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Ya sabemos que los gringos tratarán de imponer su canallesca doctrina Monroe, y que están en esta consultando a sus duendes planetarios para ver desde dónde lanzan su operación "FURIA ATLÁNTICA", mientras nosotros aquí, estamos decididos a vencerlos con la FURIA DEL CARIBE.
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Sabemos que vendrán con su manojo de misiles inteligentes bellamente trajeados de "AYUDA HUMANITARIA". Que van a tratar de formar una coalición internacional para camuflarse y decir que lo que se busca es restaurar la democracia en Venezuela. Que vendrán a nuestra tierra aprobar sus nuevas armas de reconstrucción humana, decoradas con los emblmas del desarrollo y del progreso, tal como lo hicieron en en Panamá, Haití, Grenada, Irak, Afganistán, Siria y Libia…
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Que nosotros, los muertos de hambre de todos los tiempos, los asesinados ayer por los realistas y luego los conquistadores de todos los imperios, declaramos que mil veces preferimos morir de hambre luchando en defensa del gobierno del presidente Nicolás Maduro, que estar hartos y con billetes gringos, sometidos por un Guaidó cualquiera.
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Que nuestra dignidad no se mide por un plato de lentejas o un puñado de cochinos dólares o una lluvia de papel tualé tal como se los echaron a los puertorriqueños luego del Huracán María. Como tampoco jamás buscaremos la aprobación de una puerca visa, como si la madre de la conciencia y del conocimiento se encontrara en Disneylandia o en la meca de la frivolidad como Miami o Las Vegas. No, gracias, no es ese nuestro destino.
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Que nosotros, los asesinados de siempre, no estamos luchando para luego recrearnos en las burdas bazofias de zombis gringos, allí en sus laboratorios de héroes cursis propios para mantener los viles negocios de la pornografía y el estúpido monumentos a sus entretenimientos.
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Que nosotros, los acribillados y torturados de la Cuarta República, estamos ya listos, decididos a empuñar nuestros fusiles para enfrentar sin contemplaciones a toda la gama de estúpidos gringos, esos que lloran incesantemente diciendo que en un pasado reciente fueron felices pero que entonces jamás se dieron por enterados. Si así los gringos lo deciden, es decir, si pretenden reponerle sus sueños a los mequetrefes internos sus sueñitos americanos, sepan que va a empezar la guerra de los mil años, y que asuman sus responsabilidades todos aquellos opositores dispuestos a recibir cajitas felices de McDonald…
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Que nosotros, los aherrojados de todos los tiempos, no tenemos otro deseo y otro objetivo que encender en el pueblo el pensamiento bolivariano, que ponerle fin a las impunidades y dar nuestra vida en defensa de la patria.
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Que se sepa, que esta lucha siempre ha estado latente en nosotros, los esclavizados, humillados, escupidos y ultrajados por los gringos y por los europeos desde que Colón llegara a América.
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Que si algo anhelamos, es dar nuestras vidas luchando contra la asquerosa canalla de los gringos y contra todo lo que se le parezca. Nada en este mundo sería más justo, más noble y grandioso que enfrentarse con la armas de la conciencia de PATRIA GRANDE a la canalla yanqui, esa que ha anegado de sangre y tormentos nuestro planeta. Ojalá, la providencia divina nos otorgue el privilegio de vivir eternamente defendiendo nuestra patria contra la bota del vil extranjero. Eso es lo que más anhelamos...
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Hace mucho tiempo que tomamos la decisión en todos nuestros actos de jamás quejarnos por lo que en lo material pueda directamente afectarnos. Entendemos por las inmensas dificultades por las que estamos pasando. Hoy, para nosotros, lo prioritario es la defensa de los valores bolivarianos, la conciencia patria, el conocimiento de nuestra historia, el unirnos en una lucha a brazo partido y sin cuartel por lo que somos y debemos ser en función de los grandes valores legados por Bolívar y el Comandante Chávez, y a ello estamos decididos a abocarnos a costa de cualquier dolor y sacrificio.
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Lo único grandioso en este mundo se está dando en Venezuela: una lucha contra la perversidad criminal del capitalismo, contra esa plaga, madre de la Inquisición, de la trata de esclavos, del colonialismo, de la horrenda piratería iniciada por los ingleses n todo el globo terrácleo; contra el racismo y el fascismo, en contra de la explotación de los pueblos, en contra de las guerras, que ya en este campo, esta plaga capitalista, ha provocado con dos pavorosas guerra mundiales, con sus subsecuentes campos de concentración, genocidios, exterminios.
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No negamos por lo tanto a recibir supuesta caridad de ningún asesino de la catadrua de Donald Trump y sus demás adláteres.
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Estamos ya curtidos y preparados para dar cualquier pelea contra el invasor en el terrenos que nos planteen. Ya no hay espanto ni tragedia que nos arredre, porque nos sentimos hijo del HOMBRE DE LAS DIFICULTADES. Estamos ya preparados para cualesquiera adversidades, lo hemos aprendido de Simón Bolívar. No puede nadie aspirar, siendo menos que un punto en la infinitud de la grandeza de Bolívar a que todo nos llegue de gratis; a que recibamos sin esfuerzo alguno todos los dones de la naturaleza sin pasar, decimos, una fiera y terrible temporada en el infierno de la lucha revolucionaria, esa que se nos está reclamando.
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No nos quejamos, pues, en esta hora, absolutamente de nada, porque no ha de olvidarse que alguna vez tuvimos cierta clase social tuvo de todo lo que quiso en lo material; ¡Dios Santo, de cuántos bienes materiales y de fortuna tuvo cierta clase que hoy clama porqu vuelva el pasado horrendo de la Cuarta República! Pero todo aquello que esa cierta clase social tuvo no nos formó para la vida, no le dejó nada noble y grandioso al pueblo. No nos hizo mejores seres humanos. No nos enseñó a ser solidarios con nuestros semejantes ni a pensar ni a amar al prójimo... Al contrario, fue causa de profundas divisiones, horrores y conflictos Nos acabó llevando a Caracazo. No fue que fuimos felices y no lo sabíamos, sino que algunos fueron tan cerdos e incompetentes, tan inútiles, tan vividores del Estado, tan cabrones y mantenidos, tan insensibles y mediocres que nunca se enteraron. Aquél maná no hizo nada por el pueblo. Si aquel maná hubira sido grandioso nunca se hubiera dado un 27 de febrero o un 4 de febrero. supimos hacer nada por nosotros mismos, y que entonces, llegó está hora, y unos se pusieron a llorar como cobardes y otros a pensar y buscar su posición para el combate,… eso es lo que ha pasado… Y lo que vienen será mucho más terrible… preparémonos , carajo!