El odio seca

Cómo explicar a las futuras generaciones la extrañísima enfermedad congénita que padecen la totalidad de líderes de la extrema derecha venezolana. Este oscuro mal es la pava ciríaca. La terrible mavita. Pero mil veces peor que la maldición de la tumba del faraón Tutankamón o los azotes tenebrosos de la vengativa Sayona.

La derecha venezolana tiene una enorme capacidad para fabricar fracasos y errores. Este es su mejor talento. Son expertos en convertir en sal todo lo que tocan. Hasta su propio capital político lo dilapidaron. Tienen dos décadas obstinados en destruir las posibilidades de ejercer la política dentro del campo democrático y constitucional, por la vía pacífica y electoral.

Sus decisiones han sido de lo más desacertado de la historia política venezolana. Solamente adoptar la vía del terrorismo y la guarimba en los años 2014 (La Salida) y 2017, significó una estampida del apoyo popular que lograron sumar, ya que nuestro pueblo se expresa por el voto, no por las armas y la violencia como la derecha fascista, principalísimamente Voluntad Popular y Primero Justicia, trataron de imponer.

De ese estrepitoso fracaso no aprendieron nada. Hacen política llenos de soberbia, amargados, ofuscados y enajenados de la realidad. Por eso se anotaron a perdedor en esta agenda de ser peones y lacayos del Imperio Norteamericano. Creen que van a salir airosos en la desventura de poner en riesgo la paz y la integridad territorial de nuestro país. Negativo. Los pueblos desprecian a los traidores y vendepatrias. Y Borges, Ledezma, López y compañía se ganaron todos los números. Carecen de un mínimo de patriotismo y de entereza. Todos sueñan pajaritos preñados de que los Marines les colocarán a todos la banda presidencial en la Plaza Bolívar de Caracas. Que pelados están. El pueblo nunca lo permitirá.

Solo hay que ver el desastre de Libia, Afganistán, Irak o Yemen. Países destruidos por las guerras de “liberación” impuestas por Estados Unidos y donde a estas alturas no existe en lo absoluto gobernabilidad alguna. No han visto la calamidad económica y social que han causado los oprobiosos bloqueos unilaterales de Estados Unidos contra Cuba, Irán, Bielorrusia o Siria. Son perseguidos y asediados, pero allí siguen erguidos resistiendo por décadas el acoso imperial. Es David contra Goliat. Las cruzadas heroicas que movilizan y moralizan a los pueblos batallando incansables contra las impudicias del imperio opresor.

Parte de la pava que sufre la derecha es importada. Tiene que ver con la falta de carisma y liderazgo personal de estos supuestos líderes, que entonces sucumben y se doblegan ante los intereses (negocios) de agentes y asesores extranjeros que ignoran la idiosincrasia y fortaleza de los venezolanos, montándolos en agendas alejadas de la realidad y el sentir del pueblo. La derecha cree que con campañas de marketing en las redes sociales van a lograr tumbar al gobierno. Lo que no pueden hacer por los votos jamás lo lograrán por vías violentas.

En la derecha hay gente que destaca por su enorme capacidad de proyectar su alma negra. Son personas toxicas, amargadas, que van secando todo a su paso. Tienen el espíritu lleno de un desenfrenado odio, su vida está colmada por la maldad. Solo siembran desunión e intriga a su alrededor. Todas sus acciones van cargadas de esa energía negativa, oscura y purulenta.

Un caso emblemático es el de la sifrina. Campeona olímpica en el arte de generar lástima por el mundo tratando de defender y justificar los graves delitos cometidos por el confeso terrorista, golpista y guarimbero, el recontra fracasado cri-criminal Leopoldo López. A esta señora ya no le quedan hojitas en su pasaporte (extranjero) de tanto pasear “sufridamente” por todo el planeta, haciéndole campaña al tenebroso líder de la banda neofascista Voluntad Popular.

La bestia maligna ha empavado a cuanto despistado político se le ocurre darle su apoyo y se atreve a salir retratado con la pava macha. Así, han caído en desgracia el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy; presidentes como Kuczynski y Temer; y medio gabinete de Trump, con John Kerry a la Cabeza. Todos se quedaron bien tiesos luego de estrechar la mano de la pavosa sifrina. Macri sigue en la lista esperando las próximas elecciones, donde de seguro recibirá su contundente dosis de pava macha.

A pesar de que los mavitas venezolanos siguen arrastrando sus pesadas (y lujosas) maletas llenas de mala suerte por todo el planeta, nunca podrán concretar nada. El odio que llevan dentro seca y destruye cualquier opción que les permita alcanzar sus nefastos objetivos golpistas. Por eso la derecha vive amargada, frustrada. No han podido seguir engañando a sus despistados seguidores. Se desvaneció el hechizo.

Pero cuidado. Alerta. La pava ciríaca es altamente resistente, contagiosa, pegajosa y es muy pestilente. Debemos activar los amuletos para contrarrestar los maleficios que la derecha y las fuerzas del mal quieren imponernos.

Con la fuerza del pueblo, de la gente de bien, podremos anular la agenda de odio de la derecha. Solo debemos lograr que prevalezca el amor por la patria; garantizar la paz y la concordia de todos los venezolanos; defender nuestra integridad territorial y el espíritu democrático contenido en la Constitución Bolivariana, que está representado en el ejercicio del voto como única vía para dirimir las diferencias.


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Richard Canán

Sociólogo.

 @richardcanan

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