La animosidad de la oligarquía colombiana, contra el pueblo venezolano no es nada nuevo. Recordemos que el llamado "hombre de las leyes" Francisco de Paula Santander, a quien esa oligarquía rancia le rinde culto; sin haber tenido mayores meritos en el campo de batalla, en la diplomacia y en la política. En todos estos contextos fue un hombre escurridizo y mañoso para las causas innobles. Mando a fusilar al coronel Leonardo Infante en Santa Fe de Bogota el 25 de marzo de 1823, acusándolo de un asesinato que no cometió y bajo un juicio amañado fue declarado culpable. El asesinato de Gran Mariscal de Ayacucho Antonio Jose de Sucre en la selva de Berruecos, Colombia el 4 de junio de 1830. Tuvo mucho que ver. El atentado contra el Libertador Simon Bolivar el 25 de septiembre de 1828, presidente para ese momento de la Gran Colombia; los conjurados gritaban muera el tirano. Viva Santander; pero fue sobreseído por el propio Bolívar.
No es ninguna sorpresa que esa misma oligarquía sirva hoy como perrito faldero del imperio más poderoso del mundo; no solo para ayudarlo en montar un bestial boicot y acorralamiento contra nuestro país; sino que no esconde sus aviesas intensiones de pedir y acompañar a una invasión a los gringos. Que tienen todo un largo historial en esos menesteres; solo recordemos las más recientes intervenciones guerreristas contra Irak y Libia; donde asesinaron a sus dos presidentes y la mas calientica; Siria que no cesan en sus bombardeos.
Las intensiones belicosas de Colombia hacia nosotros; no es de ahora, ni arrancan con Ivan Duque el ventrílocuo de Uribe; que le sirve de plataforma a las nefastas pretensiones guerreristas del imperio. Cuando Alvaro Uribe fue presidente de Colombia a través del Plan Centauro pretendían a través de una guerra fugaz de poquísimos días invadir a nuestro país, contando con los llamados cachacos, gringos e individualidades representados por apátridas venezolanos que ocuparían al Zulia, Táchira, Mérida, Trujillo. Lara y Barinas. Reclamar derechos sobre el Golfo de Venezuela y los minerales estratégicos de estas áreas territoriales. Recordemos que Álvaro Uribe nunca oculto ni público ni en privado sus intensiones invasores contra Venezuela. En una oportunidad, luego de haber abandonado la presidencia, señalo a través de una infeliz declaración…"que le había faltado tiempo para haber invadido a Venezuela; lo que el presidente Chávez le replico…"no le falto tiempo sino bolas".
Repetimos que la oligarquía colombiana ha perdido el sueño en eso de traspasar nuestras fronteras. En 1999 Andrés Pastrana siendo presidente firma con Clipton, presidente de USA, un tratado para montar tres bases militares en ese país; dizque para erradicar los cultivos de la droga y el narcotráfico; pero la intensión era otra. Luego viene el tratado Uribe – Obama que llevan las bases militares a 10; con el mismo propósito que las anteriores; cuando todo el mundo sabe que es lo que se esconde detrás de la presencia gringa en ese país.
Es bueno resaltar que ante una eventual guerra de la oligarquía contra nuestro país, lleva todas las de perder. A sabiendas que el gobierno no controla en su totalidad todo el territorio; allí hay zonas de distinción que es controlada por el ELN, la FARC – EP que no entro por el aro de la fulana "paz", por otro Lado están los paramilitares y el gobierno central. Una guerra cohesionaría al país; no sería una pelea entre afectos al gobierno e invasores, sino de todo un pueblo. Otros en echar un grito al cielo serian las mafias del contrabando, entre ellas la gasolina que no solo lo utilizan como combustible vehicular, sino en el procesamiento de la cocaína; con solo decir que para producir un gramo de coca se utiliza 37 litros de gasolina. El pueblo colombiano ni el ejército está ganado para una confrontación con Venezuela. Ni va a salir a defender una bandera que no es la suya; ni para satisfacer apetitos expansionistas imperiales de sus gobernantes. Esta es una decisión unilateral del señor Ivan Duque que se dice salió electo presidente por una minoría; donde el pueblo fue el gran ausente. Otro de los problemas que tiene Colombia es el alto grado de conflictividad, ciento trece líderes sociales ha sido asesinados solo en el gobierno de Duque. El conflicto armado continua. El paramilitarismo no ha sido desmontado por el gobierno y eso que fue un compromiso cuando se firmaron los acuerdos de "paz". Finalmente tenemos que decir que uno de los mayores detonantes que tiene Colombia es el hambre, la miseria, la marginalidad, los asesinatos a diario de los líderes sociales y su respuesta hacia estas problemáticas sociales es la represión. Una confrontación bélica con nuestro país seria de consecuencias impredecibles para Colombia y seria la sepultura de su oligarquía.