Recuerdo cuando el presidente Chávez abrió los ojos y dijo un día: "-Yo si fui pendejo creyendo que con esta gente (de la derecha) se podía llegar a algún entendimiento…". El Comandante sin duda se refería al momento aquel del 13 de abril de 2002, cuando sacó un crucifijo para pedir que los opositores recapacitaran en su desenfrenada demencia contra Venezuela.

Eso sí, hay que recordarlo todo los días: SIMÓN BOLÍVAR NUNCA TUVO PIZCA DE PENDEJO: a partir de 1814, no se dejó nunca más marear por los realistas, luego de esa lección que le dio Boves, entendiendo muy bien la estrategia del enemigo para nunca más dejarse embobar por sus trampas. Por eso le llevó la delantera a don Pablo Morillo y lo derrotó en regla, y cuando se reunión con el general José de San Martín en Guayaquil éste dijo a su Alto Mando: "- Bolívar no es el hombre que creíamos…". Bolívar nunca cometió la PENDEJADA de darle pista a sus enemigos y siempre se cuidó de firmar sus correspondencias y proclamas en lugares en los que no se encontraba.

Cuando escucho que hay unos cuatro millones de milicianos listos para la defensa de la patria, y oigo que los vamos a armar, y que aquí no quedaría títere con cabeza si los gringos osan atacarnos y que iremos en caso de un ataque a enfrentar a nuestros enemigos enquistados en Colombia, y que traspasaremos las frontera, y que… remontaremos otra vez el páramo de Pisba para llegar hasta el Sur, tal cual lo hizo Bolívar en 1823… Cuando escucho todo eso, me digo: ¡hay carajo, OJALÁ ASÍ SEA!, pero mucho cuidado, si todo eso no se queda en puro palabrerío y que nuestros cuadros, a las primeras de cambio, no se vayan quedar paralizados en el aparato, sin dirección ni orden, sin líderes ni recursos…

De todas las cosas que nos atormentan, que nos acorralan y agobian, la peor es ese gen de PENDEJO que venimos engendrando desde que Bolívar muriera en 1830: históricamente hemos sido un pueblo que ha marcado récord por sus insólitas PENDEJADAS, y por eso Inglaterra nos arrebató el Esequibo, y por eso mismo Colombia se quedó con gran parte de nuestro territorio y nos jode todos los días con la fijación del dólar en la frontera. Cuando alguien se muestra débil, lo cogen de puchinbol y después que lo matan lo velan con cebo...

Al contrario de esta deplorable condición que hemos venido arrastrando, desde que nos hicimos república, está aquella otra (tampoco para nada deseable) el de la VIVEZA que maneja admirablemente, por ejemplo, la "hermana" república de Colombia. Los santanderistas han sido la madre de la viveza en este mundo: se chulean a los organismos multilaterales, son cabrones de los gringos para manejar la droga a su antojo, y se roban todos los recursos que les llega por el conflicto interno el cual desean que nunca se acabe. Ahora viven de la fulana ayuda humanitaria que piden "para atender a los que huyen de Venezuela"…

Hasta ahora hemos sido muy quedados con el esguace que hacen con nuestra moneda los malditos comerciantes. Hemos sido muy permisivos con lo que se roban nuestra gasolina, con los que se llevan día tras día y desde hace medio siglo, en flotas de gandolas y en barcos, nuestros más sagrados bienes hacia Colombia, hacia Brasil y las islas del Caribe.

Todos los canallas de la tierra nos exigen que seamos prudentes y decentes para que nos caigan así las mil plagas de la tierra. La "decencia" y la prudencia son especie de mercaderías que en política resultan extremadamente peligrosas. La derecha siempre le está exigiendo al adversario que sea correcto, formal, "responsable", muy estrictamente apegado a la ley porque la ley, BIEN PENDEJO, para luego pulverizarlo Los mismito que le hicieron a Gadafi y a Sadam Husseín. Todo un mecanismo de argucias para preparar el zarpazo mortal: la trampa, la traición, el crimen, las más sucias y feroces emboscadas. Bueno, ahí está lo que le hicieron a Evo Morales, por ponerse de PENDEJO llamar a la OEA para que le revisara las elecciones en su país.

