Asidero

La derecha infiltrada en el Psuv, neutraliza al movimiento comunal bolivariano

Gina Vargas, reconocida feminista peruana, dijo en el 2014: "tener mujeres más empoderadas, más públicas, con más capacidad de levantar su voz, con audibilidad en diferentes campos, evidentemente produce muchas cosas. Hay desconcierto y desequilibrio en el rol tradicional del hombre que estaba acostumbrado a estar en el centro de la referencia, pero también en la competencia de espacios…". En otras palabras: los machos —que no los hombres— están desconcertados ante estos avances y ansiosos porque están perdiendo el control y el poder.

A mayor ampliación de derechos, mayores reacciones violentas de las barras bravas del patriarcado hasta llegar al feminicidio. Son esas barras bravas los machos ansiosos que no pueden controlar el cuerpo de "sus" mujeres: si no puedo controlar tu celular, tus salidas, el largo de tu falda, escoger a tus amigas, tus viernes por la noche y tu cuenta bancaria, ¡y encima las leyes te protegen! Entonces… te mato. Y así tú y tus amigas y las otras que miran por la televisión podrán volver a sentir miedo. La pedagogía del terror.

Es la historia del feminicidio sin un comentario crítico y un análisis fino, vuelven a revictimizar a la víctima: "el público es enseñado a no tener empatía con ella, porque los medios la tratan con banalidad y espectacularización". ¿Cuál es el rol que cumplen los medios de comunicación en esta pedagogía de la crueldad que, finalmente, enseña al potencial feminicida a cometer un crimen de manera irresponsable? ¿Y cómo evitarla?

Como lo ha señalado la antropóloga Rita Segato al referirse a la pedagogía de la crueldad, son los medios de comunicación los que, pasando una y otra vez. Segato el año pasado ha propuesto la urgencia de unas contra pedagogías de la crueldad, basadas en algo que suelen hacer las mujeres: dar ternura, ser solidarias, cuidar de la otra. Muchas periodistas, en los medios, ya lo están haciendo.

Entonces, ¿por qué la alta tasa de feminicidios?

Sin duda, el patriarcado está retrocediendo en muchos lugares donde los derechos de las mujeres están avanzando. Hace apenas cien años la mayoría de las mujeres del mundo no votaban en las elecciones, no tenían patrimonio propio, recibían sueldos por debajo de los varones, no estaban escolarizadas, no podían asistir a la universidad, ni ser médicas y su conocimiento se ninguneaba como "doméstico". Hoy las cosas han cambiado drásticamente y hemos avanzado las mujeres peruanas, incluso el Banco Mundial hace meses las calificó con 95 sobre 100 en normativas de género.

Hay que tener delicadeza con algunas concepciones que se vienen emitiendo y que viene profundizando el comportamiento impropio de quienes a través de asociaciones racistas, antidemocráticas o anticonstitucionales vienen asumiendo cargos como directores o de coordinadores en algunas estructuras del Estado.

En América Latina, una diversidad de ciudadanos(as) han sentido el peso de la violencia en sus cuerpos y algunas de secuestros. Lo que implica que estamos expuestos a la barbarie por aquellos personajes que demuestran su ferocidad ante las torturas y en celdas subterráneas, privadas de luz, agua, cama, baño y de salida a un espacio libre, simplemente estamos sometidos permanentemente a torturas y, no hay control de Estado sobre estos niveles y modalidades de encarcelamiento.

Hay bastante dinero para agredir a las damas y hombres que transitan nuestras calles, de repente sin tener una referencia política tienen que sufrir al ver su ingreso a las cárceles del pueblo.

Todos se desconocen, no hay un historial de conocimiento político, todos metidos en un solo saco. Desde el femicidio hasta la reclusión de hombres revolucionarios por la misma revolución, de allí que se esta desvaneciendo los sueños de lucha popular por una carencia total de ideología y preparación combativa para gestar movimientos de avanzada y la formación de comunas. Ya casi nadie, se reúne en las llamadas Casas Comunales para oírse entre sí.

Es decir, cómo atacas a la institución desde adentro, el costado y finalmente cómo la destruyes. Es el arte de acumular fuerza sin perder el norte. ¿Cuál es ese norte? La revolución. ¿Cuál revolución? Busquemos en qué estamos de acuerdo; no en qué estamos en desacuerdo. Tantas maneras (…) El ejemplo del género, de la ecología, los pueblos olvidados. (En concreto) la fuerza en la calle. Hoy no hablamos de lucha armada. Y hay que luchar contra los movimientos de derecha. Estamos viviendo otro momento. Pero sí de presencia de masas que impongan sus derechos al Estado. La movilización popular; la lucha por el socialismo; la lucha por el comunismo…

En Latinoamérica, no hay presas a libre disposición del sionismo o algunos partidos que hacen gobierno en los países progresistas. Estamos en las fauces de los palangristas que ya nos han condenado e intentan replantear otra revolución, fuera de la que Castro implantara en Cuba y luego exportara a Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina (…) y actualmente persevera por extenderla a Chile y Colombia.

Los movimientos de derecha siguen atropellando a militantes de izquierda con anuencia de dirigentes y coordinadores comunales, incluso le niegan el llenado de una bombona de gas, como sucede en Parque Valencia en Venezuela, a un viejo dirigente de izquierda, gente infiltrada en el Psuv y son derechistas. Esto, ha sido el gran fracaso del presidente Nicolás Maduro Moros.

Entonces, hay que averiguar quienes son los verdaderos dueños del Sur, muchas dudas, ninguna razón.

Abriendo el año, hay que hacer un recuento triste, doloroso y vergonzoso.

Los partidos políticos y los candidatos están en el hoyo del desprestigio, nadie les cree y nadie piensa en ellos en vísperas de las futuras fiestas electorales; el clima político está casi congelado y la indiferencia brilla radiante como el sol. Tenemos dos asambleas y dos presidentes, así están nuestras incongruencias políticas.

Necesitamos avanzar en un campaña sincera, sin feminismo, ni jefes patriarcales.

 

 

 

 



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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