Desestabilizar es hacer perder la estabilidad es decir alterar el orden o la quietud de una cosa o también, comprometer la estabilidad de una situación política o económica. Así mismo, según la etimología de la palabra, estabilidad significa la cualidad de permanecer en el mismo lugar por mucho tiempo sin experimentar cambio alguno. Se habla de estabilidad económica a la falta de variaciones de suma importancia en los niveles de precio, ventas, producción rentas, etc. Constantemente la prensa y algunos eruditos comentan sobre la inestabilidad política, como la propensión al cambio de régimen o de gobierno, o también, sobre la incidencia de la violencia o la revuelta política en una sociedad como, por ejemplo las manifestaciones, asesinatos, corrupción, etc. A esto debo agregarle los acontecimientos generados por el incumplimiento de las promesas electorales de los candidatos a presidentes, gobernadores y alcaldes, una vez que ganan las elecciones y se instalan en el poder. .
Este artículo lo traigo a colación porque constantemente se escucha a dirigentes políticos endilgarle a otros el calificativo de desestabilizador y a partir de tal epíteto desencadenar, sobre el acusado, una serie de acciones que perturban, no solo al afectado, sino a miles o millones de personas que nadan tienen que ver en la contienda.
Según la ciencia Física, se puede desestabilizar un objeto en reposo con un simple empujón, pero no es la única manera de hacerlo. Igualmente, existen muchas formas de producir la inestabilidad política de un estado y de eso sabe mucho los gobiernos imperialistas. Continuemos con la narrativa para sacar conclusiones.
Antes de la llegada de Colón, a lo que luego se llamó América, existían pueblos originarios con formas de gobiernos propios, religión, idioma, es decir culturas autóctonas con modelos políticos y económicos ajustados a la región. Con la llegada del conquistador y luego del colonizador todo esto se acabó, con la imposición por la fuerza del proyecto del malévolo invasor. El resultado de tal barbarie, fue millones de muertos, millones de seres esclavizados y culturas arrasadas. Según la definición anterior la Monarquía española de la época fue desestabilizadora de una sociedad, que se vio envuelta en un proceso de cambio forzoso que hasta ahora sufre las consecuencias de aquel apocalipsis.
Al final de la Segunda Guerra Mundial (1945), cuando ya estaba por acabar la conflagración, dos ciudades japonesas Hiroshima y Nagasaki, que no eran objetivos militares, cuyas población civil estaba ajena a los sucesos, recibieron los impactos de dos bombas atómicas. La secuela de este acto criminal fue más de trescientos mil muertos, dos ciudades arrasadas y miles de heridos afectados por la radiación. Tal acto de barbarie política y militar se debió al gobierno de EEUU, presidido por Harry Truman. Esto es un ejemplo de una espantosa desestabilización.
Durante el siglo XIX y parte del XX los gobiernos imperiales de Europa, entre ellos, España, Francia, Reino Unido, Bélgica, Italia, Portugal, Alemania…se apoderaron del veinticinco por ciento de todas las tierras del planeta. Invadieron África, Asia, Oceanía y América y se adueñaron de sus países en calidad de colonia o protectorado. Tal acción generó millones de muertos, esclavitud, despojo de tierras fértiles y de materia prima, arrase de culturas de los pueblos originarios y toda clase de ignominias que la mente humana pueda concebir. Una desestabilización cuyas consecuencias deformaron el panorama de futuras generaciones.
Los países petroleros de Asia, América y África conocieron el accionar de siete empresas conocidas como las siete hermanas: Standar Oil of New Yersey, Royal Dutch, Anglo Iranian, Standar Oil of Ney York, Standar Oil of California, Gulf Oil Coporation y Texaco. Tales empresas comercializaban el crudo en todo el globo terrestre, eran las responsable del monopolio de la exploración, producción, distribución y venta del petróleo y sus derivados. Estas compañías ponían y quitaban presidentes en los países donde operaban, hasta propiciaban guerras entre países y las financiaba para lograr buenos contratos. Otro de ejemplo de la forma como operan los agentes desestabilizadores.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) es una organización financiera privada radicada en Washington cuya función es la de "fomentar la cooperación monetaria internacional, afianzar la estabilidad financiera, facilitar el comercio internacional, promover el empleo elevado y un crecimiento económico sostenible". Habrase visito mayor embuste. Lastimosamente el FMI es una empresa capitalista privada que vela por enriquecimiento de las avaras sociedades financieras, económicas, mercantiles, energéticos, agroindustriales y de los consorcios fabricantes de armas. Es el responsable de la imposición del modelo neoliberal en el planeta, que para lo único que ha servido ha sido para crear miseria, desempleo, desnacionalización de empresas, baja de la productividad, privatización de los servicios de salud, educación y vivienda en los países donde se han instaurados gobiernos neoliberales bajo la política del chantaje. El FMI es el mejor agente desestabilizador del planeta.