La derecha carece de moral, de compasión y al tiempo que mata mientras ríe, se sacude las manos ensangrentadas sin pizca alguna de remordimiento. La derecha sabe que las condenaciones a sus crímenes serán siempre lavados por Estados Unidos y la Unión Europea. La derecha siempre anda blindada por el dinero y por el poder de las transnacionales, con un guante de seda que recubre una garra de hierro. La derecha púrpura (o purpurada) invita a dialogar, o cuando se viste de colores suaves (el azul tenue), muestra una voz melosa, dulce, modales suasorios y una lógica apegada al orden teocrático, a lo tradicional, con sabor a plegarias, de amor a Dios y a la Virgen...

Cuando en 1828 se sucedían los hechos de la Convención de Ocaña algunos militares hicieron pronunciamientos públicos contra el Libertador, entre ellos el almirante Prudencio Padilla, quien ganó la batalla de Maracaibo. Ante este vil pronunciamiento a favor de los revoltosos criminales dirigidos por Santander, el general Mariano Montilla ordenó detener a Padilla, a lo que el Presidente de la Convención, José María del Castillo (supuesto bolivariano) protestó enérgicamente. Fue entonces cuando Bolívar le dijo a del Castillo que él no veía nada reprensible en la conducta de Montilla. Bolívar le advirtió que el paso dado por Padilla pervertía el espíritu militar y propiciaba la discordia. Agregó Bolívar que los militares no pueden ver con indiferencia la causa pública. Y le preguntó a del Castillo: "¿Usted quiere que Páez, Montilla y mi administración obren con mucha suavidad, en tanto que el contrario sale a los caminos públicos a forjar a los ciudadanos a adoptar el suyo, y seduce a los ejércitos y levanta las plazas de armas?... Todo el cuerpo de la historia enseña que las gangrenas políticas no se curan con paliativos".

Bolívar, ya viejo, cansado y traicionado en 1828, podía desenvainar su espada y actuar como lo hizo el año de 1816 contra Piar. Bolívar le insiste a Del Castillo que esos señores de la oposición mienten cuando dicen que le tienen miedo al "tirano" porque si lo tuvieran no fueran tan insolentemente facciosos, porque "ellos saben que mi magnanimidad es muy superior a cuanto exige la política, la prudencia y el bien mismo de la república… el hombre es hijo del miedo y el esclavo y el criminal mucho más. Demasiado generoso he sido siempre con mis enemigos… Las imprudencias de algunos de mis enemigos no son comparables con los atentados enormes de esa facción; por lo mismo no tiene derecho a quejarse ni aun de murmurar. Amenazan destruir su obra y sus vidas y no quieren que se resientan y se defiendan, cuando nosotros representamos la fuerza del león y ellos no representan más que la malicia de la zorra".

Más aún terrible es lo que Bolívar, con motivo del complot que se cuece en Ocaña le escribe a Pedro Briceño Méndez. Los bolivarianos en Ocaña no tienen garra, no tienen carácter, actúan con extremada moderación, y Bolívar llega a sentir lástima por ellos, y les dice: "yo no veo más que desaires y derrotas por parte de ustedes; los contrarios triunfan de todos modos y están erguidos llenos de la satisfacción de su causa. USTEDES POR EL CONTRARIO PARECE QUE DEFIENDEN UN CRIMEN, ESPERÁNDOLO TODO DE LA COMPASIÓN Y DE LA HUMANIDAD… USTEDES SE VAN A TRANSAR CON LOS FEDERALISTAS, PORQUE NO TIENEN BASTANTE FUERZA PARA SOSTENER LO ÚTIL Y LO JUSTO Y PORQUE LA VIRTUD ES MODESTA Y EL CRIMEN VIOLENTO. Ellos triunfarán, sin duda, después de habernos robado la gloria, la fortuna y la esperanza de Colombia, y después de habernos ultrajado de mil modos".

Señores bolivarianos del presente, lean estas líneas una y mil veces si quieren comprender la actual realidad de Venezuela. Por favor, léanlas una mil veces. Yo soy bolivariano desde que nací, lo llevó en la sangre. Y esa es mi verdadera revolución. La única revolución posible para nosotros.