En un artículo de 1985, el historiador Charles Tilly, analizó de manera muy sugerente las falencias que los modelos de acción colectiva aplican para hacer entender las movilizaciones e inestabilidad política de una nación a fuerza de motivaciones ideológicas e inestabilidad como las revueltas y estallidos sociales que se generan a base de ciclos o fases programadas con exactitud. El estallido, constituye el paradigma para constituir un desorden descontrolado.
En Venezuela, se busca cerrar el camino para lograr un Golpe de Estado y la homogenización del poder. Es sabido, que, los dirigentes de izquierda se preocuparon es por enriquecerse y no cumplir con los cambios previstos en el Legado de Hugo Chávez Frías, porque, después de la II Guerra Mundial se han fomentado dos argumentaciones acerca de Latinoamérica, el del Canciller del presidente, Richard Nixon, Doctor Henry Kissinger y el comandante Chávez. Para EEUU es fundamental el control de Centro y Sudamérica.
Pero, jamás debemos olvidar el cacerolazo, fue el estado de conmoción de los fragmentos de los sectores medios que apuntaló hacia el sistema financiero y la búsqueda de recuperar los ahorros confiscados por las entidades bancarias y, siguen por igual al ofrecer solo mil bolívares por día o, en su defecto, cien bolívares. La idea es crear una explosión social que derrumbe la estructura del Estado para esclavizar los sectores asalariados y pequeños propietarios.
El movimiento revolucionario en Venezuela, esta centralizado con un referente burgués del año 1793, cuando se trato de imponer la monarquia, siendo hoy, la más fundamentales para el habla hispana, la española e inglesa. En consecuencia, Francia, Alemania y España nos muestran como la historia de la libertad, llega a su fín con el advenimiento de la monarquía moderna que, en el tiempo de Hegel alcanzó esta meta.
Por esto, es interesante observar una fotografía de Pablo Iglesias en un balcón visualizando al Palacio de Moncloa, España, al frente suyo. La filosofía del Derecho había concluido con la declaración de que el derecho del Estado, se encuentra subordinado al derecho del espíritu del mundo y al juicio de la historia universal.
Toda forma de Estado, debe ser evaluada, según el criterio de sí o no es adecuada a la etapa de conciencia histórica que ha alcanzado a la humanidad. En este sentido, la libertad no significa, ni puede significar la misma cosa en los diferentes períodos de la historia, pues, en cada período hay un tipo de libertad que es la verdadera.
Es triste que el principal polo de contención política fue quebrantado en la política barrial y de contexto urbano, porque los vecinos no se reúnen en Asamblea de Ciudadanos y, cacerolear cada noche para dar un entendimiento, sobre quienes verdaderamente quieren cerrarle el camino al pueblo.
Entonces, en el tiempo progresivo, la acción colectiva se disolvió en el individualismo más liso y llano, donde la banca con su influencia en el sector económico apabulla a la esencia política del mismo sector político.
Lo peor que hizo la ciudadanía es olvidarse del cacerolazo y, permitir que los nuevos integrantes del comercio informal desgastaran inexorablemente sus instancias de organización vecinal, dado por los Consejos Comunales, porque los mismos voceros se convirtieron en bachaqueros en una guerra sostenida hacia el pueblo, quien busca su manera particular de sobrevivir y esperar el momento para ejercer la libertad.
Los ciudadanos ignoran, en este sentido, el germen de acción colectiva territorial participativa y de ampliación del debate ciudadano.
Cuando los idealistas británicos elaboraron su doctrina política, era al menos evidente que la forma histórica de Estado que, había acaecido en escena, no era de ninguna manera la realización de la libertad y razón. Para los ingleses, el status social de la clase social es fundamental. Al igual que para los nuevos movimientos de izquierda, donde el pueblo queda rezagado a una especie de esclavismo, donde la cegueras y crudeza de la ley es fuerte. Lo que implica que se debe fortalecer el Estado militante y armar a éste con el explosivo suficiente, como, para poner fin a toda vida humana. Este pensamiento de origen inglés y marxista nos revela las coincidencias de los movimientos de poder que, quieren liderar el libro juego de la iniciativa privada y, convertir al hombre bajo un proceso social estricto.
Aquí, tenemos de fondo, la visita del príncipe de Gales, Carlos para firmar convenios con la Cuba histórica que ha logrado armar las herraduras del neoidealismo románico, establecer sus leyes bajo el estigma del mismo Carlos Marx, pero, en el fondo es una aplicación del mismo fundamentalismo neoliberal, porque el pueblo tiene un poder limitante en el concepto de la verdad y del hecho.
Sin duda, los libros de la historia del país darán cuenta de la traición militar y civil al presidente Chávez, durante el lapso 2008- 2019. Cuando de una manera estigmatizante y utilizando las mismas consignas revolucionarios logran controlar las fases de la economía nacional y, en buena medida que, los narradores de los hechos en la construcción de una elite de gobernantes que lograron motivar una base de movilización social, gracias al pueblo y la protesta.
Estamos en un escenario del Nuevo Orden Social, donde las cacerolas y las Asambleas Populares, constituyen un artificio para las constituciones futuras a la República, donde el oro y el petróleo constituyen solo una referencia de la Venezuela democrática.
Hoy, la matriz sindical solo constituye un aparato burocrático del Estado, porque la industria como tal, ya cerró sus puertas para la inversión y la agenda política, ya no es una demanda en sí misma para sus propios intereses. Estamos frente a una carencia de futuro y, eso lo evidencia el II mega apagón, producto del derrumbe material del trabajo supervisado por los propios dirigentes políticos que cayeron en una corrupción atroz.