En tiempos de guerra, los aliados son fundamentales, vengan de donde vengan, éste concepto lo entendió muy bien el gobierno de Nicolás Maduro y en manos de Iris Varela la ministra para el Servicio Penitenciario, se lleva a cabo un caudillaje de un ejército improvisado, una tropa utilizada como gestapo, dispuestos eliminar a los enemigos de los gobernantes.
Ya no es de extrañar que noticias grotescas de abusos al estado de derecho broten por doquier en Venezuela, la ingobernabilidad da plazo para todas estas calañas, y la aparente desunión de la fuerza armada genera el espacio perfecto para que aparezca el ejército liderado por Iris.
No bastaba solo con los colectivos chavistas, este ejército se armó principalmente con los privados de libertad que amparados bajo la figura “hombres nuevos” salen a la calle a reprimir, a cumplir lo que muchos oficiales de la fuerza armada se han negado.
“No hay condición jurídica para que un venezolano defienda su patria. Los presos son hombres nuevos” estas fueron las palabras de la Ministra Iris Varela, cuando fue entrevistada por la televisora del Táchira; afirmando que los privados de libertad que apoyan al gobierno tiene toda la potestad de salir de su centro de reclusión y alistarse en una especie de milicia de reclusos.
Existen muchas denuncias de civiles armados en distintas partes de Venezuela, creando nervios a la población. Un verdadero brazo armado bolivariano que podría ocasionar una guerra civil.
Cabe destacar que en 20 años de revolución, la crisis carcelaria aumentó de una manera increíble, dentro de las cárceles habitan las más peligrosas bandas delictivas, que tienen el control total de los espacios penitenciarios y de los crímenes en la calle, los delincuentes tienen toda una facilidad de armar su organización y planificar y ejecutar cualquier plan delictivo.
Ahora son estos mismos delincuentes que cuidan las fronteras y evitan la entrada de la ayuda humanitaria.
Humberto Prado, coordinador general del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) solicitó investigar a la ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, quien ordenó el traslado de 30 presos de la cárcel de Santa Ana, estado Táchira, para apostarlos en la frontera con Colombia Así lo reseño el diario el carabobeño.
Es evidente la desesperación que vive el oficialismo en estos tiempos. La asamblea nacional, la comunidad en general y las ONG, deben pedir una explicación de la salida de los privados de libertad al servicio del gobierno de maduro, el manejo de los privados de libertad como gestapos y frenar la axiomática violación de los derechos de los reclusos.
