro país". Resulta que los fulanos canallas "fundadores", para 1819 casi todos es habían muerto o estaban chochos de bola: George Washington se fue al otro mundo en 1799; John Adams murió en 1826, el Benjamin Franklin la Pelona se lo llevó en 1790; Alexander Hamilton feneció en 1804; John Jay pasó al otro mundo en 1829; el miserable de Thomas Jefferson que se quería engullir una a una todas las colonias que dejaran en este hemisferio los gachupines murió en 1826… Thomas Jefferson además se negó rotundamente a darle al Precursor Francisco de Miranda ninguna clase de ayuda para liberar la colonias de España.

  4. El 3 de Noviembre de 1903 los malditos gringos descuartizaron a Colombia cogiéndose PANAMA.

  5. Terminada la Guerra de Independencia, dos grupos se van a enfrentar por establecer una política hemisférica común, por un lado Bolívar y por el otro Tomás Jefferson, Monroe y Henry Clay. Francisco de Paula Santander (el verdadero padre fundador de la patria de los Uribe, de los Santos y duquecitos como el Iván) hará muy bien su papel de saboteador del Congreso de Panamá, poniéndose del lado de la política colonialista de los yanquis. La política hemisférica que plantearán los gringos será la del Big Stick, la del Garrote. En realidad, entonces, que la génesis del Panamericanismo viene en parte a ser obra de Santander, con sus enredos y la manera como desoyó en todo momento las órdenes del Libertador en cuanto a cómo debía organizarse aquel fundamental Congreso.

  6. El diplomático estadounidense Richard C. Anderson llevaba en la mochila de sus planes, que desenvolvería en Bogotá, la política de Jefferson, la de "absorber las colonias españolas pedazo a pedazo". El método con el que le arrebataron a México, con la "guerra de Texas" provocada por los algodoneros esclavistas, 944.825 millas cuadradas. Es decir, el territorio que hoy ocupan los estados de Texas, California, Arizona, Nevada, Utah, Nuevo México y Colorado.

  7. Bolívar no pensó que los Estados Unidos pudieran formar parte del Congreso de Panamá porque ¿cómo podían ser incluidos en esta unión conociendo la posición colonialista de Jefferson, Monroe y Henry Clay, y porque las instrucciones de los delegados de Estados Unidos a este Congreso iban plagadas de órdenes opuestas a la liberación de Cuba y Puerto Rico?

  8. Esto lo tenía que saber muy bien Francisco de Paula, porque Bolívar estaba claro en que sin las alianzas era prácticamente imposible mantener unificados los Estados recién constituidos. Era necesario, pues, crear un plan de defensa hemisférico entre todos los pueblos recién salidos del colonialismo español y debían prepararse para no caer en la garra de otro feroz imperio.

  9. Decía genialmente el Libertador que nuestra América estaba desencontrada de sí, porque estaba abandonada de todas las naciones, aislada en medio del universo, sin relaciones diplomáticas ni auxilios militares y además combatida por la España. Que cuando los sucesos no están asegurados, y los estados son débiles, y las empresas son remotas, entonces los hombres vacilan, las opiniones se dividen, las pasiones se agitan y los enemigos las animan para triunfar por este fácil medio. Entonces proponía que fuesen fuertes bajo los auspicios de una nación liberal que prestase su protección. Tal nación, él pensaba, debía ser Inglaterra, sacando del juego a EE UU, por consideraciones de orden político e histórico; el entendimiento con Gran Bretaña era de carácter táctico.

  10. Añade el Libertador, con esa genialidad tan aguda y profunda, impregnada de ese amor tan entrañable y poético por lo nuestro: "Si me hubiera quedado un rayo de esperanza de que América pudiese triunfar por sí sola, ninguno habría ambicionado más que yo el honor de servir a mi país sin degradarle a la humillación de solicitar una protección extraña. Esta es la causa de mi separación de la costa firme. Vengo a procurar auxilios: iré en busca de esa soberbia capital; y si fuese preciso marcharé hasta el polo; y si todos son insensibles a la voz de la humanidad, habré llenado mi deber, aunque inútilmente, y volveré a morir combatiendo en mi patria".

  11. En parte, la posición arriba expresada venía muy bien expuesta en la Carta de Jamaica, la de formar de todo el Nuevo Mundo, una sola Nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo; pero entonces fue precisamente por este "boquete" confeccionado adrede por la mentalidad pronorteamericana de Santander por lo que él decide encontrar la excusa mágica y así invitar a los Estados Unidos y a Brasil. Se mete, pues, en el alma de lo más vital, la confederación de los países antes colonias de España, la más perversa cuña antibolivariana; la que buscaban los yanquis, y que movía míster Richard Anderson en reuniones dentro del propio palacio de Bogotá.