Suramérica está viviendo momento aciagos, el despertar de un letargo que por muchos años los mantenía adormecidos, gracias a los medios de comunicación que pretenden convencerlos de que viven en un apacible oasis. Venezuela fue el primer país, en febrero de 1989, que le demostró al mundo que no estaba dispuesto a vivir bajo la égida de FMI. Esto costó miles de muertos que al final derivó en el triunfo de la Revolución Bolivariana liderada por Hugo Chávez. Treinta años después los gobiernos liberales de Centro y Sur América advirtieron que aquella llama no se había apagado. Los pueblos se dieron cuenta que la única manera de sacudirse de la tutela del FMI (agente desestabilizador de los pueblos) es mediante la revuelta popular. Los presidentes neoliberales como Trump, Duque, Piñera, Macri, Bolsonaro, la UE, los integrantes del cartel de Lima y el arrastrado de Almagro pretenden culpar a los gobiernos de Cuba y Venezuela de la protesta de los pueblos al reclamar sus derechos, conculcados por muchos años. A estos imbéciles la política no les ha enseñó que no se puede buscar fuera de sus fronteras los responsables de las ignominias que sufre el pueblo, únicas causas por las cuales se producen los levantamientos populares.
No se le puede pedir a un pueblo calma, a una población que no tiene acceso a la educación, a la salud, a las vivienda; que el sistema de pensiones está privatizado para el beneficio de las empresas financieras y no de los cotizantes; que la jubilación de los obreros y trabajadores públicos y privados sirvan para beneficiar las consorcios bancarios; que los servicios públicos, hasta el agua, como ocurre en Chile, sea administrada por empresas privadas de amigos y familiares del presidente de la república, como ocurre en Chile y Argentina; que las disposiciones del FMI sean acatadas estoicamente, ante el daño le produce a toda la población, tanto a la clase pobre como a la media en vía de extinción, por culpa de los salarios y pensiones de miseria; por los altos impuestos a los obreros y empleados y la baja en los gravamen a los empresarios. Estos son los verdearos agentes desestabilizadores. No los busquen fuera de sus fronteras.
Los gobiernos neoliberales convirtieron al presidente MM en un súper agente desestabilizador, quien a pesar de la crisis económica y financiera de Venezuela es capaz de dirigir planes desestabilizadores en España, Honduras, Colombia, Argentina, Chile, Ecuador y en todo sitio donde tenga su accionar el FMI. Verdaderamente quién concibió esta fake news (noticias falsas) es un verdadero idiota y quien lo crea lo supera en estupidez. Los movimientos liberadores de los pueblos son consecuencia de la mala gestión de presidentes empresarios, impuestos por el Departamento de Estado de EEUU y el FMI, hábiles improvisados y desconocedores de la praxis política. Si algún gobierno del planeta requiere de un agente desestabilizador para destruir a un estado enemigo debe alquilar los servicios del FMI, del gobierno de USA, de la USAID, a la OEA y no pensar en los gobierno de Cuba y de Venezuela, que bastantes problemas tienen con la desestabilización económica consecuencia de las sanciones, el boicot económico y financiero propiciada por el gobernó de EEUU y la UE.
A los presidentes empresarios, improvisados de la política, les voy a recordar una frase de Groucho Marx (1890 – 1977) actor, escritor y humorista estadounidense: "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". Lo entenderá Macri, Piñera, Bolsonaro, Trump, Duque y el bobo de Guaidó. Lee que algo queda.