Como de costumbre la derecha recalcitrante enormemente embrutecida por el odio a todo cuanto le recuerda su ignorancia e irresponsabilidad social, cuando leyó y/o escuchó, sobre los Objetivos Históricos No. 5 del Plan de la Patria en el año 2012, soltó la típica risita de aeropuerto, que de ordinario sirve para disimular ante lo que no entiende, no sabe y ni quiere comprender.
Acusaron al Plan de ser una catastrófica forma de ver el futuro y hasta hubo quien señalo al Comandante Eterno Hugo Chávez de megalómano y engreído apologista del desastre, por su preocupación, sobre los peligros para la sobrevivencia de la especie humana en el planeta, que produce el capitalismo como sistema de depredación de todo cuanto sea susceptible de ser mercancía.
La historia se encargó de demostrar la realidad a la que se refirió el Comandante, y para desgracia de todos, hasta los que no quisieron aceptarla en su memento, con amargura hoy padecen las consecuencias de un sistema económico político y social, que es contrario a la vida y vive de la muerte y la destrucción.
Hoy, la comunidad científica del planeta, coincide en asegurar que el COVID-19 es producto de los abuso de los sistemas de explotación contra el Ambiente, el Bioma y la Vida en todas sus formas, lo que implica, un desequilibrio y por ende la formación de nuevos eventos y composiciones biológicas que hacen vulnerable nuestro sistema inmune.
Sin embargo, sin descalificar la afirmación anterior, desde la intersubjetividad interpretativa de geopolítica de la guerra, al observar las intenciones guerreristas de los EE. UU. contra el mundo, observamos que dicho virus, pudo haber sido manipulado en un laboratorio o simplemente direccionado desde su origen al proceso de zoonosis que contamino al paciente cero en China.
No olvidemos que en la naturaleza, la "casualidad, es causalidad".
Por otra parte es de hacer notar, que el capitalismo como sistema ideo político y doctrinario, con frecuencia produce crisis para su re acomodo en el poder; por ello ataca a toda la humanidad sin piedad con el auspicio del Dios del Mercado y justifica su barbarie, sobre la inconsciencia de gobernantes abyectos, que por mandato hegemónico y subordinación socio cultural, justifican muerte y destrucción de las mayorías, en beneficio de una minúscula fracción del mundo, cuya ética y moral, se inserta en lo más primitivo del pensamiento positivista evolutivo para la prevalencia de los autodenominados más aptos.
En ese sentido, el hipertrófico modelo capitalista, frecuentemente transmuta movido por las imperfecciones de su modo de acumulación y poco o nada le importa, cuántas vidas, cuantos pueblos, cuanta naturaleza, tenga que arrasar para la consecución de sus objetivos.
Es importante destacar, por ejemplo, que en los siglos XIX y XX, sé híper valoro la supuesta eficiencia y eficacia de dicho modelo y en correspondencia, se "desarrolló" un discurso de prosperidad y oportunidad que hacia loas al bienestar que significaba obtener los signos de civilización y llegar al estatus de confort tal cual los designios del América’s Way of Life.
Así domesticaron la vida, y sometieron a las masas de trabajadores a la producción en serie, a la lógica de la explotación; a la división social de trabajo y falacia que aseguraba que al dar su vida por las empresas, el ascenso social, estaba garantizado y en consecuencia, se conformarían una gran clase media, que automáticamente, se distinguiría de su origen, pobre y menesteroso.
Sin embargo es de hacer notar, que en el siglo XXI cambió la lógica del mercado global, y por eso el viejo modelo de acumulación centra sus esfuerzos, en el desmontaje de todo relacionamiento sociales que propicie la concientización de las masas.
Pareciera que estamos insertos en una novela de ciencia ficción de los años ochenta, pero la realidad nos indica, que estamos en pleno desarrollo de la Cuarta Revolución Industrial; odiosa, tecnológica, inhumana y sin Dios: Insalubre, Pandémica y Holocaustica.
En palabra de Nietzsche "Dios ha Muerto" víctima de la progresiva secularización de la sociedad. Y he allí la razón por la cual, los EE. UU. insisten en avanzar por la fuerza, contra todo lo que se le oponga.
Trump, no ha hecho más que continuar la marcha por la hegemonía de Estados Unidos en el planeta. Nuestro deber es oponernos a tan nefasta praxis contra la humanidad. Las consecuencias la sabemos, las vivimos y las padecemos. Hay quienes entienden de solidaridad y la practican y quienes ven en la miseria inducida una oportunidad para enriquecerse.
No olvidemos, que el imperio está en plena metamorfosis; su crisálida de engaños y falsas conciencias, se va desvaneciendo para mostrarnos desde la Post verdad un monstruo que se proyecta como imbatible, con el cual el capitalismo híper liberal aspira imponer el cambio de las relaciones sociales de producción, sustituyendo al hombre por la máquina; y a la educación presencial humana y asociativa, por las redes de adiestramiento cuyo valores en sí, niegan cualquier posibilidad para la organización del poder popular que le hace resistencia.