  12. ¿Cómo Santander (el padre del Iván y de los Uribes) podía cometer tamaña estupidez, si tenemos en cuenta que ya Bolívar lo había planteado meridianamente, al decir que no sólo los europeos sino hasta nuestros hermanos del Norte se han mantenido inmóviles espectadores de nuestra contienda, y que al final lo habían hecho por egoísmo y porque nada temen en su estado doméstico?

El Vicepresidente le escribe a Bolívar el 6 de febrero de 1825: "Con respecto a los Estados Unidos he creído conveniente invitarlos a la augusta Asamblea de Panamá, en la firme convicción de que nuestros íntimos aliados no dejarán de ver con satisfacción el tomar parte en sus deliberaciones de un interés a unos amigos tan sinceros e ilustrados…"

  1. Es en este momento, cuando vemos nacer el vil Panamericanismo, y con ello estaba destruido el plan hemisférico que buscaba Bolívar para la unidad, solidez y fortaleza de los pueblos latinoamericanos. Sobre el sabotaje a la liberación de Cuba y Puerto Rico es contundente, fulminante, igualmente producto de los acuerdos a que había llegado con Anderson. Le escribe a Páez, el 22 de febrero de 1824: Sobre expedición a Cuba o Puerto Rico no hay que hablar por ahora: primero, porque estando expuestos a ser invadidos en nuestra casa, es locura ir a buscar fortuna a país donde creyéndose que hay jamones no hay ni estacas; segundo, porque el Perú demanda con más urgencia y necesidad auxilios que nos aseguren por el sur; tercero, porque no tengo recursos para expediciones.

  2. Es realmente admirable esta coincidencia con la política que EE UU llevará al Congreso de Panamá con relación a Cuba y Puerto Rico. Se plantea el escritor Ricardo A. Martínez, en su libro De Bolívar a Dulles, El Panamericanismo, doctrina y práctica imperialista, a qué se daría tamaña omisión en las instrucciones del Gobierno de Colombia. Añade que Santander había sido informado confidencialmente por Mr. Anderson, sobre la decisión de su Gobierno de no permitir cambio alguno en la condición de esas estratégicas islas, salvo aquellos cambios que, en el futuro, fuesen resultado de su propia expansión colonialista: Esta no es una hipótesis aventurada (agrega Martínez), pues, puede fundamentarse en hechos y consideraciones históricas contundentes: 1) el contenido de las instrucciones impartidas por el secretario de los Estados Unidos, Mr. Henry Clay, a sus comisionados al Congreso; 2) como uno de esos comisionados era el propio Mr. Anderson, es seguro que Santander conocía su orientación general y 3) el secreto deliberado que se ha mantenido sobre esas históricas instrucciones, sobre las que no se encuentra ni siquiera alusiones en la extensa bibliografía que trata de demostrar que el congreso de Panamá es la génesis del panamericanismo, pues ella demuestra que fueron igualmente el origen de la "política del dólar y del gran garrote".

  3. Henry Clay cumple, a pie puntillas, el mandato de Tomás Jefferson en las instrucciones que ordena a sus comisionados al Congreso de Panamá, Richard C. Anderson y John Sargeant: "Entres los objetos que han de llamar la atención del Congreso, escasamente puede presentarse otro tan poderoso y de tanto interés como la suerte de Cuba y Puerto Rico y, sobre todo, la de la primera. Cuba por su posición, por el número y carácter de su población, por lo que puede mantener, por sus grandes, aunque todavía no explotados recursos, es el gran objeto de la atención de Europa y América. Ninguna potencia, ni aun la misma España, en todo sentido, tienen un interés de tanta entidad como los Estados Unidos en la suerte futura de esta isla. Nuestra política con respecto a ella está franca y enteramente descifrada en la nota a Mr. Middleton. En ella manifestamos que, por lo que respecta a nosotros, no deseamos ningún cambio en la posesión, ni condición política de la isla de Cuba, y no veríamos con indiferencia que el poder de España pasase al de otra potencia europea. Tampoco querríamos que se transfiriese o agregue a ninguno de los nuevos Estados de América.

Ya avizoraba entonces desde 1826 el Libertador que con el fracaso de esta convocatoria, la guerra en el continente sería por más de doscientos años; será una guerra muy prolongada y ardua, le dice a Santander. El Vice permanece indiferente, como si nada. Qué degenerada se volvió luego la Colombia que amó tanto Bolívar, ahí está postrada a las patas de los malditos gringos...



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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